Por Sebastián Gomenzoro – TodoAlfalfa.com.ar

Las posibilidades en el negocio de la henificación se han incrementado fuertemente en los últimos 10 años. Los principales puntos en los cuales trabajar fueron argumentados por Gastón Urrets Zavalía en el marco de un seminario sobre alfalfa de precisión.

El INTA, conjuntamente con la Sociedad Rural de Jesús María y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia de Córdoba, llevaron adelante el 10 de junio una capacitación virtual sobre “alfalfa de precisión”, de la cual participaron como oradores especialistas en el cultivo de la EEA Manfredi, como Ariel Odorizzi, Valeria Arolfo, Silvia Olivo y Gastón Urretz Savalía, abordando temáticas diversas como el negocio en la henificación de la alfalfa, su siembra, la elección de variedades y programas de mejoramiento.

En la capacitación, que duró alrededor de 2 horas, el Ing. Urrets Zavalía se explayó sobre los aspectos claves en el negocio de la henificación de alfalfa; explicando la situación actual en la que está nuestro país en este mercado mundial y algunas características que la cadena deberá tener en cuenta si quiere mejorar en este negocio, para el cual desde el Cluster de la Alfalfa, que integra el INTA, vienen pregonando en mejoras continuas con capacitaciones y encuentros.

Frente a este contexto mundial para el negocio, el profesional del INTA Manfredi contextualizó: “La suba constante de la demanda de alimentos a base de leche y de carne en el mundo se refleja en las posibilidades del negocio de la henificación, ya que este paralelamente se ha incrementado fuertemente en los últimos 10 años, en un 40% en volumen. Y esto se debe al cambio dietario a nivel mundial, a la mayor demanda de alimentos base carne y leche. Ante este escenario, se estima que en los próximos 5 años la demanda de China, por ejemplo, se incremente entre 15 y 20% en esta línea de consumo”.

Al introducirse en los desafíos que el sector debe tener en cuenta para comenzar a asomar cabeza como actor a considerar dentro de este mercado mundial (del cual Argentina sólo participa con un 1.6% del voluen), Urrets Zavalía puso énfasis en mejorar el manejo agronómico de la alfalfa y su calidad, el precio del producto, su compactación, la logística (flete), el deshidratado, el volumen y la constancia en la entrega de los pedidos.

En referencia al primero de los puntos mencionados, destacó la necesidad de repensar los objetivos de producción hacia los kilogramos de proteína por hectárea si queremos ser constantes y trabajar conforme a lo que pide el mercado externo. “Cuando nos pregunten cuanto rinde nuestra alfalfa, debemos apuntar a trabajar sobre los 2.700 KG de PB/ha como un piso, sino ya me va a competir un silaje o un cultivo agrícola. La respuesta en nuestra producción deben estar en torno a este dato”, enfatizó.

La importancia del negocio alrededor del cultivo
En su exposición y muestra de datos, Urrets puso como ejemplo el precio de los megafardos para exportación de buena calidad, cuál es la inversión y lo que estaría devolviendo el negocio de ventas al exterior. Como referencias, equiparó un ingreso de $24.946 pesos que se producen en ganancia con la venta en el mercado interno, contra $53.340 pesos que ofrecería el mismo negocio en el mercado exportador con las especificaciones que demandan desde el exterior.

Otro de los desafíos planteados fue la necesidad de avanzar con plantas de deshidratado y compactado: “Hoy hay varias plantas de compactado, pero es difícil obtener resultados cómo los demanda el mercado externo, por lo que es necesario perfeccionar este punto también”. Destacó que este proceso inevitablemente va atado a lo que es el flete: “Sobre un precio de entre U$S280 a U$S300 la tonelada de heno, el 60% se va en costo de flete, por lo que es fundamental hacer bien el proceso de compactación y por lo tanto ampliar el parque de plantas de compactado. También lo es necesario en el parque de deshidratadoras. Europa cuenta con unas 200 plantas por ejemplo para trabajar bien la humedad del producto y esto los hace más competitivo a nivel mundial”, resaltó.

La constancia
Lograr altos volúmenes de exportación de heno de calidad parece por ahora una quimera si lo comparamos con lo que ofrecen otros países más aceitados en la materia. No es que no estén dadas las condiciones en Argentina, sino que aún es incipiente el trabajo de las distintas cámaras, organismos, empresas y productores asociados que bregan y capacitan sobre los beneficios de llegar con más heno argentino al mundo, con todos los puntos a favor con los que cuenta nuestra región.

Como números para asombrarse, el profesional del INTA Manfredi brindó un ejemplo: “Hay clientes que piden desde 50.000 a 70.000 toneladas de heno de calidad por año, y si hablamos de que el año pasado fue el que más exportamos, con 90.000 toneladas, es un desafío entonces la necesidad de juntarse y trabajar conjuntamente entre productores para lograr esas magnitudes de producción continua. Es fundamental la cooperación para lograr precio, trabajar volúmenes para comprar entre todos insumos más económicos y lograr políticas de estado para el beneficio de este sector”, enfatizó.

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Fuente: TodoAlfalfa.com.ar