Por qué el consumo de alimentos cae más fuerte en el AMBA

Por la inflación y la falta de dólares, el Gobierno comienza a detectar alertas en el consumo y en la producción.

En mayo, el consumo masivo creció 0,4% en todo el país, según la consultora privada Scentia, pero en el detalle se observa una fuerte caída en venta de los supermercados, en el área metropolitana y sobre todo en alimentos.

La Secretaría de Comercio Interior analiza mecanismos para subsidiar a alimenticias, y así evitar un salto en los precios de la canasta básica, que provocan un alza de la pobreza.

“De acuerdo con lo que suponíamos, en la medida que nos acercáramos a mitad de año, veríamos una posible desaceleración del consumo. El resultado de mayo confirma esta presunción”, sostuvo el informe de Scentia, consultora que encabeza Osvaldo del Río.

El consumo masivo lleva 11 meses consecutivos al alza, con rangos que van de 3,7% y 9,9%, pero en mayo, último dato disponible, tuvo una suba de apenas 0,4%.

El informe adjudica la desaceleración del consumo a la inflación: “No podemos dejar de asociar este cambio en las tendencias el efecto de la aceleración en los precios, llegando en mayo a superar los 60 puntos versus el mismo mes de 2021, y ya sabemos el impacto que tiene esto en la capacidad de compra de la gente”.

Si bien mayo tuvo una variación positiva del consumo del 0,4% en todo el país, los datos varían según el canal de venta y la ubicación.

En los supermercados, las ventas cayeron 0,2% en todo el país. Los peores datos estuvieron en el AMBA: la caída fue del 0,3% en el caso de los supermercados, y del -9,5% para los comercios de cercanía.

En cuanto a los rubros de consumo masivo, la mayor baja a nivel país se dio en alimentos: fue del 4,3% en mayo, aunque con los datos del primer cuatrimestre, el acumulado del 2022 sigue siendo positivo en 2,5% para alimentos.

La mayor caída de venta de alimentos se dio en los comercios de cercanía (-5,8%), donde no llegan los Precios Cuidados, mientras que en los supermercados fue del -2,3%.

La venta de alimentos se vio sobre todo golpeada en el AMBA, en todos los canales de venta, donde la caída fue del 8,6%, cuando en el interior del país fue de -1,3%.

El consumo masivo en el acumulado del 2022 mantiene números positivos: +5%, debido a los datos del primer cuatrimestre.

“Probablemente, en el segundo semestre comiencen a verse meses negativos”, sostiene el informe de Scentia.

Fideicomiso incierto.

Tras la renovación de Precios Cuidados, el flamante secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, se prepara para una nueva disputa para evitar un alza en los precios.

Se trata del futuro de un fideicomiso que funciona de manera privada, un fondeo que aportan las empresas exportadoras y que reciben las alimenticias que abastecen al mercado interno, para subsidiar los fideos y las harinas que figuran en Precios Cuidados, con más de 160 productos del listado.

El fideicomiso privado ya está prácticamente sin fondos, y las alternativas que se barajan difieren entre Hang y las exportadoras.

El Gobierno solicita más fondos, pero las compañías consideran que no resulta factible esa posibilidad.

Aseguran que este año, junto al fideicomiso del aceite, habrán volcado US$ 800 millones de sus ingresos, mientras quedan fondos hasta septiembre.

Lo que se espera es que el fideicomiso privado que subsidia los precios de harinas y fideos pase a ser subsidiado por el Estado.

Así, podría unificarse junto al Fondo Estabilizador del Trigo, que es el mecanismo mediante el cual se financia la harina industrial para sostener el precio del pan.

Este fondo surgió del aumento de las retenciones a los derivados de la soja.

Pero quedan pocos fondos para llegar a fin de mes. Si no pasan todos al fideicomiso estatal, habrá inconvenientes en fideos y harinas de consumo familiar, aseguran desde el sector.

De no tomarse ninguna medida, las alimenticias advierten que habrá un salto del 40% en los precios de góndola.