La láctea que comercializa los productos Ilolay no realizará ningún traspaso a otra firma del sector.

Por Elida Thiery –

Un rumor de dos párrafos, una operación más es la que este viernes se lanzó sobre la empresa Sucesores de Alfredo Williner y que otra vez no es correcta.

La firma que en el mercado presenta sus productos con la marca Ilolay fue muchas veces apuntada falsamente como objetivo de compra de diferentes firmas, cosa que nunca sucedió y esta no es será la oportunidad de cambiar esa tendencia.
La idea lanzada por un medio, sin ningún tipo de prueba contundente sobre la venta de la empresa, sólo queda en una suerte de elucubración, que incluso intenta traer a esta intención algún vínculo que la semana anterior se pudo haber dado en la feria de alimentación SIAL que la semana anterior tuvo lugar en Paris.
Es extraño el planteo incluso desde el punto de vista del ordenamiento en la escala de procesamiento de materia prima, ya que a pesar de tener capitales extranjeros, la décimo primera empresa láctea nacional no estaría en condiciones de comprar a la tercera en la lista, detrás de Saputo y Mastellone.
Williner tiene negocios con otras empresas lácteas, es algo habitual en el rubro lechero, pero también en el sector industrial en general.
Es cierto que en la empresa se están analizando estrategias compartidas para desarrollar negocios, pero desde ningún punto de vista esto significa que Williner se venda, ni que Savencia la compre.
La empresa nacida en Frank, que procesa actualmente 660 mil litros promedio por día, está intentando crecer en el mercado nacional y ya había hecho acercamientos con otras lácteas para la expansión de negocios. Previo a la pandemia se había firmado una intención de compra de la marca Tholem a SanCor, que no terminó de concretarse.
Es entonces entendible que al haberse dado alguna charla inicial, al haber habido alguna recorrida de plantas por parte de personal técnico se pueda entender un vínculo, pero en absoluto un traspaso de marcas o activos.
Fuentes de Sucesores Alfredo Williner confirman el análisis de negocios conjuntos, pero niegan rotundamente la venta de la empresa, tal como lo hicieran días atrás antes que se lance esta operación para instalar una intención comercial.
Este tipo de movimientos mediáticos tiene consecuencias negativas en las comunidades donde la empresa tiene sus plantas, como es el caso de Arrufó, Bella Italia y El Trébol, sobre todo en la ciudad de Rafaela, donde aún se conserva la sede admintrativa de Williner. Esta es una firma familiar formada en 1928, que creció y se consolidó como una de las principales lácteas del país, con distribución nacional y también en comercio exterior, abarcando a América del Sur, Estados Unidos, Africa y gran parte del sudeste asiático.
Fue en 2018 que se definió el cierre de la planta en la localidad santafesina de Suardi y concentró la actividad operativa en las otras tres plantas, con un promedio diario de proceso de 1,4 millones de litros de leche, manteniendo la fuerza laboara que hoy llega a las 1.300 personas de manera directa. Por lo tanto, estas versiones confusas y poco fiables no hacen más que generar inquietudes negativas en quienes también se vinculan de manera indirecta a la empresa.
Como muchas de las empresas lácteas a nivel nacional, Williner fue acumulando deuda que fuera reestructurada en 2021 y que tiene un cumplimiento completo de pago.

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Fuente: Elida Thiery Por el Campo