Y el Padre que me envió, El mismo ha dado testimonio de Mí
Y el Padre que me envió, El mismo ha dado testimonio de Mí

Reflexión: El testimonio de Cristo es más grande que el de Juan. Juan mismo lo había reconocido: “no soy digno de atar la correa de su sandalia”. Entonces, si la alegría de la luz que se encuentra en momentos concretos es proporcional a la fuerza del testimonio, Cristo ofrece no un instante, sino una eternidad de gloria y alegría.

«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».

Reflexión: Dice san Agustín que la oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios. Y este pasaje lo expresa de manera elocuente. Y al mismo tiempo, la oración débil, pero confiada de la persona, es lo que muestra la fuerza de Dios. “Esta fue la segunda señal…”

Evangelio de hoy
Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,14-23): EN aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo. Sucedió que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Por arte de Belzebú, el...