La Coordinación de Análisis Pecuario de la Subsecretaría de Ganadería de la Nación publicó los resultados económicos trimestrales de los modelos de cría, invernada y ciclo completo de distintas regiones del país, con precios de agosto, además de su evolución en los últimos diez años. Desde Valor Carne comparamos esos datos con los de un informe anterior -donde se analizan esos mismos planteos a valores de mayo- con la idea de conocer dónde está parada la actividad ganadera frente al escenario inflacionario que transita el país.

Lo saliente del trimestre

La faena de agosto fue la mayor del año (1,22 millones de cabezas) y la más alta para dicho mes en más de diez años, según la publicación. El aumento de la oferta se dio especialmente en categorías livianas lo que llevó a la baja de sus precios reales o deflacionados, esperándose que al menos hasta noviembre se mantengan así. La carne al mostrador aumentó -en lo que va del año- menos que la inflación (37% vs 56%).

La prolongada sequía (estamos entrando en la tercera “Niña” consecutiva) impidió que los procesos de recría se desarrollen normalmente y mucha de esa hacienda fue a parar a los corrales que se llenaron en el otoño y están saliendo en estos meses.

Así las cosas, se llegó a relaciones compra/venta y maíz/novillo altas que privilegian la cría y penalizan los engordes, lo que implicó márgenes negativos para la terminación a corral y sumamente acotados para las invernadas.

Los fertilizantes bajaron de precio, al menos algo de lo mucho que habían escalado a raíz de la invasión rusa a Ucrania. Sin embargo, los costos en general aumentaron debido a fuertes ajustes en los precios de otros insumos, salarios y servicios.

En este contexto se registraron diferentes impactos en las empresas ganaderas según su orientación productiva.

Agosto versus mayo 

Los técnicos del Ministerio analizan desde hace varios años los resultados económicos de más de 20 modelos ganaderos a lo largo y ancho del país, basándose en establecimientos de diferentes tamaños que utilizan los paquetes tecnológicos predominantes.

En esta oportunidad, desde Valor Carne ponemos el foco en la evolución de los modelos más característicos de cada actividad, comparando agosto versus mayo de 2022. Esto es: cría en la Cuenca del Salado, invernada de alta producción en la Región Subhúmeda y ciclo completo en Córdoba.

Cría en la Cuenca del Salado

Se consideró un modelo base teniendo en cuenta un establecimiento de 450 ha con 250 vacas, 95 % de campo natural y 5% de praderas, con un destete del 72% y edad al primer servicio de 27 meses. En agosto, se llegó a un margen bruto (MB) de $/ha 25.540 versus $/ha 22.652 de mayo (a precios corrientes).

También se analizó un modelo mejorado con esa misma superficie, pero con 38% de praderas y verdeos, los que permite aumentar la carga a 450 vacas, llegando a un MB de $/ha 41.908 en agosto versus $/ha 37.258 en mayo.

Pasando en limpio, los márgenes brutos de la cría se mantuvieron positivos  por la revalorización estacional del ternero, aunque se vieron condicionados por los incrementos de precios de los insumos y servicios en meses de alta inflación.

En tal sentido, el ternero de invernada aumentó más de un 10% (más aún en las hembras) respecto del trimestre anterior lo cual resulta lógico ya que en el segundo semestre la oferta escasea y los precios siempre suben. En tanto, los precios de las vacas de descarte siguieron la misma tónica, ya que se terminaron los refugos y la oferta se redujo.

Invernada en la Región Pampeana Subhúmeda

En esta región (oeste de Buenos Aires, sur de Córdoba y noreste de la Pampa) se consideró un modelo de invernada de alta producción en un establecimiento de 500 ha con 70% de praderas y 30% de verdeos. La carga es de 2,8 cab/ha que ingresan con 180 kg y se terminan con 400 kg. En este caso, los márgenes presentaron una fuerte caída ya que se lograron solo $/ha 15.389 en agosto versus $/ha 36.986 en mayo (a precios corrientes).

En el mismo establecimiento cuando se avanzó a un peso de salida de 460 kg (animales tipo exportación), a pasto con suplementación a base de grano de maíz, el margen bruto resultó de apenas $/ha 4.873 cuando en mayo era de $/ha 31.148.

¿Por qué se desplomaron los resultados? En agosto se registró una relación compra/venta muy desfavorable de 1,42 (la peor de los últimos diez años), con lo que los márgenes de la invernada quedaron retrasados respecto a mayo e incluso por debajo de los de cría.

Ciclo completo en Córdoba

Para el ciclo completo se tomó la región Centro Sud de Córdoba considerando un establecimiento de 330 ha con 50% de pasturas y verdeos y el resto campo natural. Con este esquema el MB de agosto resultó de $/ha 21.693 frente a los $/ha 23.681 de mayo.

Por lo tanto, se puede decir que los márgenes brutos del ciclo completo tuvieron poca variación nominal durante el trimestre ya que, a la mejora en los precios de terneros y vacas, se le contrapuso el descenso en las categorías de faena y los mayores costos de producción. Una muestra de la estabilidad de estos planteos en un escenario turbulento.

En diez años

A continuación, se analiza la evolución de los márgenes brutos en el período junio de 2011 a agosto de 2022 tomando esos mismos modelos, esto es: cría en Cuenca del Salado (Modelo base), invernada en Región Subhúmeda (Modelo de alta producción) y ciclo completo en Córdoba.

Todos los márgenes fueron expresados en moneda constante (pesos de agosto de 2022) y se utilizó el IPIM (INDEC) para realizar el ajuste.

¿Ganadores y perdedores? Los técnicos de la Coordinación de Análisis Pecuario consideran que para la cría la situación continúa siendo favorable, aunque sus márgenes están siendo erosionados por la inflación: los de agosto (a moneda constante) están un 6% por debajo de los de junio de 2011 (inicio de la serie) y un 16% más bajos que el máximo de marzo de este año. Lo saliente es que los resultados económicos de esta actividad están hoy un 16% por encima del promedio de los últimos diez.

En el ciclo completo el panorama es similar: el margen actual es un 27% inferior respecto del inicio de la serie, un 3% más alto que el promedio de diez años y -30% respecto al valor máximo de la misma (abril de 2022). Lo llamativo es que en sólo cuatro meses el margen bruto a moneda constante haya caído un porcentaje tan importante, algo indicativo de la fuerte aceleración del proceso inflacionario.

En la invernada el margen a agosto de 2022 está muy lejos tanto del valor máximo como del de inicio de la serie y promedio de la misma. En todos los casos esas diferencias son mayores al 50% mostrando claramente las dificultades de una actividad que se ve muy penalizada por el encarecimiento no sólo de los precios críticos (ternero y maíz) sino también de otros como combustibles, fletes y fertilizantes.

Recordemos que los márgenes de invernada presentan marcadas oscilaciones todos los años, con un crecimiento desde enero hasta junio, donde alcanzan su pico, para luego decaer desde julio hasta noviembre, mes en el que toca el piso. Estos efectos son consecuencia de la estacionalidad en los precios del ternero de compra (más baratos desde marzo a junio y mucho mayores en la primavera) y de los precios del novillo, que históricamente caen durante el segundo semestre.

Como reflexión final, una cría bien plantada aún ante los avatares de la inflación (no sólo basada en buenos precios del ternero sino también de las vacas de descarte) constituye un estímulo para el desarrollo de este eslabón y una promesa para la sostenibilidad de toda la cadena ganadera, que necesita una recuperación del poder de compra del consumidor para traccionar la demanda.

Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne

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