Desde el Servicio Meteorlógico Nacional (SMN) explicaron una serie de fenómenos y dichos populares que comúnmente se relacionan con el clima.

Burbujas en los charcos, ¿Lluvia para rato?

En ocasiones al llover se forman burbujas en los charcos, lo que según el dicho popular, significa que a a llover por un rato. Un fenómeno que seguramente viste alguna vez.

En su recorrido hacia la superficie, las gotas se disuelven e incorporan partículas gaseosas del aire. Estos gases son liberados rápidamente formando burbujas.

La ley de Chatelier indica que la solublidad de los gases en los líquidos es inversamente proporcional a la temperatura, es decir que cuanto más frío es un liquido más gases puede incorporar. Los charcos están a una temperatura mayor que la lluvia y al entrar en contacto con estos gases son liberados.

“Si hay muchas burbujas indica que las gotas que caen están mucho más frías que el agua de los charcos, lo que es indicio de que continuará el proceso de condensación en las nubes y habrá más producción de lluvia”, fue la explicación del SMN.

Olor a “Tierra mojada”

¿Se puede oler la lluvia? La ciencia descubrió de dónde sale ese aroma y le puso un nombre: Petricor.

Cuando se acerca una tormenta sentimos un olor muy placentero que muchas veces asociamos a tierra mojada.

Esta fragancia se llama Petricor. Es una combinación de aceites de plantas, compuestos químicos y microorganismos del suelo que se liberan a la atmósfera.

“Cuando una gota golpea la superficie atrapa minúsculas burbujas de aire en el punto de contacto. Al igual que sucede en una copa de champán, las burbujas viajan hacia arriba a través de la gota, explotan en la superficie y liberan aerosoles y partículas del suelo que dan ese olor tan característico”, señalaron desde el SMN.

“Lo que mata es la humedad”

Si hace mucho calor nuestro cuerpo utiliza mecanismos para disminuir su temperatura.

Los días calurosos el cuerpo transpira formando en la piel una capa de agua, sales y minerales que en condiciones adecuadas de temperatura, humedad y viento van a evaporarse y así refrescarnos.

“El sudor que está en estado líquido sobre la piel pasa a la atmósfera en estado gaseoso. Para realizar el cambio de estado, le quita calor a nuestro cuerpo y lo refresca. Si el aire que nos rodea contiene mucha humedad el sudor no puede evaporarse y permanece en nuestra piel”, comentaron desde el SMN.

Esto genera que, en los días húmedos y calurosos el sudor queda sobre la piel y nuestro cuerpo no puede refrescarse, por eso tenemos esa sensación de calor agobiante o “pegote”.

Autor: Nicolás Degano - Agrofy Agency
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