Buenos Aires, 18 noviembre (PR/21)  -Como todos los años, desde 1977, la OMS celebra cada tercer jueves de noviembre el Día Mundial del Aire Puro. El objetivo es instituir un recordatorio contra la degradación ambiental, muy común en las grandes ciudades y tomar conciencia sobre las emisiones contaminantes que dañan la salud de las personas.

¿Por qué debemos poner atención en la calidad del aire? Sucede que la actividad humana introduce en el ambiente sustancias extrañas o aumenta a niveles peligrosos otras preexistentes, lo que provoca cambios en la atmósfera, causando grandes alteraciones que afectan seriamente la salud humana, la estabilidad del clima y el desarrollo de los ecosistemas. La polución del aire se compone de muchos tipos de gases, contaminantes y partículas que reducen la calidad del mismo.

En las ciudades la contaminación es causada por los automóviles, colectivos y todo tipo de vehículos que utilizan la combustión para funcionar, así como también por las industrias. En el campo es provocado por el polvo y el fuego, entre otros. La mayoría de los contaminantes son producidos por el comportamiento del hombre, ya sea por su conducta individual o grupal, como parte de la sociedad.

Este fenómeno afecta la salud de las personas. Quienes más perjudicados resultan son aquellos que tienen asma y otros tipos de enfermedades del tipo respiratorio.

Datos que alarman

La contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud pública mundial y se estima que el 92% de la población está expuesta a aire contaminado, lo que causa aproximadamente 7 millones de muertes prematuras cada año. El aire contaminado afecta particularmente a los niños, las mujeres y los ancianos, y sus efectos han sido vinculados con enfermedades como la demencia, la diabetes, la COVID-19 y las enfermedades cardiovasculares y neurológicas.

“La contaminación del aire es un problema mundial con impactos tanto en la salud humana como en la salud planetaria, el llamado cambio climático”, comenta Ignacio Novelli, CEO de Casiba.

Es de fundamental importancia realizar acciones tendientes a preservar el aire que respiramos. “Debemos asegurarnos de que todas las personas tengan acceso a un aire limpio, independientemente de su situación geográfica o socioeconómica. Para hacer eso, el mundo necesitará tomar medidas decisivas y urgentes”, analiza Novelli.

Y agrega: “es por eso que en los procesos productivos se debe incluir la variable del aire limpio no solo durante la producción, sino también como resultado de la misma, para devolverle al ambiente aire en las mismas condiciones o mejores que cuando se inició la producción”.

El tema pasó a primer plano durante la pandemia de COVID-19 cuando se encontraron datos que sugieren que la contaminación del aire podría poner a las personas en mayor riesgo de infección. A su vez, la pandemia resultó en una disminución de la contaminación del aire y un aumento en la calidad del mismo, ya que los viajes en avión y en automóvil se redujeron durante los confinamientos y bloqueos internacionales.

Según datos de la OMS, nueve de cada diez personas respiran un aire insalubre. La contaminación del aire es un asesino invisible que puede estar acechando, por ejemplo, en el camino de vuelta a casa e incluso en nuestros hogares.
VIDEO https://www.youtube.com/watch?v=XYLCH-Oi8FE&t=46s