Buenos Aires, 25 enero (PR/22) — En noviembre de 2021 la actividad económica se expandió un 1,7% mensual. Sin embargo, si tomamos una perspectiva de más largo plazo, se observa que el nivel de actividad de noviembre está aún por debajo del promedio de la pre-pandemia (enero 2011 – febrero 2020), período donde la economía se caracterizó por un estancamiento con ciclos de recuperación y caída. Con la población creciendo a un ritmo del 1% anual, esto implica inexorablemente que en este período la economía argentina acumuló una caída del ingreso per cápita, es decir del poder adquisitivo de los argentinos, lo que también se refleja en el aumento de la pobreza.

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, añadió: “lo más preocupante es que la economía argentina está estancada desde el 2011. A partir de ese año, la actividad económica entró en un ciclo de expansiones y caídas, pero sin mostrar una tendencia al crecimiento. En este sentido, 2021 es otro capítulo de este ciclo, solo que exacerbado por la caída de 2020”. “En 2022 lo que veremos es que el crecimiento se desacelerará e incluso podrá revertirse dado que no hay factores que sostengan un crecimiento del PBI potencial argentino”, concluyó Marí.

Diego Piccardo, Economista de la Fundación Libertad y Progreso, señaló que “desde el gobierno no se están creando las condiciones para que la economía salga de los niveles de estancamiento previos”. Además, el economista destacó que “las trabas y regulaciones que se le imponen al sector privado como el cepo, impuestos altos y control de precios, entre otros, desincentivan la inversión, sin la cual es imposible empezar a crecer”.

Los especialistas señalan que a medida que nos acercamos los niveles de producción pre-pandemia, la actividad económica empieza, nuevamente, a estancarse. Estos niveles se convierten en un techo que la economía no puede superar.

En 2020 la economía anotó caídas de hasta 25% interanual, en medio de los cierres de actividades y circulación. En consecuencia, en 2021 el ritmo de crecimiento fue de 2 dígitos, pero explicado por el rebote. Hoy la economía volvió a la normalidad y se observa cómo la actividad empieza a desacelerarse: en octubre y noviembre ya se retornó a variaciones anuales de un dígito y lo más probable es que la desaceleración continúe.

El propio Ministerio de Economía explica que durante 2021 “una política fiscal expansiva que impulsa el crecimiento económico”. Pero muy lejos está el gasto público de ser un mecanismo real de crecimiento sustentable. Para empezar a crecer de manera genuina es necesario dar seguridad y rentabilidad a la inversión, el trabajo y la producción. Para lograrlo hay dos reformas imprescindibles: bajar impuestos y eliminar regulaciones. Y atadas a estas debe realizarse una profunda reforma del gasto público, para tener un Estado eficiente, abocado a las tareas que demanda la sociedad, y que sea financiable.

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Fuente: Fundación Libertad y Progreso