Buenos Aires, 4 agosto (PR/19) — La falta de medidas internas que fomenten la producción para el sector de los biocombustibles argentinos conspira contra las novedades importantes en esta industria durante 2019, según la consultora KPMG.
También juegan en contra del desarrollo las restricciones a las ventas argentinas que aún imperan en los Estados Unidos, pero hay expectativas ante los beneficios futuros del acuerdo Unión Europea-Mercosur.
Así lo reflejó el informe especial de KPMG “Desarrollo de Biocombustibles en la Argentina” al destacar que las perspectivas de desempeño de esta industria para 2019 “no mostrarían un cambio radical respecto a lo observado en 2018”.
“Si bien es cierto que la Unión Europea (UE)seguirá siendo el principal destino de las exportaciones nacionales de biodiésel durante 2019, lo sucedido con el mercado americano debe conformar un llamado de atención que incentive a las autoridades locales a la implementación de medidas de fomento a la producción local de biocombustibles”, indicó el reporte.
Se trata de medidas “que, al mismo tiempo, fortalezcan el mercado interno (incrementando los cortes con combustibles fósiles, por ejemplo) y la diversificación de los destinos de exportación”.
Además sostiene que resulta necesario asignar mayores esfuerzos y recursos a la investigación y al desarrollo del sector, en cuanto a la segunda generación de biocombustibles que son los relacionados a la materia prima no consumible o biomasa.
Se indica que sus principales ventajas radican principalmente en que los insumos utilizados para su producción no generan competencia por la tierra fértil o con la producción de alimentos.
Tampoco presentan el inconveniente de la disponibilidad, que sí observan los biocombustibles de primera generación (soja, maíz, trigo, sorgo, azúcar, etc.) y resultan más baratos.
Algunos ejemplos de estos biocombustibles son el biodiésel de microalgas, elaborado a partir de aceites vegetales usados o el etanol de celulosa.
Los autores del estudio afirmaron que elementos de orden interno, como la inflación, la presión tributaria, la reinstauración de los esquemas arancelarios a la exportación y la ausencia de reglas claras (por ejemplo, en la determinación de los precios oficiales), “conforman actualmente los principales obstáculos al buen desempeño de la mayoría de las actividades económicas, incluida la producción de combustibles alternativos”.

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