Buenos Aires, 6 julio (PR/19) — La Iglesia católica celebra hoy el día de santa María Goretti, virgen y mártir que falleció a los 12 años en defensa de su castidad como consecuencia de las heridas que le produjo un joven que intentó violarla cuando estaba sola en su casa, cercana a la localidad de Nettuno, en el Lacio, de Italia.
María nació el 16 de octubre de 1890 en Corinaldo, en la actual Italia y murió el 6 de julio de 1902 en el mismo lugar, luego de perdonar a su atacante, quien se convirtió a la fe católica en la cárcel.
Hija de Luigi Goretti y Assunta Carlini, tercera de siete hijos de una familia pobre de bienes terrenales, pero rica en fe y virtudes, cultivadas por medio de la oración en común, rosario todos los días y los domingos Misa y sagrada Comunión.
Al día siguiente de su nacimiento fue bautizada y consagrada a la Virgen, a los seis años recibió el sacramento de la Confirmación.
La comunión constante acrecentó en ella el amor por la pureza y la anima a tomar la resolución de conservar esa angélica virtud a toda costa, resaltó la agencia AciPrensa.
Al entrar al servicio del conde Mazzoleni, Luigi Goretti, quien murió de Paludismo, se había asociado con Giovanni Serenelli y su hijo Alessandro.
Alessandro comenzó a hacerle proposiciones deshonestas a María quien le pedía a su madre Assunta que no la dejara sola en la casa por temor de lo que finalmente ocurrió: el ataque.
El 5 de julio, al no conseguir que María se sometiera, Alessandro la amordazó y le dio 14 puñaladas hasta dejarla inconciente, pero cuando llegó su madre la adolescente le dijo “es Alessandro, que quería hacerme daño”.
En el hospital María no se lamentó y no dejaba de rezar y de ofrecer sus sufrimientos a la santísima Virgen, Madre de los Dolores.
El sacerdote también estaba a su lado, asistiéndola paternalmente y en el momento de darle la Sagrada Comunión, le preguntó: “María, ¿perdonas de todo corazón a tu asesino?” .
Ella le respondió: “Sí, lo perdono por el amor de Jesús, y quiero que él también venga conmigo al paraíso. Quiero que esté a mi lado… Que Dios lo perdone, porque yo ya lo he perdonado” y murió el 6 de julio de 1902, a la hora en que expiró Jesucristo, a las tres de la tarde.
Alessandro recibió en la cárcel a un obispo refunfuñando, pero ante el recuerdo de María, de su heroico perdón, de la bondad y de la misericordia infinitas de Dios, se deja alcanzar por la gracia de la conversión y posteriormente será testigo en la causa de beatificación de su víctima.

NA

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