Buenos Aires, 26 septiembre (PR/22) — La agricultura tiene bajo sus pies una oportunidad única para mitigar el cambio climático. ¿Cómo? a través de la fotosíntesis de las plantas que toman el CO2 de la atmósfera que luego ceden al suelo bajo la forma de carbono orgánico.

Descubrir el potencial de nuestros suelos es uno de los objetivos de la Red de Brechas de Carbono (RBC) de Aapresid: un ambicioso proyecto a nivel nacional que incluye el mapeo de suelos para conocer la situación actual de captura en cada región, la identificación de estrategias de manejo para cerrar las brechas entre los niveles actuales y alcanzables de secuestro, así como la captura de valor por parte de los productores que se animen al desafío.
En el último Congreso Aapresid, el Coordinador Técnico de la RBC, Guillermo Peralta (FAO- Carbon Group) habló de los desafíos y oportunidades que enfrenta esta Red que cuenta con Syngenta como aliado estratégico, a través de su Programa Carbon Net.

Balance de carbono de los suelos: tarea de contador.

“Los primeros 30 cm de suelo almacenan al menos el 65% del total global de C de los ecosistemas terrestres”, precisó Peralta. Dada su escalabilidad, pequeños aumentos en el almacenaje del C orgánico del suelo (COS) pueden ser suficientes para generar una reducción muy significativa en los GEI.

Pero acá aparece el primer gran desafío: ¿cuál es el potencial de captura de carbono de cada suelo agropecuario? Calcular el potencial de captura de C de un suelo no es sencillo, ya que está asociado a múltiples parámetros ambientales – como temperatura, precipitaciones o radiación – y del mismo suelo – como textura, estructura, características químicas y actividad biológica -. Por tanto, ese potencial de captura es muy variable de región a región.

El segundo gran paso, es conocer el balance de C de los suelos, lo que lisa y llanamente significa contabilizar entradas vs. salidas. Las entradas incluyen el aporte de biomasa vegetal, las rizodeposiciones y aporte de abonos, mientras que las salidas están dadas por erosión, lixiviación, descomposición de residuos orgánicos y mineralización de la materia orgánica.

Conocer la capacidad de almacenaje de ese “tanque de carbono” que es el suelo y acercar los niveles actuales de C a los alcanzables es el norte de la RBC. En esa línea, el proyecto avanza en la construcción de mapas a nivel nacional para conocer el estado de situación en lo que refiere a balance de C en cada región. Los mismos se apoyan en modelos de simulación y mediciones de situaciones reales en campos de productores.

El manejo: la varita mágica

Está claro que el manejo influye directamente sobre la capacidad de captura de carbono de los suelos. Un ejemplo simple: mientras más tiempo estén cubiertos con diversidad de cultivos en crecimiento, más activa será la “bomba biológica” responsable de bombear CO2 de la atmósfera hacia las profundidades. Como contraparte, este proceso tiende a enriquecer los niveles de materia orgánica, mejorando la estructura, infiltración de agua y ciclado de nutrientes.

La naturaleza de los compuestos que estemos aportando tiene también mucho que ver en la eficiencia de conversión de ese C, indicó el especialista. “Mientras que entre el 50 y 70% de la biomasa de raíces se transforma en C estable, la parte aérea aporta menos de un 10%, señaló. Valores que varían, entre otras cosas, por la relación C/N de las especies”.

El stock de C además dependerá del manejo nutricional y de los residuos, así como de las malezas, insectos y enfermedades, factores que afectan directamente la producción de biomasa vegetal, responsable de capturar ese C. Por último, aunque no menor, la Siembra Directa aparece como una aliada indispensable ya que reduce el uso de combustibles fósiles y evita la pérdida de C por efecto de la erosión.

En una segunda instancia, la RBC se propone diseñar estrategias de manejo a medida de cada lote que permitan optimizar el balance de C, aumentando la cantidad y calidad de las entradas y reduciendo las salidas, de acuerdo a lo cada ambiente permita.

“En un escalón superior, apuntando a alcanzar niveles potenciales, el esfuerzo de manejo se deberá concentrar en maximizar aportes externos de material orgánico al sistema, como pueden ser abonos o purines”, explica Peralta.

Capturar el valor de ser más sustentables

En un futuro próximo, el objetivo de la RBC es capitalizar los beneficios de aquellos manejos sustentables basados en una captura más eficiente de C.

Se planifica lograrlo a través de proyectos y/o certificaciones que permitan a los productores dar garantías de ese manejo y capturar el valor de producir mejor.

Próximas presentaciones de la Red

El próximo 29 de septiembre la RBC de Aapresid estará presente en una jornada a campo en el Establecimiento Los Chañaritos (Corral de Bustos, Córdoba). El evento contará con recorridas a campo, presentaciones de especialistas en temáticas como monitoreo y la presentación de Cropwise de Syngenta, una plataforma de agricultura digital para la gestión integral de la producción.

La jornada es abierta a productores interesados en sumarse a esta Red para conocer y explorar el potencial de sus suelos en el secuestro de C, apuntar a manejos eficientes y capturar el valor de su aporte a la mitigación del cambio climático y el cuidado del planeta.