Buenos Aires, 6 febrero (PR/19) — El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) articipó de un curso internacional sobre la industria de la seda en la India centrado en mejoramiento genético, procesos de extensión y comercialización.
En tanto, el objetivo fue estrechar vínculos y profundizar los conocimientos sobre la sericultura y perfeccionarse con los pioneros para potenciar la actividad.
La República de la India es el segundo productor mundial después de China y, también, el principal consumidor de seda.
Desde hace 20 años, este país está en un proceso progresivo de aumento de producción interna a fin de sustituir las importaciones desde China.
En este camino para lograr la soberanía productiva, impulsan una serie de capacitaciones a fin de formar cuadros técnicos por el mundo y establecer vínculos de cooperación e intercambio de técnicas y conocimiento.
Francisco Pescio, asistente regional AMBA del Programa Prohuerta (INTA/MSyDSN), fue seleccionado en una convocatoria para participar de la capacitación en sericultura e industria de la seda, dictado por el Instituto Central de Investigación y Capacitación en Sericultura (CSRTI, por sus siglas en inglés), en la ciudad de Mysore, al sur de la India.
El especialista no dudó en reconocer que “la tecnología hindú puede ser aplicada en nuestro país y generar convenios de cooperación entre la Argentina y la India”.
“La seda es un producto fuertemente arraigado a la cultura hindú”, explicó Pescio y agregó: “Lo más interesante del modelo hindú es que se basan en la agricultura familiar”.
Consignó que “hay 8 millones de personas que tienen un empleo vinculado directamente con la industria de la seda, de los cuales 500 mil son productores de capullos y el resto son artesanos, hilanderos y comerciantes”.
De acuerdo con Pescio, la forma de trabajar en la Argentina es similar a lo propuesto en la India en materia de desarrollo de trabajo en pequeña escala y de agregado de valor.
“Tenemos algunos desarrollos en los que estaban interesados avanzar: en cuestiones de nanotecnología y biotecnología vinculados a los capullos, a la fibroina y a otros productos derivados de la seda que pueden ser bastante interesantes”, explicó.
La sericultura consiste en el cultivo de la morera, la cría del gusano de seda y la elaboración de productos con esa fibra son los tres elementos que definen a la actividad.
En la Argentina hay alrededor de 400 productores de seda, la actividad está orientada a la agricultura familiar y la realizan principalmente las mujeres.

Primicias Rurales

NA