Por Marcos López Arriazu
Hay expectativa por las nuevas condiciones para prefinanciar exportaciones aunque aún se necesitan señales hacia los productores. Afirman que el encuentro entre Sergio Massa y la Mesa de Enlace podría despejar dudas.
En la última semana se usó mucho la metáfora de la “bala de plata” para describir lo que significa la llegada de Sergio Massa al Gabinete, planteada como la última oportunidad del Gobierno para tener sobrevida más allá del 2023. Para que esto se haga realidad, la urgencia pasa por engrosar las reservas del Banco Central, para seguir contando con una herramienta que mantenga a raya el tipo de cambio.

Hoy, en la Argentina, dólar es sinónimo de soja. Y a tres días de la presentación de Massa como ministro de Economía, aún no están en claro los detalles de las medidas para que los productores desarmen sus silobolsas. De este modo, el objetivo de fortalecer al Central parece quedarse a mitad de camino, solo con la apuesta a los adelantos de divisas de la exportación.

Desde ese lugar, los empresarios ven algunas señales positivas. Exportadores destacan la mejora que implica el nuevo régimen de prefinanciación de exportaciones aunque, aclaran, todavía falta ver toda la reglamentación, a la vez que esperan el encuentro de Massa con la Mesa de Enlace para comprobar si hay un compromiso de mayores ventas.

En ese marco, el paso en falso del nuevo Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, hablando del posicionamiento político de los ruralistas, y la posterior respuesta de los dirigentes, genera incertidumbre sobre lo que sucederá en la reunión que se realizará la próxima semana.

En busca de los dólares

El jueves a la noche, el Banco Central (BCRA) anunció la aprobación de la “emisión de una Letra en Dólares, destinada a estimular el ingreso de fondos externos para prefinanciación de grandes exportadores”.

Las divisas ingresadas por este mecanismo, depositadas en el sistema financiero local en una cuenta en moneda extranjera, “habilitarán a la entidad financiera a licitar por el equivalente a ese depósito una Letra en Dólares”.

La tasa de interés “se fijará en una licitación como un spread sobre la tasa SOFER. La duración será a 180 días con posibilidad de precancelar.

Además, también habilitó el acceso a las cuentas a la vista dólar linked a los exportadores que anticipen en más de treinta días la liquidación respecto al plazo determinado para cada sector.

Según informaron desde el BCRA, estas medidas fueron “conversadas con las empresas”.

A24.com Agro, consultó sobre el tema a Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC).

– ¿Les sirve lo que dispuso el Banco Central?

– Estamos esperando la publicación de todo el procedimiento para ver como se implementaría el sistema de prefinanciación. Es un sistema para todas las empresas exportadoras que están en la Argentina. La prefinanciación, para explicarlo fácil, funciona así: Una empresa exportadora va a un banco del exterior, le pide crédito para poder exportar desde la Argentina y se ingresan al país esos dólares. Hasta ahora el Banco Central los transformaba en pesos a los cinco días, ahora lo va a hacer en 180 días y además van a pagar una tasa de mercado por esos dólares. Vamos a ver como funciona. En nuestro caso, la prefinanciación de exportación está siempre atada a la compra de granos y el ritmo de venta de maíz ha sido bueno, pero la venta de soja está alicaída.

– ¿Y esto les permitiría ingresar divisas sin tener acordada la compra de granos?

– La prefinanciación está atada a la compra de mercadería y generalmente se realizan con un tiempo suficiente como para que las empresas exportadoras tengan un tiempo suficiente como para comprar mercadería. Eso se hace con un flujo, el sistema es útil, pero vamos a ver también como va a funcionar el flujo de mercadería.

– ¿O sea que este sistema les daría un poco más de margen?

– No. El régimen de prefinanciación vigente no fomentaba las prefinanciaciones porque te obligaba a traer dólares y a los cinco días te daban pesos y ni siquiera te servía para la operación de compra de granos, ni siquiera para la molienda, que entre que compra la mercadería y exporta pasan 40 días. Este es un régimen mejor, más positivo para favorecer las prefinanciaciones. Y en el caso particular de cereales y oleaginosas hay que recordar que se dan en la base de un volumen de compra de granos que se deben prever hacia adelante.

La pulseada por el adelanto de divisas

En su primera conferencia de prensa como ministro, Massa anunció que tenía acordado el ingreso de divisas de sectores exportadores por USD 5.000 millones en 60 días. No parece un número tan imposible si se toman en cuenta las estadísticas actuales y del último año. Pero fuentes oficiales explicaron a este medio que en realidad el pedido a los exportadores es que adelanten lo que tienen previsto ingresar en los próximos dos meses.

Sin embargo, desde el sector exportador lo niegan y reiteran: “no podemos ingresar dólares si no tenemos el compromiso de venta de los productores”.

¿Cómo logrará el Gobierno ese compromiso? Si bien previo a la asunción de Massa se hablaba de un tipo de cambio más alto para los exportadores, lo cierto es que, por ahora, lo único que aparece en agenda es mejorar el “dólar soja” presentado hace diez días.

“Se está analizando la posibilidad de simplificar y hacerla más accesible porque hacemos la autocrítica y hemos tomado la demanda de parte de los productores y de las organizaciones de que hay que simplificar esta operatoria y se está evaluando una simplificación”, dijo Bahillo en declaraciones a La Nación +, confirmando los trascendidos que circulaban desde el miércoles.

Además, se correría el vencimiento de este instrumento, actualmente vigente hasta el 31 de agosto.

Pero en el medio de esa discusión, los ánimos de productores se crisparon al escuchar a Bahillo en El Destape Radio politizando la relación campo-gobierno. “No está mal que los dirigentes tengan una postura política que los identifique. Lo que les pido es que lo digan, así sabemos desde dónde hablamos y podemos seguir conversando, no hay ningún problema”, afirmó el funcionario.

Las palabras pegaron fuerte en el ánimo ruralista, y desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) afirmaron que las mismas “no colaboran a la construcción de consensos, sino que siembran prejuicios ya superados en el país”.

Más allá de la respuesta, dentro de las entidades hay divisiones. La propuesta de cuestionar las declaraciones del Secretario desde la Mesa de Enlace fue rechazada por el resto de las entidades e incluso, en CRA también hubo distintas visiones. Incluso los dirigentes que conocen a Bahillo de su gestión en Entre Ríos rescataron su vocación de diálogo y plantearon que sus declaraciones obedecen más a sus vivencias con los ruralistas entrerrianos que a una visión nacional.

Pero sea cual fuere los motivos, desde la central ruralista ya manejan su propia agenda para llevarle a los flamantes funcionarios: liberación de las exportaciones de carne, fin de los volúmenes de equilibrio, solución a la brecha cambiaria y el estudio de un programa de reducción de las retenciones, son los principales planteos.

En ese escenario, la reunión de la próxima semana es fundamental: los exportadores esperan el mensaje de la Mesa de Enlace para poder iniciar el ingreso de divisas y el Gobierno necesita firmar una paz agropecuaria que tranquilice los mercados.

Lo que sería raro es pensar que los productores saldrán a vender su soja solo porque la Mesa de Enlace de una señal de conformidad. Seguramente, la decisión de venta de cada productor obedecerá más a las nuevas condiciones que se planten desde el gobierno que a la palabra de algún dirigente.

Por eso, desde el Gobierno tampoco apuran el encuentro, saben que la oferta debe ser certera, porque esa sí puede ser la verdadera bala de plata que le queda al Frente de Todos.

Si le pifian, el lobizón los espera.

Por Marcos López Arriazu – A24Agro
Primicias Rurales