Buenos Aires, 14 agosto (PR/17) — Tuken® es un eficaz herbicida residual que posibilita el control de malezas en maíz. Entre otros atributos, se destaca por su bajo impacto ambiental.
 
En los últimos años, un problema frecuente en los lotes son las malezas resistentes a distintos tipos de herbicidas, lo que comenzó con el uso intensivo de glifosato desde la difusión de la soja RR y, luego, con el maíz RR. Lidiar con estas problemáticas en los lotes genera costos extras ante la necesidad de utilizar dosis cada vez más altas o, inclusive, probar nuevas mezclas de herbicidas que anteriormente no se utilizaban.
 
La presencia de malezas resistentes a glifosato en el cultivo de maíz se viene presentando desde hace varios 
años y su manejo se está abordando desde varios enfoques. Existen diferentes herramientas para controlar las malezas en maíz que se diferencian fundamentalmente por su residualidad.
 
El objetivo, en este caso, es lograr que el efecto herbicida del producto aplicado dure el mayor tiempo posible para cubrir los flujos de emergencia de la maleza a lo largo del ciclo del cultivo.
 
Por otro lado, toma cada vez mayor importancia el compromiso entre la producción y el ambiente. Las herramientas a implementar para el control de malezas, plagas y enfermedades en un sistema productivo no sólo deben cumplir con el rol para el cual fueron desarrolladas, sino que además deben ser amigables con el ambiente. Es decir que un herbicida no sólo debe ser eficiente en el control, sino que además no debe provocar fitotoxicidad en los cultivos para los cuales está recomendado, ni generar daños en el ambiente.
 
La atrazina es uno de los herbicidas más utilizados para el control de malezas en maíz. Tiene muy buen comportamiento pero su residualidad se ve muy afectada por las condiciones ambientales, fundamentalmente las precipitaciones.
 
Esto se debe a dos propiedades importantes del ingrediente activo. Bajo condiciones de abundantes lluvias, como no es fuertemente retenida por los coloides del suelo (bajo Coeficiente de adsorción – Koc=100), la atrazina puede perderse por lixiviación y llegar fácilmente a las napas freáticas, tomando mayor importancia el efecto ambiental cuando es utilizado con frecuencia y en altas dosis, dependiendo la rapidez del proceso de la textura del suelo y de la cantidad de materia orgánica. Por otro lado, la atrazina se degrada fácilmente por hidrólisis y actividad microbiana, donde la velocidad del proceso es muy dependiente de la temperatura y 
humedad del suelo.
 
Frente a esta cuestión, existen herramientas alternativas para el control de malezas en maíz como el Diflufenican, un herbicida que permiten lograr eficaces niveles de control con mayor residualidad y menor impacto ambiental.
 
Tuken (Diflufenican 50 WG) puede ser utilizado en presiembra/preemergencia del cultivo de maíz en reemplazo de la atrazina. Pertenece al grupo químico de las Piridin Carboxamidas, inhibiendo la biosíntesis de carotenoides.
 
Además de maíz, Tuken es selectivo para los cultivos de soja y girasol, entre otros. Por lo tanto, su uso en soja, maíz y girasol permite rotar un herbicida de diferentes modos de acción con las Triazinas y los Inhibidores de PPO, siendo esto de especial interés para reducir la probabilidad de generación de resistencias en malezas como Amaranthus sp. y gramíneas anuales. Asimismo, su efecto se potencia si se lo combina con s-metolaclor.
 
En comparación con la atrazina, Tuken (Diflufenican 50WG) tiene menor solubilidad y un mayor coeficiente de adsorción (Koc=2000), es decir que una vez que se incorpora, es retenido fuertemente por los coloides del suelo y se mantiene activo en los primeros 5 cm, donde se encuentra la mayor proporción del banco de semillas de malezas.
 
Esta propiedad está directamente relacionada a la muy baja o nula lixiviación que tiene el ingrediente activo en el suelo, por lo que no presenta riesgo de contaminación de napas freáticas, aún con abundantes precipitaciones.
 
Además, Diflufenican se degrada fundamentalmente por actividad microbiana. Todo esto se traduce en una mayor residualidad del herbicida en el suelo que la atrazina.
 
Por otra parte, Tuken se utiliza en dosis que van desde 0,25 a 0,30 kg por hectárea. Comparado con las dosis de atrazina, que van desde 1,5 a 3 kg, esto resulta conveniente en cuanto a logística de almacenamiento y trasporte, además de que resulta más fácil lograr la mezcla en tanque y su aplicación. Sin embargo, para ambos productos es muy importante el permanente funcionamiento del sistema de agitación del equipo pulverizador para lograr una mezcla homogénea del caldo y una correcta aplicación.
 
Otro aspecto importante por destacar de Tuken® es su exclusiva formulación WG queal no tener aceite, su ingrediente activo no queda retenido en los rastrojos y se incorpora más fácil al suelo con menor cantidad de precipitaciones.
 
Rotam® es una compañía multinacional de capitales canadienses con operaciones en China. Es la primera firma de síntesis de insumos agrícolas de ese origen en obtener certificaciones de calidad en Alemania para todos sus procesos productivos y así como para sus laboratorios de control de calidad. 
 
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