Por Ulises Forte*.
Buenos Aires, 4 mayo (Especial para NA) — Este 2019, como todos los años en los que se elige Presidente, presenta un escenario complejo para las actividades económicas y productivas.
“Es un año para hacer la plancha y esperar”, se suele decir. Sin embargo, los que trabajamos todos los días por la carne argentina sabemos que no se puede detener el motor productivo, más aún cuando venimos ganando mercados y creciendo a paso redoblado en exportaciones.
Es, entonces, un año que nos plantea un desafío extra: explicar claramente a todas las fuerzas políticas la importancia económica y social que tiene la producción de carne en la Argentina, una de las actividades más federales y genuinas que, además, fue una de las pocas que trajo buenas noticias en estas épocas de bolsillos flacos.
Debemos salir de la discusión electoral y plantarnos firmes en nuestras capacidades, empujando desde el sector privado la recomposición productiva y el crecimiento de las ventas externas, pero sin dejar de hacer visibles nuestras necesidades: reagrupamiento de estándares sanitarios, créditos productivos, incentivos fiscales para animales pesados, etc.
Por eso, lejos de “tirar un rebaje”, en pocos días más estaremos participando nuevamente en la feria Sial de China junto a 25 empresas exportadoras –un mercado que no para de crecer y en donde estamos lanzando una gran campaña de promoción-.
Y también estaremos presentes en una gran feria de alimentos de Chicago, Estados Unidos, junto a ocho empresas, en lo que será la primera participación en eventos de este tipo desde la reapertura del mercado norteamericano que logramos a fines del año pasado.
Dentro del país, seguimos con las Jornadas a Campo y Seminarios, como la que realizamos días atrás en San Luis o la que llevaremos a cabo próximamente en Río Cuarto, con el objetivo de irradiar conocimientos y tecnologías –junto a destacados especialistas- que permitan pequeñas mejoras en los planteos productivos de cada región del país.
Porque cada nuevo ternero logrado cuenta; cada engorde más eficiente cuenta.
Sabemos, además, que pese a ser una época de “billetera flaca” el consumo interno se va recomponer poco a poco, porque como siempre decimos, tenemos la suerte de que los argentinos gozamos de una tremenda cultura carnicera que fue y será el motor del negocio.
Por todo lo dicho, está visto que en la cadena de ganados y carnes no nos podemos dar el gusto de “hacer la plancha” sino que, por el contrario, debemos redoblar el trabajo dentro y fuera del país para crecer, generar nuevos negocios y seguir trayendo buenas noticias (este año esperamos llegar a las 600.000 toneladas exportadas).
Debemos tener en cuenta que los terneros que estemos planificando este año recién van a ser novillos cuando tengamos que votar al Presidente que suceda al que aún no votamos este 2019. Por eso no podemos bajar los brazos, al menos desde el sector privado, y tenemos que tirar del carro aunque el Estado esté un poco “distraído” en otros menesteres.
(*)Presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).

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