Buenos Aires, 26 octubre (PR/19) — El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) alertó por la elevada presencia de la plaga picudo algodonero que fue una constante durante todo el año, con el mayor registro en los últimos dos meses.
En tanto, entra las causas de la proliferación están el exceso hídrico y la demora en la destrucción del rastrojo por falta de piso.
Considerada la plaga más dañina del cultivo del algodón en América Latina, el picudo o Anthonomus grandis se destaca por su enorme potencial de destrucción que impacta en la reducción de los rendimientos y en el aumento de los costos de la producción.
De acuerdo con María Simonella, especialista del INTA Sáenz Peña, Chaco, “la presencia de adultos de picudo del algodonero en las trampas de captura instaladas para su monitoreo en la región fue una constante durante todo el año”.
Además reconoció que “los registros presentan valores muy elevados con 10 picudos por trampa por semana durante los últimos dos meses”.
Simonella aseguró que “para manejar y controlar al picudo es necesario conocerlo al detalle, desde su biología, hábitos hasta los daños que produce para diseñar una estrategia luego”.
Para Iván Bonacic Kresic, coordinador del área mejoramiento genético y protección vegetal del INTA Sáenz Peña, existen tres pilares fundamentales: “la organización, el monitoreo y el manejo integrado”.
En cuanto al primer punto, subrayó la necesidad de que los productores trabajen de modo colectivo y unidos a los representantes de los distintos eslabones de la cadena.
“Es mediante la conformación de grupos de trabajo que se logran resolver las problemáticas que afectan al cultivo, en los que cada uno aporte lo que sabe”, dijo.
Con respecto al monitoreo, destacó la importancia de implementar las trampas de feromonas, dado que permiten determinar la presencia del insecto, la densidad poblacional con la que se presenta y el movimiento o desplazamiento de la plaga desde uno a otro sector del lote.

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