Buenos Aires, 7 julio (Especial para NA)– China aplicará "retenciones" a la soja estadounidense, un fenómeno inédito en términos históricos y que constituye la aplicación de una receta argentina de exportación.

   La información estremece porque el gigante asiático representa más del 60% de la demanda mundial de poroto de soja, lo que implica que, por más titánicos que sean los esfuerzos de los traders por redireccionar embarques de soja estadounidense hacia otros destinos, buena parte de los mismos deberán igualmente enviarse al gigante asiático, aunque represente una pérdida o bajas ganancias.

   Eso, en términos comerciales, será equivalente a la imposición de una suerte de "retención" a la soja estadounidense, sólo que, a diferencia de lo que sucede en la Argentina –donde el impuesto es cobrado por el propio Estado–, en este caso será percibido por otra nación, China.

   Así ocurre que están pasando cosas que antes no sucedían: una receta argentina cuestionada en el ambiente local, ahora será aplicada a nivel global por una de las principales potencias.

   Entre los productos estadounidenses que comenzarán a ser gravados con un arancel del 25% a partir del mes que viene por parte de China se encuentra el poroto de soja.

   Algunos especialistas aseguraban que algo así era imposible porque existen solamente dos proveedores mundiales de ese producto: el Mercosur y Estados Unidos. Pero la realidad supera a la previsión y los analistas se equivocaron.

   El precio mínimo FOB del poroto de soja en terminales portuarias argentinas y brasileñas llegó a estar un viernes a 372 dólares la tonelada, mientras que el valor equivalente en los puertos estadounidenses de New Orleans y Louisana fue de 359 dólares la tonelada.

   Tal diferencia –13 dólares la tonelada– aún es insuficiente para que los precios de la soja estadounidense puedan arbitrarse con los valores presentes en el Mercosur (considerando el costo de flete, seguros y el 10% del Arancel Externo Común).

   Es decir que la soja estadounidense todavía tiene un buen trecho bajista por recorrer hasta empalmar con la "retención" que le aplicó China a modo de represalia contra el apagón tecnológico que el presidente estadounidense, Donald Trump, pretende imponer a la nación asiática.

   Conforma un escenario inédito para el mercado global de commodities agrícolas en general y el Mercosur en particular.

   Ahora depende de cómo los gobiernos de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay interpreten lo que está sucediendo.

   Pueden considerar que se trata de una "ayudita" del destino. O bien entender que se trata de una oportunidad única para integrarse comercialmente con China, de manera tal de crear las condiciones necesarias para recibir toneladas de inversiones genuinas de la nación asiática a cambio de abandonar el fracasado modelo de sustitución de importaciones.

   El resultado: La pelota quedó de nuestro lado de la cancha.

  Podemos aspirar a jugar en las grandes ligas, si nos lo proponemos.

   (*) Director de Valor Soja.

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