Buenos Aires, 13 mayo (PR/20) — El papa Francisco convocó a creyentes de todas las religiones a rezar juntos por el fin de la pandemia hoy jueves 14 de mayo.

“Una jornada de oración, ayuno y obras de caridad”, pidió el Sumo Pontífice, como parte de una iniciativa surgida de un grupo de líderes religiosos y culturales diversos.

El papa Francisco convocó el miércoles a los creyentes de todas las religiones a una jornada global de rezo y ayuno para pedir por el fin de la pandemia del coronavirus, que ya dejó más de 295 mil muertos y más de 4 millones de contagiados en el mundo.

La iniciativa, promovida por el Alto Comité para la Hermandad Humana -un grupo de líderes religiosos, académicos del ámbito educativo y líderes culturales de todo el mundo- está prevista para hoy jueves 14 de mayo y pedirá a Dios que proteja a la humanidad contra el COVID-19.

“El virus nos golpea a todos, sin distinción entre buenos y malos, ricos y pobres”, dice otro de los convocantes que aparecen en un video, difundido por Vatican News.

El Arzobispado de Argentina también se sumó con el siguiente comunicado: 

El 14 de mayo es día de oración y ayuno en el que todos los creyentes del mundo, independientemente de su religión, nos unimos para pedir a Dios Creador que proteja a la humanidad afectada por la pandemia del coronavirus. Se trata de una iniciativa promovida por el Alto Comité para la Hermandad Humana y a la que se une el Papa Francisco, quien ha comunicado a toda la Iglesia Católica:

“Y como la oración es un valor universal, he aceptado la propuesta del Alto Comité para la Fraternidad Humana de que el próximo 14 de mayo, los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en un día de oración, ayuno y obras de caridad, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus. Recuerden: el 14 de mayo, todos los creyentes juntos, creyentes de diferentes tradiciones, para rezar, ayunar y hacer obras de caridad”

Hagamos esta súplica común para invocar, con una sola voz, la ayuda de Dios para que preserve la humanidad, “la ayude a superar la pandemia, le restituya la seguridad, la estabilidad, la salud y la prosperidad, y haga que nuestro mundo, una vez eliminada esta pandemia, sea “más humano y más fraterno”.

Confirmando la importancia del papel de los médicos y de la investigación científica para hacer frente a esta epidemia no olvidemos dirigirnos a Dios Creador en esta grave crisis. Por eso hoy todas las personas, en todo el mundo, nos dirigimos a Dios rezando, suplicando y ayunando, cada según su fe nos dirigimos al único Dios Creador para que Él elimine esta epidemia, nos salve de esta aflicción, ayude a los científicos a encontrar una medicina que la derrote, y para que Él libere al mundo de las consecuencias sanitarias, económicas y humanitarias de la propagación de este grave contagio.

Rezamos con algunos versículos del salmo 21:

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

¿Por qué estás lejos de mi clamor y mis gemidos?

Te invoco de día, y no respondes,

de noche, y no encuentro descanso;

y sin embargo, tú eres el Santo,

que reinas entre las alabanzas de Israel.

En ti confiaron nuestros padres:

confiaron, y tú los libraste;

clamaron a ti y fueron salvados,

confiaron en ti y no quedaron defraudados.

No te quedes lejos, porque acecha el peligro

y no hay nadie para socorrerme.

Me rodea una manada de novillos,

me acorralan toros de Basán;

abren sus fauces contra mí

como leones rapaces y rugientes.

Soy como agua que se derrama

y todos mis huesos están dislocados;

mi corazón se ha vuelto como cera

y se derrite en mi interior;

mi garganta está seca como una teja

y la lengua se me pega al paladar.

Pero tú, Señor, no te quedes lejos;

tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme

Libra mi cuello de la espada

y mi vida de las garras del perro.

Sálvame de la boca del león,

salva a este pobre de los toros salvajes.

Todos los confines de la tierra

se acordarán y volverán al Señor;

todas las familias de los pueblos

se postrarán en su presencia.

En silencio cada uno pide a Dios con fervor que nos libre del mal y le ofrece según su propia realidad un pequeño sacrificio en este día.

Libranos Señor

– De todo mal,
– De todo pecado,
– De las asechanzas del demonio,
– De la cólera, del odio y de toda mala intención,
– De la peste,
– Del hambre,
– De la guerra,
– De la muerte eterna,

Nosotros, pecadores, te rogamos

– Que nos oigas,
– Que nos perdones,
– Que seas indulgente,
– Que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
– Que te dignes conceder a los pueblos de la tierra la paz y la verdadera concordia,
– Que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
– Que te dignes damos y conservarnos sanos y salvos en esta pandemia
– Que te dignes conceder el descanso eterno a los que han muerto por el coronavirus
– Que te dignes escucharnos, Dios creador de toda la tierra y del género humano.

Oremos.

Dios de la misericordia, Dios de la piedad, Dios del perdón, que te conmueves siempre por la aflicción de tu pueblo. Ven en nuestra ayuda con tu gracia divina para que, nos liberemos de cualquier contagio y nos salvemos de todo peligro. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

El prelado del Opus Dei invita a sumarse a la convocatoria del Papa Francisco para rezar por el fin de la pandemia

Siguiendo el llamado del Papa Francisco, Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, se une a la Jornada de oración y ayuno por la humanidad contra el coronavirus, convocado para este 14 de mayo.

Con ocasión del mes de mayo, tiempo que la Iglesia dedica a la Virgen María, Mons. Fernando Ocáriz, prelado del Opus Dei, animó a los fieles y amigos del Opus Dei a unirse al Papa Francisco y a toda la humanidad, “en una jornada de oración, ayuno y obras de caridad, para implorar a Dios que se supere la pandemia del coronavirus”.

Sugiere, también, que “además de lo que cada uno y cada una considere oportuno, en el Rosario, especialmente en este día, recemos por esta intención, pensando en todos los que sufren las consecuencias de esta crisis sanitaria”.

En su mensaje, Mons. Ocáriz exhorta a imitar ese rasgo distintivo de la vida de san Josemaría de buscar continuamente a Dios a través de la devoción a la Virgen María “estamos todavía en una difícil situación mundial, de emergencia sanitaria, con tantas consecuencias dolorosas. Nuestro pensamiento, nuestra oración, se dirige especialmente a la Santísima Virgen, que es Madre de misericordia y Salud de los enfermos”.

Finalmente, ante la gran incertidumbre de estos tiempos, el prelado invita a pedirle ayuda a la Virgen para que sepamos ver la vida “como un camino de colaboración en el que nos sostenemos unos a otros”.

(El Opus Dei es un camino de la Iglesia católica. Fundado por San Josemaría, comenzó su catequesis en Argentina en 1950. Desde sus inicios, el Opus Dei tiene como finalidad contribuir con la misión evangelizadora de la Iglesia, invitando a mujeres y hombres de toda condición a vivir la fe a través del trabajo profesional y en el cumplimiento de sus actividades cotidianas, convirtiendo todos los momentos y circunstancias de la vida en ocasión de encuentro con Dios, de servicio a los demás y de mejora de la sociedad.)

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Fuente: Infobae. Arzobispado de Argentina. Oficina de Comunicación del Opus Dei