Buenos Aires, 5 diciembre (PR/19) — Cada vez resulta más complicado sostener producciones electrodependientes, principalmente por los costos que conlleva la electricidad y los impuestos. Una de las alternativas que se plantea ante esta situación, es la revolución de las energías renovables, las cuales se caracterizan por ser sustentables y según los cálculos, más económicas.

En este sentido, basta trasladarse a la región de Cuyo, más precisamente en San Luis, donde diferentes establecimientos ligados tanto a la agricultura como a la ganadería se animaron a poner en funcionamiento el riego con el abastecimiento de energía solar.

En este contexto, cabe destacar que la provincia posee un clima de tipo continental seco, las precipitaciones anuales son moderadas, apenas llegan a los 600 mm anuales, por lo general son lluvias que decrecen de norte a sur y de este a oeste. Por este motivo, el riego complementario es una alternativa muy utilizada para mejorar y estabilizar los rindes de la agricultura en la región.

Sobre este tema, Agrofy News conversó con el economista Matías Irigoyen, quien hace siete años investiga y experimenta en el universo de las Energías Renovables. Recientemente terminó de desarrollar e implementar con la empresa MWH Solar (desarrollador e integrador que brinda soluciones de negocio en torno a la energía), el primer proyecto de autogeneración renovable del país en un establecimiento agropecuario.

Se trata de una explotación agrícola-ganadero de 9.000 hectáreas, localizada en Quines, provincia de San Luis. El parque solar de 1.800 paneles cubre una hectárea y abastece el equivalente a 450 hectáreas de riego.

Cabe señalar que en la zona de Quines, las precipitaciones son de 500 mm aproximadamente y según los productores de la zona, el riego es obligatorio y no complementario.

“Nos llevó un año y medio de desarrollo, y tres semanas y media de implementación, la cual fue super simple en comparación con el desarrollo”, comentó Irigoyen. Todos los proyectos más grandes que este, no son para abastecer de riego sino para generar energía y vendérsela al Estado o a otro privado.

Otro aspecto que resaltó el economista, es el marco legal: “Fue el primer proyecto agropecuario de gran escala que se enmarca en la Ley 27.191 (2015) de promoción de Energías Renovables para la Generación Eléctrica, y aplica algunos beneficios fiscales”. En este contexto, cabe aclarar que esta normativa obliga a todos los grandes usuarios del país a consumir un determinado porcentaje de energías renovables en los próximos años (el 20% a partir del 2025), y si bien ahí están grandes empresas del país, también hay varias empresas agropecuarias que consumen grandes cantidades de energía, al utilizar riego.

ENTRE EL BENEFICIO ECONÓMICO Y LA INVERSIÓN
Ante la consulta: ¿Por qué a un productor en una zona agrícola marginal como San Luis le conviene utilizar energía solar para el riego y no convencional? Irigoyen fue claro y contundente: “La ventaja es estrictamente económica”, y explicó: “La unidad de energía en San Luis (entre CAMMESA, transporte y distribución local) cuesta alrededor de US$ 100 el megavatio/hora más los impuestos. Si tenemos en cuenta el IVA, la carga municipal, y provincial, esos US$100 se van a US$ 140. En cambio, con energía solar el megavatio/hora se autogenera a US$ 60 que son finales. Básicamente compiten US$ 60 contra US$ 140”.

Más allá del beneficio económico, una de las grandes incógnitas es la inversión. El economista reconoció que son inversiones onerosas, pero que eventualmente se podrían financiar. Como aspecto positivo, resaltó: “Son proyectos que implican un activo en la propiedad, duran 30 años y el productor se convierte en dueño”. Según comentó, se puede empezar con proyectos de US$ 5.000 o de US$ 50 millones.

Irigoyen, insistió en que lo más importante es el período de repago (que oscila entre 5 y 7 años) que tiene la inversión con estos 30 años de vida útil. Según explicó, cambia de acuerdo a la escala y la zona: “Mientras más grande sea el proyecto, proporcionalmente va a ser más económico”. Por otro lado, también depende mucho de la calidad del sol, y ejemplificó: “No es lo mismo instalar 2.000 paneles solares en San Luis que en Santa Cruz, el rendimiento cambia mucho”.

ESCALAR Y MODULABLE
Los expertos resaltan que la energía solar a diferencia de la eólica es modular y escalable, eso significa que se pueda colocar el mismo panel solar para una casa en Santa Fe, en Córdoba, en Buenos Aires que para hacer un parque solar, lo que varía es la cantidad.

Tan es así que otro de los casos de riego con energía solar de menor escala, se encuentra localizado a 35 km al sur de Villa Mercedes, más precisamente en un campo llamado Los Crispines. En diálogo con Agrofy News, Raúl Boehler del Grupo Boehler, la empresa familiar que implementó el proyecto, detalló: “Tenemos un solo pivote para 100 hectáreas que empezamos a proveerlo con energía solar para armar un sistema que sea sustentable, con ingeniería de riego más eficiente, y agricultura de precisión optimizando los recursos para la producción de alimentos”.

Para regar esas 100 hectáreas disponen de 110 kw de energía generada por 640 m² de paneles. “La energía que necesitamos consumir para que funcione el pivote, las bombas de riego y de extracción son 50 kw, y en esta época del año hacemos 11 horas de riego continuo”, apuntó.

Al ser consultado, sobre el motivo que lo condujo a implementar el sistema, el empresario agropecuario, señaló: “Consideramos que es un sistema sustentable con objetivos de triple impacto: social, más y mejor trabajo; mínimo impacto ambiental, máximo cuidado del medio ambiente, y el impacto económico, dado motoriza la economía local con más inversiones”.

Para Boehler, “si este sistema económicamente funciona, va a permitir ampliar la frontera agrícola con niveles de producción más altos que naturalmente van a generar más empleo tanto en forma directa como indirecta”.

No obstante, aclaró que se trata de una prueba piloto, con el fin de poder evaluar los costos, y ver si el repago de esta modalidad es razonable. En este sentido, Boehler expresó: “Si los repagos son muy largos, los proyectos en Argentina se desvanecen; en cambio, si están en un marco razonable es factible que crezcan, conseguir más inversiones y hacer más inversiones de este tipo de emprendimiento”.

MAYORES RENDIMIENTOS
Sobre los cultivos extensivos en esta zona, Boehler contó: “Normalmente sembramos en secano soja y maíz; en el caso del riego con energía solar vamos a plantear una rotación de soja, maíz y trigo”, y explicó: “Como tenemos el círculo dividido en mitades, vamos a hacer un cultivo y medio por año. Sembraríamos 150 hectáreas por año, de las cuales, 100 hectáreas serían de dos cultivos de verano, y 50 de un cultivo de invierno”.

En la misma línea, el productor agropecuario, comparó los rendimientos entre la producción a secano y con riego: “Nuestro rendimiento promedio en la zona, en secano es de aproximadamente 50 quintales de maíz, y en soja es entre 19 y 20 quintales; en cambio, creemos que esos rendimientos de maíz se pueden duplicar, y en la soja podemos obtener entre 35 y 40 quintales. Además, agregaríamos al sistema la posibilidad de cultivar trigo que estimamos que puede alcanzar entre 40 y 50 quintales, mientras que en secano no tenemos la posibilidad de producir trigo bajo ninguna circunstancia”.

Fuente: Agrofy News

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