Buenos Aires, 17 de mayo (PR/22) .- Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), en 2020 la Argentina contaba con una población de 45.376.763 millones de personas, con el 92% radicada en áreas urbanas. Esto es un porcentaje “muy por encima de la media mundial (54%) y por encima de la media de Europa (75%), de Estados Unidos (82,2%) y de la propia región de la que forma parte (83%)».

Esta sentencia pertenece a una evaluación de la Dirección de Población del Registro Nacional de las Personas, en un trabajo titulado «Población urbana en Argentina. Evolución y distribución espacial a partir de datos censales».

Rumbo a la ciudad

El censo rural que se desarrolla de forma presencial en todo el país permitirá conocer una población poco visibilizada, en un país donde existen «distintas ruralidades» y en el que, según el Censo 2010, el 92% vive en urbes, muy por encima de la media mundial, explican los investigadores.

Según datos del Indec, en 2010 la población urbana argentina era de 36.517.332 y la rural, 3.599.764. «Si bien su crecimiento intercensal (2001-2010) fue menor al anterior registro, (la población urbana) sigue creciendo. Se estima que para el 2030 su porcentaje será de 94%», estimó ese trabajo.

La evolución en el país indica que la población rural representaba el 13,4% del total en 1991, el 10,6 en 2001 y el 9,1 en 2010; es decir, hay un despoblamiento de las áreas rurales.

El país -agregó- «presenta una distribución espacial desequilibrada: el 37% de la población urbana se encuentra localizada en el Aglomerado Gran Buenos Aires (AGBA). Su peso supera en casi 10 veces a la aglomeración que le sigue en magnitud de población (Gran Córdoba)».

Ruralidades diferentes

Sobre este tema, el sociólogo Guillermo Neiman expresó que en la Argentina hay «diferentes ruralidades» que no solo tienen que ver con una cuestión geográfica, sino que están asociadas a distintas actividades productivas, a la composición social y a su mayor o menor grado de vinculación con el mundo urbano.

En ese punto, Neiman diferenció entre «quienes viven de la actividad agraria, quienes están en otras actividades o combinan ambas; los que vienen del ámbito urbano buscando un cambio en la forma de vida; y también existen ruralidades en las cuales la actividad productiva a gran escala es dominante».

«Hay otras ruralidades en las que los planteos productivos tienen que ver con una producción alimentaria a baja escala y cuidando aspectos relativos a la salud y al medio ambiente», amplió Neiman, investigador principal del Conicet y profesor de la Universidad de Buenos Aires y de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), a la agencia Télam.

Sostuvo que existen ruralidades asociadas con «fuertes fenómenos de aislamientos geográficos como en zonas de la Patagonia y en el norte del país, o aislamiento relativos como la falta de medios de transporte o acceso a la comunicación». También existen las vinculadas a la urbanización, «las cuales con solo alejarse unos 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires podemos verlas y que están mucho más intervenidas por la vida urbana».

Incidencia de la tecnología

Hay una tendencia de disminución de la población rural mundial por la desaparición de pequeños productores y los cambios tecnológicos en materia de producción, los cuales conllevan a la reducción de trabajadores y, como consecuencia de ello, promueven desplazamiento poblacional.

¿Renacimiento Rural?

Pero al mismo tiempo, el Censo 2022 podrá develar otra incógnita: la magnitud de la migración de las ciudades a las zonas rurales, fenómeno que el doctor en Estudios Rurales, Marcelo Enrique Sili, llama «renacimiento rural».

Sili, investigador del Conicet, de la Universidad Nacional del Sur, observó tres tipos de migraciones en este sentido.

Por un lado, migración hacia las zonas de alto valor paisajístico. «Esto corresponde al caso de los valles áridos norteños y a la Patagonia Andina». Otra es la migración hacia zonas de elevada calidad de vida de la región pampeana.

Por último, «otra movilizada por raíces familiares y territoriales directas». Todas estas aristas comenzarán a ser develadas cuando se procesen los datos que arroje el Censo 2022, que comenzó el pasado lunes de manera presencial en las viviendas colectivas y en las zonas rurales con un operativo previo a la jornada del próximo miércoles, decretado feriado nacional, cuando las personas censistas recorrerán las viviendas particulares urbanas de todo el territorio argentino.

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