Buenos Aires, 24 mayo (Especial para NA) — Por Adrián Poletti* — Los cambios estructurales de la producción de legumbres en China abren una oportunidad única a la producción argentina.
Pocas economías pueden ser tan complementarias como la
Argentina y la China, y esto está dado por la estructura de
consumo del gigante asiático y la de generación de granos
exportables de la Argentina.
Y la situación se debe a que el país, en lo referido a su
producción agrícola, produce mucho más de lo que puede producir
internamente y el mercado de legumbres no es la excepción a
esta regla.
La reciente apertura del mercado chino para la exportación
de arvejas a ese destino abre una oportunidad sin igual en el
sector, dado que la China se ha transformado en el principal
importador mundial.
En este sentido, China reemplaza al país que supo ser el
primero durante muchos años, India, y sus volúmenes de
importación de legumbres no paran de crecer a un ritmo de un
10% anual aproximadamente, pudiendo cerrar el año comercial
2019-2020 con volúmenes cercanos a las 2,2 millones de
toneladas.
Lograr capturar el 10% de ese mercado en el plazo de tres
años es un desafío que deberíamos poder cumplir sin mayores
problemas, logrando múltiples ventajas, tanto desde la
producción al mejorar ratios de utilización de suelo, mejoras
en el uso de herbicidas y potenciación de cultivos en la
rotación agrícola, como así también desde la generación de mano
de obra en la zona de producción y mejora del uso de los
puertos.
Pero el desafío importante está por venir a partir de
cambios que están ocurriendo en este momento. Debido al mayor
estímulo que está dando el gobierno chino hacia sus
agricultores, estimulando la siembra de soja y maíz, la
producción de porotos está cayendo a ritmo acelerado.
Esto implica un paso de exportador neto de unas 800.000
toneladas métricas (Tm) anuales a importar el año pasado
unas 120.000 Tm de porotos en su variedad Mungo.
Hace cuatro años sólo importó 16.000 Tm, lo que implica que
duplicó los volúmenes importados todos los años. El consumo
global
de porotos en China es cercano al millón de toneladas.
Ahora bien, para poder poner la potencia de un auto al piso,
hay que ponerle buenas ruedas y las mismas en este tema son los
convenios fitosanitarios que hay que cerrar con el gobierno
chino.
Así como con la arveja se logró tener una herramienta
fundamental de apertura, es de vital importancia que se puedan
iniciar a nivel de ambos Gobiernos las tratativas
correspondientes para la implementación de dichos protocolos y
de esa forma poder subirnos al tren de una historia que se está
escribiendo en estos días.
(*) – Director de Incrementar Consultoría Agropecuaria. CEO
de Trazabilidad de granos: Agtrace-food.com.

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Fuente: NA