Buenos Aires, 8 diciembre (PR/19) — El arzobispo de Mercedes- Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, pidió hoy “no caer en la tentación de querer destruir al otro”, al pronunciar su homilía en la Basílica de Luján frente al presidente saliente, Mauricio Macri, y el mandatario electo, Alberto Fernández.
“Debemos hacer todo lo posible y resistir por no caer en la tentación de querer destruir al otro”, manifestó Scheinig en el marco del Día de la Inmaculada Concepción de María.
A dos días del inicio del cambio de Gobierno, Macri y Fernández participaron en primera fila de una misa “por la unidad y la paz” en la Basílica de Luján, de la que no participó la vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner.
En ese marco, Scheinig pidió “volver a dialogar” y construir políticas que “trasciendan los gobiernos”, y consideró que “necesitamos promover una cultura del encuentro” y “volver a dialogar todas las veces que sea necesario”.
“Estamos agotados de tantos desencuentros y peleas. No se trata de una unidad homogénea o hegemónica, sino de una unidad necesaria para construir el país deseado y salir del laberinto en el que nos encontramos”, manifestó el arzobispo de Mercedes- Luján.
Además, consideró que “ninguna persona o grupo en soledad o aislado es la Patria”, y argumentó: “La Patria somos todos. La comunión entre nosotros no es una cuestión estratégica, hace a la esencia de lo que somos en el origen y a lo que podemos ser en el destino común”.
En sintonía, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Vicente Ojea, convocó a “reconectarnos con la realidad”, y afirmó : “A veces creemos que la realidad es un espectáculo que sucede fuera de nosotros”.
“El Papa (Francisco) no convoca a un trabajo cuerpo a cuerpo. Tenemos que ponerlos a los más necesitados en el centro del camino de la Iglesia. Que la prioridad esté en el cuidado de los más pobres y de los más frágiles”, manifestó.
El presidente electo concurrió a la misa, que duró poco más de una hora, acompañado por su pareja, Fabiola Yañez, al igual que Macri que asistió junto a su esposa Juliana Awada.
Por parte del Frente de Todos, asistieron los futuros ministros Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Felipe Solá (Relaciones Exteriores), Santiago Cafiero (jefe de Gabinete), Marcela Losardo (Justicia y Derechos Humanos), Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Nicolás Trotta (Educación), entre otros.
En tanto, en representación de Juntos por el Cambios concurrieron los ministros salientes Patricia Bullrich (Seguridad), Marcos Peña (jefe de Gabinete), Guillermo Dietrich (Transporte), y Hernán Lacunza (Hacienda).
Las principales ausencias estuvieron dadas por la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y su sucesor, Axel Kicillof, al igual que el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Detalles

Aplausos, insultos, mensajes de apoyo y abucheos se mezclaron hoy en la multitudinaria misa de Luján que concitó al presidente, Mauricio Macri, y al mandatario electo, Alberto Fernández, a dos días del cambio de gobierno.
Aunque llegaron por separado, los dirigentes caminaron juntos hacia la primera fila montada de cara al escenario en el que el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, llamó a construir desde el diálogo, dejar atrás las divisiones y priorizar a los pobres del país.
La presencia conjunta de los dirigentes llevó a que en el público se mezclaran muestras de apoyo con insultos hacía ambos lados.
Macri fue cuestionado por la creciente pobreza divulgada la última semana por la UCA, mientras que Alberto Fernández recibió insultos por su respaldo a la legalización del aborto, proyecto de ley que impulsará a partir del año que viene.
En tanto, Gabriela Michetti, Esteban Bullrich, Roberto Lavagna y Daniel Arroyo fueron aclamados por el público debido a su fuerte militancia religiosa.
Mientras Scheinig pedía dejar de reducir a los pobres “a un hecho sociológico o macroeconómico”, Macri y Fernández conversaron varias veces en voz baja.
El diálogo se extendió en varias ocasiones a la primera dama saliente, Juliana Awada, quién se fundió en un cálido abrazo con el presidente electo al terminar la misa.
El líder del Frente de Todos y el mandatario saliente estuvieron acompañados por numerosos dirigentes de máxima cercanía.
Por el lado de Macri, asistieron Marcos Peña y todo el equipo de ministros, además de varios secretarios y senadores.
Estaba previsto que concurrieran Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, pero finalmente no asistieron a la misa.
Alberto Fernández llegó con un amplio equipo compuesto por más de una decena de futuros ministros, como Santiago Cafiero, Felipe Solá, Daniel Arroyo y Gustavo Beliz.
Bajo un calor abrumador, el presidente electo siguió atentamente las oraciones del arzobispo, entre las que había numerosas citas al papa Francisco, y hasta se lo vio alegremente cantando “Osana”, al lado de Macri, quién permanecía en silencio.
Lo más destacado del evento fue la muestra de diálogo entre los dirigentes, momento que se repitió en varias ocasiones para que las cámaras lo tomen.
Finalizada la misa, ambos abandonaron rápidamente el lugar a través del complejo museografico provincial.
La salida de Alberto Fernández y sus funcionarios fue acompañada por un amplio grupo de personas, que se sacaron fotos y abrazaron a los dirigentes.