Buenos Aires, 29 septiembre (Especial para NA) — En Argentina, avanzan las tareas de preparación de la tierra para la siembra de la denominada como cosecha gruesa, en coincidencia con la finalización de la misma cosecha en el otro extremo del continente.
Mientras que en los EE.UU, la evolución de la cosecha es prácticamente ideal, con buenos rindes y muy buena calidad comercial, especialmente para la soja. El inconveniente que tienen los farmers norteamericanos, es que la conjunción de buen volumen de cosecha y la problemática de la guerra comercial con China, hace que los valores de la oleaginosa se encuentren deprimidos.
China disminuyó fuertemente la compra de soja en los EE.UU como respuesta a los aranceles que impuso el Gobierno norteamericano a los productos de origen oriental. Esta situación genera que a menor demanda del gigante asiático y con un muy buen rinde de cosecha, los precios tiendan a bajar sostenidamente.
¿Qué harán los norteamericanos con el excedente de poroto de soja? Nadie sabe la respuesta de esa pregunta.
Pero esta guerra comercial, ya estaría beneficiando a Sudamérica. Especialmente a Brasil y a la Argentina. Porque el poroto que los chinos no compren en los EE.UU, lo estarían adquiriendo en ambos países sudamericanos. Y esta demanda extra, es muy bienvenida por estas costas.
Quizás ocurra en un tiempo no muy lejano, el famoso divorcio de valores que tanto hemos pregonado en otras columnas, entre los precios de EE.UU y los de Sudamérica.
Con 188 millones de toneladas de soja que produce el Mercosur sobre una producción mundial de 340 millones de toneladas, sería saludable lograr algún tipo de independencia en los valores sobre lo que ocurre en USA. ¿Por qué debemos seguir prestando atención a lo que ocurre en el gigante norteamericano cuando el Mercosur produce el 55% de la soja del mundo? .
Es el momento de volver a tratar este tema seriamente.
Pero fuera de todo esto, y a pesar del aumento de las retenciones para la oleaginosa, el sembrar soja continúa siendo un muy buen negocio para el chacarero argentino. Con valores del dólar cercano a los 40 pesos, el negocio cierra nuevamente con balance positivo.
Si además de esto, podemos considerar que, por el aumento de demanda, los valores suban, mejor todavía.
Los productores ya han decidido qué sembrar. Cuantas hectáreas dedicaran al maíz, a la soja y al girasol.
Y en esa decisión, a pesar de las modificaciones de las retenciones, del valor del dólar, de la guerra comercial entre EE.UU y China, la soja continúa siendo la vedette del campo argentino.
(*) Analista Agropecuario.

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