Por Jorge Freites
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Buenos Aires, 8 agosto (PR/22) — Las cosechadoras de última generación que hoy están en el mercado argentino permiten lanzar el interrogante provocador: ¿hoy cualquiera maneja una cosechadora?

Sin desestimar la intervención humana en el trabajo de la máquina, no hay duda respecto a que la automatización de funciones y las nuevas formas de conducción intuitiva, le hacen perder importancia al nivel de conocimientos de la persona.

Incluso, en términos comerciales y tecnológicos, las cosechadoras se encuentran disponibles con diferentes niveles de automatización, según la capacidad del operario.

Inteligentes

El modo en que una cosechadora hoy puede manejarse por su cuenta, incluye los siguientes ítems:

Autoregulación 👉 Operan con sistemas inteligentes que la autorregula en función de distintos modos de cosecha, mediante sensores que simplifican las operaciones en el campo.
Automatización 👉 La máquina asume el mando de numerosos controles que antes eran responsabilidad del operador. Ahora depende del operario elegir entre los modos a su disposición y la máquina priorizará esta elección en su autorregulación. Actualmente, una cosechadora de última generación en Argentina es capaz de proporcionar hasta 1.800 intervenciones diarias durante la operación de cosecha.
Calibración 👉 Antes de iniciarse la cosecha, es posible utilizar ajustes instantáneos que hacen que el proceso sea más fácil y menos complejo. Una vez calibrada, la máquina realiza una serie de análisis, como las condiciones del suelo y agronómicas, y realiza intervenciones hasta llegar al punto óptimo para esa situación a través de su sistema inteligente.
Potencia 👉 Ofrece un superior nivel de rendimiento y la potencia dinámica permite ajustar la fuerza del motor a las condiciones de funcionamiento garantizando una óptima eficiencia de combustible.
Graduación 👉 Hay mecanismos para ajustar la potencia del motor de manera flexible de acuerdo con las distintas condiciones de cosecha. Esto implica el ajuste flexible de la curva de potencia del motor en varios pasos. Cuando el requerimiento de energía es bajo, se selecciona una curva más baja. Pero si el requerimiento de energía aumenta durante la descarga, el sistema cambia a una curva más alta para que haya más energía disponible. Este ajuste flexible conduce a importantes ahorros de combustible siempre que no se requiera un rendimiento máximo.
Eficiencia 👉 Los nuevos sistemas de trilla, junto con la sincronización de las velocidades del tambor, permiten un flujo de cultivo recto y suave, a la vez que se ahorra combustible. Además, con la variedad de velocidades del sistema de trilla, los sistemas resultan adecuados para todos los cultivos.
Adaptación 👉 Hay sistemas de protección contra sobrecarga que brindan protección contra bloqueos, mientras que una barra cóncava logra pivotar el flujo de cultivo por delante del tambor de trilla. Todo esto permite controlar la agresividad de la unidad con extrema precisión.
Mediciones 👉 También se han incorporado sistemas que miden el rendimiento de la cosecha sin requerir el peso de mil granos. Sólo se requiere un proceso de calibración anualmente por tipo de cultivo, que se puede realizar desde la cabina de forma rápida y fácil.

 

 

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Fuente: Maquinac