Buenos Aires, 4 marzo (Especial de NA, por Matilde Fierro) — El mercado quiere tentar al productor a sembrar trigo de la campaña 2018-2019 -a partir de abril en el ciclo largo del cultivo- pero la amenaza de que se prolongue el fenómeno La Niña y con ésta la sequía hace temer por el futuro en la decisión de los hombres de campo.
   Por lo tanto es una incógnita saber qué pasará con el trigo, que libre de retenciones en el ciclo pasado 2017-2018 llegó a los 17 millones de toneladas de producción, con una buena exportación.
   Sin embargo, el clima seco y las napas vacías que afectan al 80 por ciento de la región núcleo, según constató la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), no auguran, salvo que las condiciones climáticas cambien, un futuro positivo para el cultivo de invierno.
   Sondeos en empresas comercializadoras arrojan que se ha frenado la compra de insumos para la próxima campaña de granos finos.
   Todos quieren saber qué va a pasar con el déficit hídrico.
   Para los economistas Franco Ramseyer y Emilce Terré de la BCR, en un escenario de menor oferta total y una demanda externa muy sostenida, los precios para la entrega de trigo diferido a cosecha en enero 2019 escalaron a 190 dólares la tonelada "sugiriendo que los compradores están dispuestos a resignar la baja estacional con tal de asegurarse la tenencia del grano".
   En este sentido, una nueva edición de "A Todo Trigo", el congreso que cada dos años organiza la Federación de Acopiadoresm tendrá lugar el 10 y 11 de mayo, en el hotel Sheraton de Mar del Plata.
   Consolidar la creciente tendencia exportadora del trigo argentino, que llega a las 12 millones de toneladas, es uno de los grandes ejes del programa, que contará con reconocidos oradores del exterior.
   La incertidumbre por el futuro del trigo argentino se produce al mismo tiempo que una fuerte sequía azota al mismo cultivo de invierno en Estados Unidos, que podrá vender menos y a un mayor precio.
   Así, según los especialistas de la Bolsa rosarina, nuestro abanico de potenciales destinos de exportación excede por mucho al mercado brasileño, alcanzando regiones tan recónditas como África Subsahariana y el Sudeste Asiático.
   Como prueba de la fortaleza de la demanda externa, las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior cerraron febrero a un nivel máximo histórico por encima de las 7 millones de toneladas.
   Además de la importancia de "este trigo ya comprometido y las exportaciones totales estimadas para la campaña, es la más alta en al menos 7 años, con excepción del peculiar año comercial 2012- 2013, sugiriendo que resta relativamente poco trigo de libre disponibilidad".
   De acuerdo con esto, los exportadores llevan comprados a marzo el volumen de trigo más alto registrado, con 8,7 millones de toneladas. Saben que está dudoso el trigo para la próxima cosecha.
   En coincidencia con lo que sucede en la Argentina, el International Grain Council estima que en la campaña 2018-2019 caerán los stocks mundiales de trigo por primera vez en seis años, quebrando la tendencia de acumulación de inventarios a las que se había acostumbrado el mercado en el último lustro.
   De acuerdo con los analistas, el mundo ve menos trigo en el horizonte y la demanda está dispuesta a pagar por torcer esa suerte.
   Un factor que repercute en la próxima siembra de trigo es que por la sequía y menores incentivos fiscales y los mayores costos, se proyecta una caída en la venta de sembradoras.
   Los técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Manfredi (Córdoba) advierten que si en 2019 sigue el efecto "Niña", las reservas ya no existirán y la capacidad de endeudamiento tampoco, por lo tanto hay que estar a la expectativa de la situación climática 2018-2019, porque el efecto en el mercado de maquinaria puede ser "más importante".
   Además por la seca, los productores piden una ley de seguro de riesgo para el campo y así se lo plantearon al ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere, en una reunión.
   Empresarios del agro exigen un sistema de seguros más extensivo, con una cobertura que incluya las emergencias catastróficas para todo tipo de cultivos y ganadería y con primas accesibles.
   Hoy la prima de una póliza por granizo es de entre un 2 y 8%, mientras que una multirriesgo superará esos valores. Desde el Gobierno esperan que el sector privado asuma la responsabilidad, dado el achicamiento del Estado que intentan realizar y la eliminación de subsidios.
   Es tal la situación en el agro argentino con una cosecha de soja que se cae también, que el presidente Mauricio Macri abrió un nuevo período de sesiones ordinarias en el Congreso con un mensaje en el que se refirió a la situación económica, pero no hizo ninguna mención al campo como en otras oportunidades. 
 
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