Buenos Aires, 8 mayo (PR/23) — Este 8 de mayo, la Iglesia celebra la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina.
     En todo el país se celebrará la solemnidad de la patrona de la República Argentina y ya en un centenar de parroquias a lo largo del país.
  La devoción del pueblo argentino a la Virgen de Luján nació en 1630 a orillas del río Luján donde ocurrió un prodigioso suceso que obligó a dejar una pequeña imagen de la Virgen María en ese lugar.
Allí se levantó una capilla que con el tiempo se convirtió en el monumental santuario actual, visitado todo el año por centenares de miles de peregrinos.
Entre sus visitantes se cuentan los que luego fueron los papas Pío IX y Pío XII y San Juan Pablo II. Numerosos próceres pidieron la protección de la “Virgencita Gaucha” y otros depositaron a sus pies los trofeos conquistados en las batallas de la independencia nacional. León XIII decretó la coronación pontificia de la imagen, la que se llevó a cabo el 8 de mayo de 1887. El 8 de mayo de 1944, el Poder Ejecutivo de la Nación declaró además, a la Virgen de Luján, Patrona de las Rutas Nacionales.
La historia se remonta al 1630 cuando un hacendado portugués, Antonio Farías de Sá, vecino de la ciudad de Córdoba del Tucumán, encargó a un paisano suyo, residente en Pernambuco (Brasil), una imagen de la Virgen María en la advocación del misterio de la Purísima Concepción para ser expuesta a la veneración en la capilla que estaba construyendo en su estancia del pago de Sumampa (Santiago del Estero).
   Desde Brasil se le envío la imagen pedida y otra más de la Maternidad de la Virgen, acondicionadas separadamente en dos cajones, que desde el puerto de Pernambuco fueron transportadas a  Buenos Aires en el navío del capitán Andrea Juan, el cual arribó a destino por el mes de marzo de 1630.
   En el camino real a Córdoba, allá por principios del mes de mayo, cuando la tropa de carretas se encontraba a orillas del Río Luján, en un paraje denominado del “Árbol solo”, la imagen que
representaba la Inmaculada Concepción determinó quedarse milagrosamente en aquel lugar para amparo y veneración de los pobladores de la zona.
   Convirtiéndose con el paso de los años en Patrona del antiguo Virreinato del Río de la Plata y luego de las repúblicas hermanas de Argentina, Uruguay y Paraguay.
   Los bueyes de la carreta que transportaba las imágenes en un momento no pudieron siquiera moverse; descargado uno de los cajones continuaba sucediendo lo mismo.
   Pero al hacerlo con el que contenía la Inmaculada Concepción, la carreta rodó sin dificultad alguna; lo mismo sucedió cuando colocaron arriba el otro cajón con la Maternidad, por lo que
continuaron el viaje con ella sola hasta su destino final, los pagos de Sumampa.
   Este es precisamente el origen del Santuario de Nuestra Señora. de la Consolación de Sumampa, en la provincia de Santiago del Estero, compañera de viaje de la Inmaculada Concepción de Luján.
   El primer sentimiento que embargó el corazón de los troperos y demás personas presentes fue el asombro y después de las consabidas demostraciones de devoción y respeto, entendiendo que aquella imagen de la Purísima Concepción deseaba quedarse en ese preciso lugar, resolvieron trasladarla a la casa de la estancia de la familia Rosendo.
   Se trataba de la población más próxima a la vera del camino real, llamada también entonces, por su ocupante actual, de Bernabé González Filiano.
   Allí la depositaron, en el mejor lugar de la vivienda, y le improvisaron un precario altar, donde comenzó a ser venerada la Santa Imagen.
   Cuentan las crónicas, que el Negro Manuel, un esclavo devoto, cuidaba de la Virgen y mantenía una vela encendida delante de la Sagrada Imagen.
   Cada vez que un enfermo iba a visitar a la sagrada imagen, el fiel esclavo pasaba sobre esté el cebo de las velas; muchos de estos enfermos eran sanados milagrosamente.
   En la actualidad, siguiendo con esta tradición, se mantiene encendida delante de la Virgen de Luján, una lámpara de aceite; en el santuario se humedecen algodones con ese óleo y se entrega a los enfermos, para que sean aplicados sobre la frente.

La imagen de la Virgen de Luján luce su nuevo manto con tres estrellas

Fue en una misa presidida por Mons. Jorge Scheinig, en el marco de la peregrinación arquidiocesana. Desde el santuario mariano explicaron el significado del particular bordado.

En el marco de los festejos por los 400 años del Milagro de Luján, acontecimiento que se celebrará en 2030, la comunidad arquidiocesana de Mercedes-Luján, encabezada por monseñor Jorge Eduardo Scheinig, peregrinó el domingo 30 de abril a la basílica mariana y participó de la misa presidida por el arzobispo local.

Durante la celebración eucarística se procedió al gesto anual de renovación del manto de la imagen de Nuestra Señora de Luján, que en su parte inferior incluye ahora tres estrellas doradas bordadas, por el número de títulos de mundiales de fútbol conseguidos por la Selección Nacional.

Desde el santuario mariano nacional explicaron que el bordado representa “un gesto de renovación de las fuerzas para la misión evangelizadora junto a toda la Iglesia”; además de ser un “reflejo del sentimiento de nuestro pueblo y símbolo de unidad de la Argentina”.

“Esta casa de María de Luján es una puerta, aquí esta Jesucristo que es su Hijo. Dejate empapar por el amor de Dios, sumergite en el agua bautismal. Deja que Dios guíe tu vida, te empape de su amor, de su misericordia”, sugirió el arzobispo mercedino.

“Esta casa es una puerta para que todo el que viene pase por la puerta, que es Jesucristo, y se sienta lleno de vida, de una vida nueva. En esta casa se bautiza, se reconcilia, se bendice; es lo que hace María, la Virgen. Esta casa no puede hacer otra cosa que lo que hace ella; ella es la dueña de esta casa, cuya puerta es Jesucristo. Ella nos enseña y nos invita a que nadie, nadie, absolutamente nadie se vaya de aquí sin la experiencia del amor de Dios, sin sentir que Dios tome la vida; la vida como viene, como dice el papa Francisco” agregó.

Monseñor Scheinig profundizó: “Acá vienen vidas desarmadas que necesitan ser abrazadas por el amor de Dios y de la Virgen. Es muy lindo entonces hoy encontrarnos con esta renovación del manto”, y destacó: “Estar bajo el manto de la Virgen, qué linda imagen de seguridad. ¿Quién no necesita ser cobijado? ¿Quién no necesita, en algún momento de la vida, ser abrazado, sostenido?”.

“Este manto, con el que quiere ponernos a todos nosotros bajo ella, a nosotros y a la Argentina; aquí está el pueblo argentino. Esta es la casa de la patrona del pueblo argentino y, en este tiempo particular, la Argentina necesita estar cubierto por el manto de la Virgen. Necesitamos entonces renovar nuestra esperanza, ponernos bajo el manto de la Virgen”, sostuvo.

Hacia el final de su homilía, el arzobispo de Mercedes-Luján animó: “Dejate cobijar, dejá que la Virgen de ampare, te cuide. Recordemos la imagen, la puerta es la forma que tiene María para cuidarnos. Es una gran alegría estar juntos, renovando nuestra fe y nuestra esperanza”.

Luego de la proclamación de la homilía, se procedió a realizar la renovación de las promesas bautismales.

Seguidamente, jóvenes de la comunidad arquidiocesana acercaron el nuevo manto hacia el altar, donde fue recibido y bendecido por monseñor Scheinig junto al equipo sacerdotal del santuario de Luján. Luego de unos instantes dedicados a su apreciación y a la oración al costado derecho de la imagen auténtica de la Virgen de Luján, le fue colocado por la hermana Elizabeth y las servidoras Benigna y Alejandra, con la asistencia de los sacerdotes Lucas García y Sebastián Ríos, ante la mirada de la feligresía que colmó la basílica.

El padre García, rector del santuario de Luján, expresó: “Cambiarle el manto a la Virgen es para nosotros siempre una alegría ¿Qué significa este gesto? Es parte fundamental de la relación de la Virgen de Luján con el pueblo. La vestimos a ella, regalándole amor y cariño, y ella nos devuelve el abrazo maternal a través de este manto. Es una alegría inmensa poder vivir esta fiesta, y así prepararnos desde el corazón para el 8 de mayo celebrar el día de la Virgen de Luján”, recordó.

El sacerdote lujanense afrimó también que “es importante contarles que el manto que se le ha retirado a la Virgen, y que por supuesto vistió desde el pasado 8 de mayo hasta hoy, será cortado en pequeños pedacitos para luego ser aplicado sobre la estampita de la Virgen y que, en un gesto de amor, humildad, cariño y generosidad, será entregado a todo el pueblo fiel de Dios en el marco de la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, desde el próximo fin de semana”.

El rector del santuario mariano invitó a entrar en la web del santuario y conocer el cronograma de horarios para esa gran fiesta, “la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, el día de nuestra Madre, Madre de Jesús y de la Iglesia”.

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Fuente: Agencia AICA