Por Laura Medero*.
Buenos Aires, 7 octubre (Especial para NA) — En el marco de la presentación de un proyecto de Ley sobre Educación Ambiental para promover la sostenibilidad y fomentar un nuevo paradigma de relación con la naturaleza, el INTA le otorgó un lugar destacado a la temática en su cartera de proyectos.
Jornadas, talleres, concursos, eventos científico técnicos, visitas a las unidades son algunas de las tantas alternativas que INTA ofrece año a año a escuelas, jardines, universidades y grupos de docentes para abrir un espacio de diálogo en torno de la educación ambiental.
Según un relevamiento preliminar realizado en el primer cuatrimestre de este año, participan anualmente de actividades de educación ambiental propuestas por el INTA cerca de 10.000 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y docentes a lo largo y a lo ancho de nuestro país.
En el documento de la UNESCO, denominado Replantear la educación. ¿Hacia un bien común mundial?, publicado en 2015, se destaca el papel de la educación como el elemento fundamental de marco mundial integrado de los objetivos de desarrollo sostenible, se hace hincapié en la necesidad de transformación de la educación adecuándola a los cambios y retos de los contextos actuales, con enfoques que generen una mayor justicia, la equidad social y la solidaridad mundial, considerándola como la herramienta más valiosa de transformación de las sociedades.
La educación ambiental es un campo emergente de la educación cuyo objeto es la relación entre el ambiente y las personas y el diálogo de saberes uno de sus métodos.
Es desde allí que se encuadran múltiples proyectos, programas, acciones e iniciativas de INTA que invitan de distintos modos a dialogar entre los conocimientos que genera la institución junto al sector educativo.
Las relaciones entre sociedad y naturaleza signadas por una variada gama de impactos dan vida y contenido al concepto de Ambiente, siendo necesario un aprendizaje continuo para comprender y actuar en esta compleja interacción de los sistemas naturales y socio-culturales.
Es así que cada sistema, cada territorio, cada matriz de actores construye en virtud de sus características y necesidades una propuesta de educación ambiental a su medida. La finalidad de las mismas es ofrecer la oportunidad de transformar y crear nuevas actitudes, valores, procesos y/o saberes.
Reconociendo las iniciativas de educación ambiental que se llevan a cabo en distintos puntos del país hace más de dos décadas, el año pasado se creó la Red Nacional de comunicación, divulgación y educación ambiental en INTA como un dispositivo de fortalecimiento.
Es un formato de trabajo colaborativo que en su desarrollo se propone generar conocimientos compartidos, acumular y organizar capacidades e intercambiar y difundir información.
El objetivo general de la red es crear conciencia sobre sistemas productivos y territorios sustentables, y su dependencia de sistemas naturales sanos, diversos y resilientes.
Actualmente la cartera de proyectos de INTA, cuenta con la Red de Comunicación, Divulgación y Educación Ambiental de la cual participan más de 130 agentes que interactúan con más de 50 organismos públicos, privados y de la sociedad civil.
Internamente, la red articula actividades con 77 instrumentos programáticos de INTA.
* Coordinadora de Comunicación y Educación Ambiental del Instituto de Recursos Biológicos del INTA.

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Fuente: NA