Buenos Aires, 14 mayo (PR/20) — Por Juan Manuel Garzón de IERAL-Fundación Mediterránea. La dinámica de los precios internacionales de las distintas commodities es un indicador revelador del avance de la crisis económica y de los efectos que ésta va generando en los ingresos globales y en el nivel de actividad de los distintos sectores de la actividad productiva.

Aquellas commodities que tienen como destino final la alimentación están surfeando mejor la crisis; en el primer cuatrimestre del año se observa un aumento del 3% en el valor de la canasta que monitorea el Banco Mundial (15 productos), aunque en abril la canasta quedó en el mismo nivel de precios que el año pasado.

Por su parte, los minerales y los metales, insumos en la elaboración de bienes
industriales (autos, maquinarias, celulares, etc.), muestran precios en franco
retroceso, un 11% promedio en el primer cuatrimestre, pero un 20% cuando se
compara el último mes disponible, abril de este año. Los productos energéticos
(carbón, gas natural y petróleo) caen 33% interanual en el primer cuatrimestre, pero 65% en abril.

Según una encuesta de la UIA, sólo el 9 % de las firmas manufactureras del país
logran mantener sin mayores cambios su ritmo de actividad. Esto obedece tanto a las dificultades para producir como a la merma en la demanda local e internacional. En una fase de la crisis en la que comienzan a buscarse opciones para normalizar la producción, vale la pena tomar como referencia la forma en que se ha reorganizado la industria frigorífica, que en abril logró un incremento de faena de 8,7 % interanual, con plantas distribuidas a lo largo y a lo ancho del país
El COVID-19 sigue su curso a nivel global, con algunas buenas noticias en países que estaban muy comprometidos, particularmente de Europa, los casos de Italia o España, que se encuentran ya recorriendo la curva descendente en materia de contagios, pero la información no es tan alentadora en otras jurisdicciones, los casos de Brasil, Rusia o México, por citar países grandes y de relevancia a nivel global, con contagios diarios y fallecimientos en fase clara de crecimiento.

A nivel económico la pérdida de ingresos es generalizada y cada país está acudiendo a ahorros propios y/o de terceros (deuda) para contener los efectos sobre los consumos básicos y los sectores más vulnerables y/o más afectados directamente por la Pandemia.

Un indicador muy revelador de la crisis económica y de los efectos que ésta genera sobre los distintos sectores de la actividad productiva son los precios internacionales de las distintas commodities.

Aquellas commodities que tienen como destino final la alimentación (granos, aceites, harinas, carnes, etc.), productos que responden a las necesidades humanas más básicas, están surfeando mejor la crisis, sus precios se mantienen (en promedio) en niveles similares a los del 2019, de hecho, en el primer cuatrimestre se observa un aumento del 3% en la canasta que monitorea el Banco Mundial (15 productos); pero el dato aquí quizás más relevante es que en abril la canasta está ya en un nivel de precios similar al del año pasado, reflejando que la crisis avanza y que va llegando a los distintos mercados
de materias primas agrícolas y de alimentos.

Por su parte, los minerales y los metales, que se utilizan como insumos en la elaboración de bienes industriales (autos, maquinarias, celulares, etc.), muestran precios en retroceso, un 11% promedio en el primer cuatrimestre, lo más preocupante es que el ajuste llega al 20% cuando se compara el último mes disponible, abril de este año contra el del año pasado.

Finalmente, en los dos extremos se encuentran los metales preciosos y las commodities energéticas. Por un lado, los metales preciosos se han valorizado mucho en la crisis económica, con precios que han subido más de un 20% a nivel de la canasta, con matices en su interior, con el oro liderando claramente la suba (+24%) y más rezagados la plata y el platino. En un contexto de alta incertidumbre, el capital se resguarda en los activos más básicos y tangibles, como puede ser el oro, o se mantiene líquido en monedas de algunos países fuertes (dólar). Por el otro lado, los productos energéticos, el carbón, el gas natural y el petróleo, con un ajuste promedio del 33% en el cuatrimestre (interanual) y del 65% en el mes de abril; en este caso, se estarían combinando una caída importante de la demanda con una oferta que no puede ser controlada, por cuestiones tecnológicas y también por diferencias al interior de la Organización que nuclea a los países petroleros (OPEP).

Primicias Rurales

Fuente: IERAL de la Fundación Mediterránea