Buenos Aires, 16 febrero (PR/19) — La Patagonia es una región donde se producen frutas como peras, manzanas, las finas, entre ellas los berries, se desarrollan la horticultura y también especies forrajeras.
Quizá las actividades más destacadas de la agricultura se encuentran en los Valles de Río Negro, tomando como puntales la producción de peras y manzanas.
En el caso de la pera fresca, durante 2018 se exportaron 320 mil toneladas, siendo los principales destinos Brasil y Rusia; la producción se concentra en Río Negro y Neuquén en un 90% y Mendoza el resto.
Las manzanas son el otro producto estrella de los suelos patagónicos, según un informe de la agencia Agrofy, ya que durante 2018 se produjeron 563 mil toneladas, de las cuales se exportaron cerca de 95.000.
El grupo de frutas finas -denominación que se vincula al aspecto comercial y no al botánico- incluye a un conjunto de especies que se caracterizan por su reducido tamaño y pueden clasificarse en dos subgrupos.
Berries, de sabores acidulados y de condición perenne rápido: Arándano, frambuesa roja, moras y zarzamoras arbustivas y las cherries, frutos menores de las frutas de carozo: cereza y guinda.
La superficie cultivada con berries se distribuye en diversas provincias, pero en el caso de frambuesas, moras y grosellas, algo más del 70% se concentra en territorio patagónico: Comarca Andina del Paralelo 42º, Valle Inferior del Río Chubut, Alto Valle del Río Negro y Neuquén, Neuquén (Plottier, Senillosa, San Martín de los Andes), Los Antiguos (Santa Cruz).
Según el Indec, Argentina exportó durante 2018, 15 mil toneladas de arándanos frescos, siendo Estados Unidos el principal receptor, seguido por el Reino Unido.
En el valle del río Chubut se sitúan primero los forrajes, seguidos por la producción de papas, hortalizas y frutales.
Pero en el área de los lagos Musters y Colhue Huapi se encuentra una importante zona agropecuaria, especializada en forrajes y granos.
El lúpulo que se utiliza en la producción de cerveza es la flor de una enredadera perenne que sólo crece en condiciones muy específicas.
De hecho, Argentina es el único país de Latinoamérica donde se cultiva porque requiere, entre otros factores, extensos períodos continuos de sol.
El epicentro es El Bolsón (Río Negro) y a pesar de que en Chubut se encuentran las muy precisas y raras condiciones para su cultivo, la cantidad de hectáreas dedicadas al humulus lupulus está en declive y los cerveceros se ven forzados a comprar lúpulo, en forma de flores o pellets, en el exterior.
A pocos kilómetros de la puerta de entrada a Vaca Muerta, específicamente en Tratayén, Neuquén, se siembran aproximadamente 400 hectáreas de maíz para la ganadería.
En Santa Cruz, el municipio de Perito Moreno, cuenta con superficies cultivables que se dedican a cultivos forrajeros, como la avena y el centeno, también se consigue papa y gran variedad de hortalizas y verduras.

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