Es un momento de tensión para los productores agropecuarios. Los que no fueron afectados por las lluvias de este trágico enero saben que hay más precipitaciones por venir y en los meses más complicados de cada campaña anual.

La zona núcleo y su contorno temen al clima que se desarrolle desde ahora y hasta fines de abril. Por eso, es momento de definir estrategias y básicamente, de prevenir todo lo posible, por más que la naturaleza siempre tenga la última palabra.

En cada barrido de radar, cuando los colores se tornan a los cálidos el nerviosismo crece, pero al menos hay que tener la conciencia tranquila y tomar todos los recaudos posibles.

Entre 50 centímetros y dos metros las napas de la región productiva son las que amenazan. Según el geólogo Rubén Tosolini, en el centro-oeste de Santa Fe por ejemplo las reservas del suelo que se habían consumido con la sequía del verano de 2018 ya están recuperadas. El control constante es fundamental, para “ponernos en alerta, porque al estar a menos de un metro, siempre hay unos 20 o 30 centímetros de humedad por encima que es del agua que se escurre por capilaridad en el suelo hacen que el perfil se reduzca para recibir lluvias, incluso a partir de los 50 milímetros”.

La disparidad de las precipitaciones, la intermitencia de fenómenos, e incluso la extracción que a esta altura siguen haciendo los cultivos respecto a la humedad del suelo, pueden permitir un alivio. Desde el INTA Rafaela se remarca que febrero no es tan “llovedor”, pero marzo tiene promedios por encima de los 120 milímetros y es uno de los meses más complejos, acompañado por abril que puede aportar más agua de la habitual y sin tanto consumo de los cultivos abre la puerta a anegamientos tardíos. 

“Ahora que no estamos inundados tenemos que prestar atención”, sostiene el Ing. Carlos Callaci. El referente de la misma experimental aporta una serie de consejos fundamentales.

En agricultura por ejemplo, “si se tiene maíz para picar, hacerlo lo antes posible, no esperar demasiado, porque dentro de un tiempo puede no haber piso para las máquinas. Tener también un lugar alto para su almacenamiento, con buen acceso ya sea para retirarlo con un tractor, como para autoconsumo”. Se da a entender que ni bien se pueda levantar la cosecha, se concrete la acción para no arriesgar el que puede ser el sostén para el resto del año. Lo mismo aplica para soja, girasol, sorgo y pasturas para rollo.

En la ganadería, con énfasis en los tambos, por la ubicación, hay que mantener las cunetas en los callejones internos de los campos en buenas condiciones, para que cualquier lluvia pueda escurrir rápidamente y hacer algunos cortes en los bajos naturales también puede ayudar a eliminar de mejor manera un exceso hídrico.

El enfoque tiene que estar puesto en el manejo de la hacienda. “En las instalaciones donde se mueven los rodeos, ahora que está todo medianamente seco, del centro de Santa Fe hacia el sur, hay que tratar de mover tierra y abovedar, para que los callejones queden con buena caída hacia las cunetas de los costados. Si los callejones son anchos, con más de ocho metros, hay que dividirlos en dos con un alambrado eléctrico, para que si llegan tiempos de mucho barro se puedan ir alternando en el uso” para no arruinar todo el trayecto.

Callaci añade que para los tambos, se puede armar una salida alternativa, bien compactada para que esté lista en caso de necesidad, al igual que tener un corral alto disponible.

Muchas de estas cosas se pueden hacer con herramientas y maquinarias que hay en todos los campos, salvo que se precise comenzar de cero un alteo y con eso comprar camionadas de tierra o contratar máquinas más específicas. Con disco y rabasto se tienen que emparejar lotes y caminos, de manera constante y sin gastos de excepción.

“Esta es la previa de una situación que puede ser compleja, por eso este es el momento para tomar estas decisiones”, remarca junto al recuento que se debe hacer de reservas, e incluso del cuidado de las patas de los animales en circunstancias de barro o agua. El productor debe tener en claro el balance de categorías para saber cuáles son las que deben dejar el tambo en caso de emergencia.

Cabe destacar que en el centro de Santa Fe se recibió muy poca hacienda del norte inundado,pero corresponde manejar alternativas con tiempo, e incluso consultar a los profesionales, ahora que la naturaleza dio avisos excesivos, tomar al menos los recaudos mínimos para evitar mayores pérdidas en caso que las descargas de agua se correspondan con los pronósticos del “Niño”.

Autora: Elida Thiery _ Agrofy 
Primicias Rurales