Por Juan Manuel Garzón*

Buenos Aires, 26 septiembre (PR/20) — Los exportadores líderes (Brasil, Estados Unidos y Argentina) están actualmente vendiendo soja a un precio que se ubica un 25% (en promedio) por encima de los valores de abril/mayo y casi un 10% de los de agosto.

En el mercado del maíz, gran competidor por la tierra con la oleaginosa, se verifica algo parecido, los precios actuales están 16% por encima de los de abril / mayo y también +10% respecto de los de agosto

Todo indicaría que esta escalada en los precios responde más a presión de demanda que a restricción de oferta y que se genera básicamente por una aceleración de las importaciones chinas en los últimos meses (sin desconocer que hay otros países del sudeste asiático, más chicos, que también están empujando).

En el caso de la soja, las importaciones del gigante promediaron 10,3 millones de toneladas mes en el trimestre junio-agosto, un flujo que es récord histórico (y que anualizado asusta, lleva las compras a 123,6 millones de toneladas, 2,3 cosechas argentinas)

El gran interrogante es la persistencia de esta voracidad del gigante (y por ende del nuevo nivel de precios).

Desde otra perspectiva, la duda reside en los factores que están por detrás de la aceleración de las compras: cuánto de anticipación y/o acumulación de reservas y cuánto de expansión esperada en el consumo interno. Si se atiene a las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, habría un mix, por un lado, un crecimiento interesante del consumo interno en este y el próximo año y, por el otro, una acumulación de existencias finales, que se está dando en esta campaña pero que perdería intensidad el año entrante (los stocks finales bajarían de 3,0 a 2,8 meses de consumo equivalente)

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(*) IERAL Fundación Mediterránea