Buenos Aires, 6 enero (PR/19) — El clima extremo se llevó en 2018 9,6 millones de toneladas entre trigo, soja y maíz en la región núcleo que no pudieron prosperar.
Así lo evaluó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en un análisis sobre la zona más productiva del país.
“Entre lo que se esperaba a la siembra y lo que se terminó cosechando, el clima ocasionó pérdidas de 6,1 millones de toneladas en soja (2017-2018), 1,5 millones en maíz (también 2017- 2018) y 2 millones de toneladas en el trigo de la nueva campaña, la 2018-2019”, sostuvieron los especialistas de la BCR.
Signado por extremidades climáticas, 2018 fue un año por demás de complejo; comenzó con la sequía más importante de los últimos 50 años, le siguió, justo en la cosecha, el “efecto germinador” —un temporal de lluvias y temperaturas tropicales— que castigaron aún más rindes y calidad en soja.
“Pero que también alentó la siembra de trigo; fue la más importante de los últimos 16 años en la región. De todas formas, fue el peor final para la cosecha sojera. El implacable clima se cobró 6,1 millones de toneladas de las 21 que se esperaban en soja”, indicaron los autores del informe.
Manifestaron que el “maíz de primera resistió mejor; alcanzó rindes promedios en torno a los 9 mil kilos por hectárea, pero no así el tardío y el de segunda. Las pérdidas fueron mucho más acotadas, la diferencia que hizo el clima sólo ajustó 1,5 millones de toneladas, respecto de lo que se esperaba”.
“En junio, la siembra de trigo empezaba con excelentes condiciones. Se lo había fertilizado como nunca antes, y había grandes esperanzas de alcanzar 6,4 millones de toneladas. Sin embargo, en pleno invierno se cortaron las lluvias hasta casi finales de octubre. Las heladas, luego el granizo y como broche, otra vez, lluvias en la cosecha, se cobraron 2 millones de toneladas”, consignaron.
Luego en noviembre y diciembre llovió la tercera parte de las lluvias del año y entre soja de 1° y de 2° se perdieron 525 mil hectáreas.
“Pero las precipitaciones siguen manteniendo sin estrés hídrico a la región. Y pese a todo, se espera que las lluvias continúen y terminen jugando a favor y recompongan la condición de la oleaginosa”, dijeron.

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