Buenos Aires, 27 octubre (PR/18) — La provincia de Buenos Aires produce el 75 % de la miel del país, un producto peri-urbano de exportación que está al alcance de los consumidores locales.
El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) concentra cerca de 15 millones de habitantes, casi un 30 % del total de la población nacional.
En esta región, se producen importantes de alimentos, tales como la horticultura y la apicultura.
La Argentina se destaca entre los primeros tres países en el podio de los productores de miel a escala mundial; por su calidad es un producto muy buscado en el exterior, tanto que el 90 % de la producción se exporta casi en su totalidad a granel.
“Trabajamos mucho con los apicultores para que logren cada día un producto de mayor calidad; esto lo hacemos mediante acompañamiento técnico”, aporta Gustavo Tito, director del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) AMBA quien además consignó que en la provincia de Buenos Aires se produce el 75 % de la miel de la Argentina.
Por su parte, Alejandro Taladriz, técnico apícola del INTA Avellaneda, explicó que “debido a la densidad poblacional del AMBA es necesario tomar una serie de recaudos para un manejo adecuado y no generar conflictos entre el sector productivo y los vecinos”.
Entre las recomendaciones de manejo urbano, Taladriz enfatizó en “contar con abejas de una mansedumbre demostrada, trabajar en determinadas horas, tener agua potable siempre disponible –para que las abejas no la busquen en viviendas cercanas–, poner barreras físicas para limitar su vuelo, tener un número controlado de colmenas”.
Los apicultores del AMBA poseen en promedio unas 50 colmenas cada uno y cuentan con una conexión más directa con el mercado interno; pueden comercializar sus mieles en el ámbito de cercanía: “Esto es una ventaja comparativa”, aseguró el técnico apícola.
Es que, al poder fraccionar en origen, tiene valor agregado ya que “entre otras cuestiones, puede tener siempre insumos como un tambor ya que es un envase que recarga, pero no lo pierde en una venta a granel y el precio fraccionado es casi el doble al de la venta por tonel en exportación”, detalló Taladriz.
Para Tito, “uno de los desafíos del INTA AMBA es otorgarle a la miel valor agregado teniendo en cuenta que nuestro país se estima un consumo de 250 gramos por habitante al año”.
Por esto los técnicos promocionan el consumo como forma de generar una mayor demanda e incremento del sector productivo

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