Neuquén.- La producción orgánica de manzanas en Neuquén está dando el batacazo y, por la importancia de sus números, se le augura un escenario todavía más promisorio que contrasta con la modalidad convencional, que no consigue levantar cabeza en un mercado que no les paga a los chacareros lo que necesitan para subsistir.

En Neuquén hay 60 razones sociales con emprendimientos orgánicos en 80 chacras, sobre un total de 220 productores. Es decir, todavía la mayoría de los establecimientos cosechan su fruta en forma convencional, señaló a este diario la directora general de Fruticultura y Horticultura, Mariela Teixé.

¿Cuál es la diferencia entre un producto orgánico y uno tradicional? La más importante es que la primera se basa en el uso mínimo de insumos externos, sin utilización de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, ni manipulación genética. En la modalidad se utilizan métodos que minimizan la contaminación del aire, suelo y agua. Así los productores, manipuladores, procesadores y comerciantes de alimentos orgánicos se rigen por normas que mantienen su integridad.

En un contexto recesivo y un volátil escenario cambiario, los chacareros orgánicos de Neuquén no dejan de frotarse las manos.

El 45 por ciento de la producción de la Confluencia se exporta a Estados Unidos y otro 40 por ciento, a Europa. El resto se lo reparten los mercados de Japón, Emiratos Árabes. Y sólo el 1 por ciento queda en el mercado interno.

Transición al orgánico

Por cada kilo de manzana krie pink orgánica embalada, al chacarero le pagan 50 centavos de dólar; mientras que por la misma variedad cosechada en forma convencional recibe 30 centavos, señaló Teixé.

La funcionaria indicó que actualmente hay varios productores neuquinos que se encuentran en pleno proceso de transición para volcarse completamente al modelo orgánico, una modalidad que le plantea diversos desafíos, como un cambio de mentalidad, de sistema de producción y de utilización de insumos y herramientas.

Pero las perspectivas son tan promisorias que, se estima, las nuevas generaciones de chacareros se reconvertirán al mundo de los orgánicos para apostar a la creciente demanda de los productos de esta categoría a nivel global.

60 razones sociales producen en forma orgánica

Actualmente se encuentran certificados 80 establecimientos frutícolas que trabajan con el sello orgánico, sobre un total de 220 chacareros en actividad en la Confluencia.

42% de la fruta orgánica del país se origina en Neuquén

Los productores que optaron por trabajar esta modalidad venden su cosecha a Estados Unidos, Europa, Emiratos Árabes y Japón. Hubo un gran crecimiento en el segmento.

Un mercado en franca expansión

Los productos orgánicos en Argentina se encuentran identificados en su rótulo con el sello “Orgánico Argentina”.

Este logo surge a través de una resolución del Senasa e identifica a los productos que garantizan su calidad orgánica.

Gracias al estricto control oficial a cargo del Senasa y las empresas certificadoras nacionales, Argentina es hoy uno de los países abastecedores de productos orgánicos más confiables del mundo.

Los productos orgánicos certificados en Argentina contienen en su rótulo el sello Orgánico Argentina y el sello de la certificadora.

Mediante la certificación de estos sistemas productivos se permite su rotulado como “Orgánico”, “Ecológico”, “Biológico”, “Eco” o “Bío”, la llave para mercados en expansión.

El exigente camino para obtener la certificación

Para poder acceder a la certificación de producción orgánica es necesario cumplir una serie de pasos que están regulados por una ley nacional.

Actualmente hay cuatro entidades que expiden los certificados necesarios para entrar al mercado internacional de productos orgánicos donde se exige el sello que identifica a los alimentos producidos bajo los estrictos parámetros de calidad.

Los términos orgánico, ecológico y biológico son sinónimos y sólo pueden aplicarse a productos que cumplan con esta ley.

Se trata de un sistema de producción sostenible que promueve el cuidado ambiental, mediante el fortalecimiento de la biodiversidad y la actividad biótica del suelo. Son, además, alimentos trazables, producto de un sistema de normas y fiscalización reconocido internacionalmente.

La producción orgánica combina tradición, innovación y ciencia para beneficio del ambiente compartido, promueve relaciones justas y una buena calidad de vida para todos aquellos que intervienen.

En el caso de la producción hortícola que se realiza en Neuquén bajo la modalidad orgánica, si bien se produce teniendo en cuenta todos los parámetros que rigen la actividad, ninguno de los emprendimientos actualmente en marcha acreditó la certificación que le permita poner el sello respectivo en sus productos.

No obstante, se considera que se trata de un primer paso y se remarca su importancia pues se realiza a baja escala y a menudo en huertas familiares.

Este tipo de práctica no solamente va ganando adhesión en huerteros comunitarios –la mayoría de ellos asesorados por expertos del Proda, a nivel provincial, o del INTA-, sino que también ahora sumó a otras agrupaciones que se dedican a cuidar de las semillas para evitar que sean manipuladas genéticamente y también al intercambio de estas siempre bajo parámetros orgánicos.

Fuente: www.lmneuquen.com

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