“Pedimos definiciones concretas sobre escalas, distancias a puerto, economías regionales y cooperativismo, para garantizar el compromiso solidario y el impulso productivo que necesita nuestro país”. Así lo indicó Federación Agraria Argentina (FAA) en relación a la promesa del gobierno de compensar a los pequeños productores frente al potencial incremento de la presión fiscal contemplado en la Ley Nº 27.541 (de “emergencia pública”).

“Si se corre el riesgo de poner a todos en igualdad de condiciones, se agravaría el riesgo de desaparición de este segmento de productores”, añadió FAA en su cuenta de Twitter.

Ley Nº 27.541 otorga al Poder Ejecutivo la posibilidad de fijar derechos de exportación de hasta el 33% en poroto de soja y de hasta 15% en cereales y productos del complejo girasolero. Se trata de un aumento de tres puntos respecto de la situación actual (según lo dispuesto por el decreto 37/19).

Pero la norma indica que apenas un 3% del valor resultante del aumento de derechos de exportación se puede destinar “a la creación de un fondo solidario de competitividad agroindustrial para estimular la actividad de pequeños productores y cooperativas a través de créditos para la producción, innovación, agregado de valor y costos logísticos”.

Si se considera el promedio anual de las liquidaciones argentinas de agrodivisas registradas en los últimos tres años (19.601 millones de dólares), ese 3% sería en 2020 equivalente a unos 20 millones de dólares.

Se trata de una cifra equivalente al valor actual de 375 camionetas Toyota Hilux D/C 2,8 TDi 4X4 GR-S 6 A/T. O bien que permitiría sembrar  36.000 hectáreas de trigo (sin contemplar el costo de cosecha).

En términos mensuales, considerando el tipo de cambio  comprador BNA, la cifra no llega a sumar 100 millones de pesos por mes, lo que permitiría, por ejemplo, mejorar en un 5% el precio actual de un total de 128.000 toneladas de soja (volumen generado en 32.000 hectáreas con un rendimiento promedio de 4,0 qq/ha).

La cifra, en función de las necesidades de inversión del sector agropecuario argentino –principal inversor presente en la economía argentina– sería suficiente para ayudar apenas a unas decenas de pequeños productores agropecuarios.

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Fuente: valorsoja.com