Buenos Aires, 7 enero (PR/20) — José Manuel Estévez es Licenciado en Biología con orientación en botánica y Doctor en Bioquímica y Biología Molecular. Hizo dos postdoctorados en Stanford y Berkeley, donde se especializó en biología molecular de plantas, línea de investigación que desarrolla actualmente en el Instituto Leloir de Argentina dirigiendo el laboratorio de Bases Moleculares del Desarrollo Vegetal.

Recientemente, el Dr. Estévez se incorporó al cuerpo de investigadores de la Universidad Andrés Bello en el Centro de Biotecnología Vegetal (CBV).

Los laboratorios en ambos lados de la cordillera realizarán investigación en común, continuando y ampliando sus proyectos en marcha. En particular, el grupo del profesor Estévez se ha dedicado a estudiar el desarrollo de las raíces y los mecanismos moleculares que generan el crecimiento de los pelos radicales, esto es, las células que salen de la epidermis de la raíz y la puerta de entrada de los nutrientes a la planta.

“Lo que más nos interesa es tratar de entender cómo las plantas pueden maximizar la captación de agua y nutrientes, sobre todo en un contexto de cambio climático global, donde las condiciones tanto climáticas como de suelo y de interacción con microorganismos van a ir cambiando mucho y de maneras muy diversas dependiendo del lugar donde se cultive”, explica.

Entendiendo estos procesos es posible mejorar la eficiencia de los cultivos en suelos pobres en nutrientes o con poca agua; es decir, se trata de investigación básica con amplia aplicabilidad, ya que así como actualmente en Chile, muchas partes del mundo atraviesan o atravesarán contextos de sequía y suelos inhóspitos.

“Queremos hacer una especie de ‘superplanta’, que sea climáticamente inteligente y adaptable a determinadas condiciones”, grafica el Dr. Estévez.

Una de las ideas que comenzará a trabajar es la tolerancia de las plantas a suelos cada vez más salinos, como también a temperaturas muy altas o muy bajas: todas ellas condiciones asociadas al cambio climático. “Nos interesa ver cómo las plantas pueden ajustarse a la temperatura y también de alguna manera poder mejorar su resistencia y ser climáticamente inteligentes”, detalla.

UN PLANETA SUPERPOBLADO Y CON RECURSOS LIMITADOS

Si bien estos trabajos se realizan con un modelo de planta de laboratorio que permite hacer los experimentos más rápido y observar las respuestas, la idea es luego traspasar los avances a plantas como soja, maíz, arroz y trigo a través de edición génica, con miras a alimentar a los 8 mil 500 millones de personas que habitarán la Tierra para el año 2025, según estimaciones de la ONU.

Al crecimiento de la población se suma también el eventual agotamiento de las reservas de fosfatos, mineral fertilizante ampliamente utilizado. “Hay que cambiar la manera de fertilizar a una de liberación lenta y controlada, de manera que no se pierda y con la cantidad mínima posible para mantener la productividad”, señala el científico.

Todos estos proyectos, sumados a las otras áreas de estudio del CBV relacionadas con frutos, plagas y patógenos, semillas, entre otras, son clave para el desarrollo del país y la estrategia de supervivencia a nivel global. En este sentido, el Dr. Estévez aspira a que su incorporación ayude a una mayor visibilidad, repercusión y proyección de este trabajo.

Su laboratorio se está instalando progresivamente en el Edificio de Investigación, y entrará en funcionamiento en abril del 2020. 

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Fuente: Agrofy News