Salta, 15 de noviembre (PR/20) .- Anta del Dorado es una empresa familiar salteña con actividades agrícolas y ganaderas en cuatro campos que suman 25.000 hectáreas si se consideran las tierras propias y las alquiladas.

Forma parte de tres grupos CREA en la zona. La agricultura produce granos y especialidades con sistema de trazabilidad de la información; la ganadería, de ciclo completo, incluye una cabaña de Brangus Colorado y engorde a corral.

El establecimiento madre -San Esteban- se encuentra en Coronel Mollinedo, en el este de la provincia, pero las especialidades se producen principalmente en Yaguaní, ubicado en General Ballivían, en el norte de la provincia, y en Santa Magdalena, localizado en Pizarro, en el centro provincial. Por su parte, la ganadería se desarrolla principalmente en Buena Agua, un establecimiento ubicado en Joaquín V. González, en el sudeste provincial.

La región tiene un clima subtropical con estación seca y lluvias que van entre 500 a 900 mm anuales según los campos.

El planteo ganadero incluye cría, recría y terminación a corral, y venta de reproductores sobre una base forrajera con pasturas subtropicales con predominio del gatton panic.

«Inicialmente, la agricultura se orientaba a los cultivos de maíz, sorgo, legumbres y soja; se alcanzaban rindes satisfactorios para la zona mediante un adecuado paquete tecnológico, pero la producción tenía altos costos de flete y comercialización para llegar a los puertos de exportación, así que buscamos diversificar con nuevas producciones de mayor valor y otros destinos», expresa Lucas Elizalde, gerente de Anta del Dorado, una firma que integra con sus hermanos y padres.

Hoy la empresa siembra un 50% de la superficie con soja y maíz, y 50 por ciento con especialidades, básicamente nueve variedades de poroto, chía, sésamo y maíz pisingallo. Así, se producen alrededor de 2000 toneladas por año de chía, otro tanto de sésamo y maíz pisingallo, 5500 de poroto alubia, 1500 de poroto negro y 2500 de otros porotos. En el pasado también incursionaron en la producción de cártamo y de algodón.

Poroto blanco. Se cotiza entre 950 y 1050 dólares en el mercado externo. Se exporta a Europa y África
Poroto blanco. Se cotiza entre 950 y 1050 dólares en el mercado externo. Se exporta a Europa y África Fuente: Lugares

«Con este planteo también buscamos las siembras en distintas fechas, de manera que se reduzca la influencia de los eventos climáticos extremos», resalta Elizalde.

«Cuando pusimos en marcha algunas especialidades, también decidimos controlar la comercialización, ante lo cual tomamos la decisión de avanzar en la cadena de cada producto», recuerda.

El avance en la cadena comercial empezó con la puesta en marcha de una planta de procesado y envasado de productos en Las Lajitas. Allí se limpian y acondicionan las semillas de chía, sésamo, maíz pisingallo y porotos. Paralelamente, considerando el Pacífico como una puerta de entrada al mundo, se creó Andes Harvest Foods, una empresa asentada en Chile, con socios locales, para desarrollar los clientes del exterior.

«Al principio producíamos commodities y especialidades y las vendíamos; ahora producimos, procesamos y exportamos casi toda la producción; incluso hemos llegado a comprar mercadería de terceros para procesar y vender afuera», diferencia Elizalde.

Chía. Apreciada por su contribución para prevenir enfermedades cardiovasculares, se cotiza en US$2100 la tonelada
Chía. Apreciada por su contribución para prevenir enfermedades cardiovasculares, se cotiza en US$2100 la tonelada

El destino final del sésamo y de la chía son países de Europa: Inglaterra, Holanda, Dinamarca, Alemania, Italia, Francia y España, donde se usan como insumos para la industria de la panificación y para consumo humano. Las legumbres se exportan fundamente a España, Portugal, Italia, Francia, Argelia y Turquía, donde se emplean en la industria del fraccionado y del enlatado. El poroto mungo, comercializado como brotes de soja, se embarca hacia Vietnam, India, Myanmar y otros países del sudeste asiático. El maíz pisingallo se vende a Italia, Colombia, Perú y Chile. Todos estos países exigen procesos de calidad y normas de inocuidad alimentaria reconocidos internacionalmente que la empresa debió incorporar a lo que ofrece para llegar a los mercados más exigentes.

Precios atrayentes

¿Vale la pena incursionar en el mundo de las especialidades qué tienen mercados de escaso volumen, se saturan fácilmente y generalmente no son públicos? Elizalde acerca los siguientes datos: el mercado de chía es muy reducido, pero con demanda creciente en los últimos años. En el país se siembran aproximadamente 20.000 hectáreas. El producto de calidad puede valer 2100 US$/t puesto en Europa, en tanto que el productor puede cobrar 1200-1300U$S/t. Un rendimiento alcanzable son 5qq/ha.

El sésamo tiene un mercado internacional muy importante y líquido, aunque en la Argentina es un cultivo incipiente. Puede cotizar a 1600U$S/t en destino mientras que los agricultores reciben 900-950. Un rinde corriente es 7qq/ha.

La ganadería, también presente
La ganadería, también presente

Un poroto blanco -producto típico de la zona- cotiza entre 950-1050U$S/t en destino, en tanto que el productor puede cobrar 500-600U$S/t, con rindes frecuentes de 13-14 qq/ha.

Los mayores gastos de la producción de especialidades no se concretan en la etapa productiva, ya que los costos de insumos y labores son similares a los de cualquier commodity, sino en la limpieza, acondicionamiento, análisis de calidad, comercialización y exportación. El costo de comercializar es significativo e incluye el desarrollo de clientes, los riesgos de rechazos por calidad en destino, etc.

La carga impositiva también es un costo elevado por efecto de las retenciones vigentes. Sucede que los derechos de exportación se calculan sobre el precio FOB de la mercadería. Por el mayor peso relativo de la cadena comercial sobre ese valor en las especialidades, el impacto para quien produce hoy puede acercarse al 10%, mientras que en el valor FOB es del 5,5%, calcula Elizalde.

De cara al futuro, los Elizalde se proponen seguir creciendo: «Anta del Dorado recorrió el camino de las especialidades durante 10 años. Actualmente procura consolidar las actividades y trata de crecer en el negocio de exportación; en el futuro no descartamos salir al mercado interno con marca propia», proyecta Elizalde.

Lucas Elizalde
Lucas Elizalde

Las claves en cada etapa de los cultivos

La chía es un cultivo invernal que desarrolla en condiciones tropicales y subtropicales por no ser tolerante a heladas. Requiere siembra superficial por el pequeño tamaño de las semillas -2 a 3 mm- y prefiere suelos arenosos limosos o arcillosos limosos de buen drenaje. Exige un buen control de malezas por su lento crecimiento inicial. Las semillas se desarrollan en racimos con maduración gradual y la cosecha comienza cuando el 80% de aquellos está amarillento.

El sésamo exige latitudes subtropicales o tropicales porque requiere 150 días libres de heladas para completar su ciclo. No resiste encharcamiento y la cosecha se realiza con trilla directa. La planta de maíz pisingallo tiene menor altura que la de los maíces dentados, con menor área foliar y diámetro de caña.

Las especialidades se integran con la rotación histórica de un campo salteño. «La chía, el sésamo y el maíz pisingallo se combinan perfectamente con las demás producciones; sólo los porotos tienen un sistema específico de producción, en el que la rotación es reemplazada por un sistema de cobertura», distingue el productor Lucas Elizalde.

Procesado

Las especialidades producidas en los distintos campos de la firma Anta del Dorado son acondicionadas en una planta propia que incluye una clasificadora de semillas y una mesa densimétrica.

Inocuidad

Para afinar aún más la limpieza de algunos productos de exportación, llegar al 100% de pureza y asegurar la más alta inocuidad alimentaria posible, en ocasiones se agregan el desterronador, un separador colorimétrico y un detector de metales.

Más empleo

El cultivo y acondicionamiento de las especialidades generan una demanda de mano de obra importante, que beneficia a las comunidades cercanas a los campos de producción. Deben ser acopiadas, procesadas y embolsadas, en lo posible, en su lugar de origen.

Exportación

La exportación de especialidades es la etapa más compleja del negocio de la empresa: exige asistir a ferias, visitar periódicamente a los clientes y estar permanentemente en contacto con ellos asistiendo sus pedidos.

Cadena

Las ventas se concretan con importadores directos desarrollados por la empresa o a través de brokers. Generalmente, los importadores acopian mercaderías de diferentes orígenes y las distribuyen a supermercados y a empresas alimenticias.

Por: Carlos Marin Moreno – Fuente: La Nación

Primicias Rurales