Buenos Aires, 10 de febrero (PR/21) .– Ya sean hamburguesas de búfalo para consumo interno o cortes bubalinos para la exportación, la producción de este animal pareciera estar viviendo un momento de despegue que va acompañado de la ley 27.076, que busca impulsar la producción bubalina en el país. Si bien la ley fue sancionada en 2015, recién la semana pasada fue reglamentada.

Aunque existen resquemores respecto de su implementación, parte del sector se muestra expectante y celebra la iniciativa. A su vez, reclaman medidas y apoyo para afianzar la actividad.

Entre los beneficios del búfalo, los expertos señalan su alta rentabilidad, su resistencia, su producción sustentable y su valor nutricional. La actividad se desarrolla desde hace varias décadas en la Argentina, y se estima que en la actualidad hay casi 200.000 cabezas en el país. Agrofy News habló con productores y especialistas en búfalos sobre el potencial que hay en el sector.

¿La raza ganadera del futuro?
“El búfalo está destinado a ser la tercera ola de la ganadería, porque crece tres veces más que la producción bovina”, sintetiza Gustavo Crudeli, expresidente de la Asociación para la Producción y Desarrollo de Búfalo en la Argentina (Abuar).

Según explica, entre las ventajas del búfalo, está su alta capacidad de resistencia, más que nada en regiones como el norte argentino. “Es un animal más rústico y resistente, puede sobrevivir cuando al bovino le cuesta. En general tiene una mayor producción de kilo de carne y tiene una capacidad mayor de producir preñez, de alrededor del 15%”, informa.

El ex-directivo asegura que el búfalo es una alternativa importante para la región y ayuda a hacer más rentable la producción. “El rol del búfalo es cada día más importante en la ganadería del norte y del país. Tiene presencia en 19 de las 23 provincias”, completa.

A su vez, Crudeli considera la nueva ley reglamentada como “un paso importante”, pero advierte que su éxito dependerá del nivel de apoyo económico y las facilidades que se ofrezcan para comprar reproductores y vientres”.

Para el experto, es necesario hacerle más “propaganda” a este animal, aunque aclara que de a poco su consumo va creciendo. “Hace falta una campaña en serio, porque la carne de búfalo es muy sana”, señala.

Una opción para el consumo fit
Juan Pablo Bruna, de la empresa Don Marco Carne de Búfalo, se dedica al rubro desde hace dos años. “Teníamos un campo familiar con bovinos y empezamos a estudiar alternativas para producir. Ahí salió el tema del búfalo, que es un animal que aprovecha mejor las pasturas de campos más difíciles, no es tan selectivo”, destaca el productor cordobés.

Las expectativas para el futuro son buenas, dado que su crecimiento en estos años fue vertiginoso. Comenzaron la producción bubalina en un campo en Agua de Oro, con 15 madres y ahora tiene 70. Empezaron comercializando 100 kilos y luego pudieron aumentar a 1500 kilos por mes. Por el momento sus productos tienen presencia en Córdoba capital, pero esperan poder comercializar en el resto del país.

“Nuestra estrategia es hablar de la calidad nutricional de la carne de búfalo. Su sabor es similar a la del bovino, pero más sana. Tiene muchísima aceptación y mucha gente fit la elige. También varios nutricionistas la ofrecen en sus dietas”, indica.

Bruna se muestra entusiasmado con el futuro de este tipo de carne. “El búfalo se está conociendo cada vez más. Hay una corriente para comer más sano y el búfalo encaja en todo esto”.

Desde la Asociación Argentina de Criadores de Búfalos especifican que la carne de búfalo tiene 55% menos colesterol, 55% menos calorías, 11% más de proteínas, 10% más de minerales y casi 100% menos de grasa intramuscular.

Una alternativa sustentable
“Nuestro principal foco es la exportación, porque los argentinos están acostumbrados a comer carne con mayor contenido de grasa, más tierna y tienen un paladar distinto al que apunta la carne de búfalo”, describe Armando Cadoppi, dueño de La Filiberta, quien desde hace más de 20 años que se dedica a la producción de búfalo en el Delta del Paraná.

Desde la firma producen cortes y hamburguesas que se venden en carnicerías nacionales y, a su vez, exportan el 30% del animal a Europa. La faena varía entre 30 y 150 animales por mes, aunque han llegado a faenar 1000 búfalos al año.

El emprendimiento comenzó luego de que Cadoppi ganara un proyecto de innovación tecnológica para desarrollar alternativas sustentables en el Delta y generar valor en zonas marginales, donde el búfalo tiene aptitud de desarrollo. “Queremos una producción saludable para el ecosistema. No solo vendemos carne de búfalo, sino que también apoyamos una producción sustentable en el humedal”.

Los 20 años en el negocio le permiten hacer observaciones. Aunque admite que hubo un pequeño “cambio de paradigma”, dado que hay mayor consumo de este tipo de carnes en locales orgánicos, por ejemplo, detalla que el consumo continúa siendo mínimo si se lo compara con el de carne de vaca.

Desde La Filiberta producen, faenan y comercializan sin intermediaciones, por eso, para Cadoppi el foco para potenciar al sector debe estar puesto en la cadena logística. El empresario se muestra escéptico respecto de la reglamentada ley. “Dudo que desde la política se pueda estimular, es algo que tenemos que hacer los productores y quienes comercializamos, para que crezca el consumo”. Para Cadoppi la ley debería ayudar a quienes comercializan con herramientas para difundir o abaratar costos de la cadena logística y solucionar el “cuello de botella” que es la comercialización. Además, propone que debería posibilitarse la exportación de cuero fresco, que representa el 12% del animal e implementar beneficios impositivos para su producción.

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Fuente: Agrofy News