Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,12-16):

Una vez, estando Jesús en un pueblo, se presentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme».
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.»
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus enfermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.

Palabra del Señor

Reflexión:

Queridos amigos:

En el final de este tiempo de Navidad, en la víspera de la celebración del Bautismo del Señor, la Palabra de Dios nos recuerda lo esencial de este tiempo y nos envía a vivir este espíritu de la Encarnación a lo largo de todo el año.

“ ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? ”. En el Adviento hemos esperado y en la Navidad hemos celebrado al Dios-con-nosotros. En la humildad de una vida humana, la de Jesús, Dios se nos ha manifestado de manera definitiva. Creer en Él nos hace vencer toda apariencia, toda tentación, toda falsedad… vencer al “mundo” en sentido bíblico, como aquello opuesto a Dios y a su Reino.

Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz”. Desde Belén, desde Nazaret, donde ha prendido la semilla definitiva de la Palabra de Dios, esa Buena Noticia se ha ido extendiendo por la tierra, corriendo veloz… También hoy, más de dos mil años después, ese Evangelio de Jesús y del Reino quiere llegar hasta los confines del mundo.

Señor, si quieres puedes limpiarme”. La fuerza de ese Evangelio no son las armas ni la violencia. Hoy, como ayer, el Señor sigue estando a la puerta y llama… esperando nuestra respuesta. Por eso, sólo un corazón humilde, que reconoce su miseria a la vez que se confía enteramente a Dios, es capaz de dejar espacio a ese Dios, para que su fuerza se manifieste en la debilidad. Como hizo María. Como tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia.

Señor Jesús, tú eres el Dios con nosotros.
Contigo vencemos la apariencia y la falsedad.
Tú nos invitas a seguirte,
sin méritos, por pura gracia,
para seguir llevando tu mensaje
a una tierra que necesita tu Palabra, tu Vida, tu Salvación.
Cuenta conmigo, Señor.

Vuestro hermano en la fe:

Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)