Buenos Aires, 28 de febrero (PR/21) .– La triste escena llegó a todas las pantallas luego del robo que sufrió en la noche del lunes el transportista Claudio Villegas cuando se acercaba al Mercado de Liniers: vecinos que protestaban en el lugar frenaron el paso del camión repleto de ganado y faenaron una vaquillona en plena calle.

Las imágenes se dispersaron por redes sociales muy rápido y enseguida fueron noticia. Otras voces no tardaron en dar un panorama aún más preocupante: el del sufrimiento cotidiano para los transportistas de hacienda a la hora de esperar para descargar sus jaulas, ya sea en el Mercado de Hacienda como en los frigoríficos del Gran Buenos Aires.

“Me cerraron los espejos para que no mire hacia atrás y me exigieron una vaca. Nosotros somos responsables de la carga, así que apenas me dieron el “ok” lo hice. La pase feo, muy mal”, contaba Villegas horas después de sufrir el momento de vandalismo.

Manolo Lamas, empresario del transporte que suele ser la voz de los “jauleros”, aquellos que trasladan animales en pie, hizo un crudo análisis sobre lo pasó.

“Hay que situarse en un lugar así, con gente que tal vez no tiene nada que perder, y que te amenazan. Los choferes generalmente viven en localidades del Interior y no están acostumbrados a pasar por este tipo de cosas. A tal punto que algunos han decidido no ir más a Buenos Aires”, contó a A24.com Agro.

Lamas, viene batallando hace años por los derechos de los jauleros. Así, entre otros avances, logró que la Asociación Argentina de transportadores de Hacienda (AATHA) integre la Mesa de las Carnes.

Los casos más graves

En la Planta Faenadora Bancalari, en San Fernando, ya es un hábito que te pidan plata “para no tener problemas”. Pero si vos tal vez arreglás con uno y después aparece otro te puede pasar cualquier cosa igual”, aseguró.

Cerca de ese frigorífico hay otro, Cocarsa. Este no es ajeno a la problemática de la inseguridad, pero sin embargo no está sindicado por los trabajadores con la misma gravedad debido a que cuenta con mayor capacidad para el encierro de los animales.

“Por parte del SENASA no hay ningún tipo de sanción para los frigoríficos que tienen mayor capacidad de compra que de encierro en corrales, por lo que cuando llegamos a las plantas no se puede descargar por la falta de corrales disponibles”, explicó. Y agrego que eso “también atenta contra el bienestar animal y la calidad de la carne, ya que terminamos funcionando los jauleros como corral de encierro de los animales, sin bajarlos de los camiones”.

Este se trata de un tema sensible en el que los transportistas buscan involucrarse al ser una pieza clave en el proceso del campo al plato. Recientemente, Lamas fue nombrado miembro de la MACS (Mesa Argentina de la Carne Sustentable), como referente de bienestar animal en el transporte de animales en pie.

Volviendo a las cuestiones de inseguridad, Lamas remarcó los “riesgos asalto que sufren los jauleros” en esas horas de espera que pueden alargarse por toda una noche. Además, viajan con dinero en efectivo para abonar peajes en las rutas, comer o eventualmente tener que pagar este otro tipo de “peaje”. La sensación de los es que son “codiciados” y se quejan de que nadie los protege.

La Policía aparece y se queda mirando. Por miedo o complicidad. Me ha pasado que ellos me pidan un novillo. Lo que pasó ayer es una foto”, se quejó Lamas.

Los problemas y el miedo también afectan a las operaciones en sitios como Bovinos del Sur, en Loma Hermosa, Rioplatense en General Pacheco, Gorina en La Plata o Bernal y Penta, en Bernal. Además, hacen mención a lo que sucede cerca en la zona de Villa Gobernador Gálvez, cerca de Rosario.

“Somos el eslabón más débil de la cadena”, se lamentó Lamas.

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Fuente: A24