Durante su viaje al Líbano, del 30 de noviembre al 2 de diciembre, el Papa León XIV visitará la tumba de san Charbel, en el monasterio de San Marón, en Annaya
España, sábado 1 noviembre (PR/25) — Occidente parece volverse cada vez más hacia san Charbel, este monje libanés, maronita y ermitaño, al que se le atribuyen cerca de 30 000 milagros. ¿Por qué privarse de la intercesión de un santo taumaturgo tan poderoso?
En pocas décadas, san Charbel ha pasado de ser objeto de devoción local a alcanzar un renombre bastante fulgurante en el mundo occidental, alentado por los sucesivos papas.
Beatificado en 1965 y canonizado en 1977 por el Papa Pablo VI, san Charbel tiene un mosaico con su efigie instalado en enero de 2024 en las grutas del Vaticano, y se prepara para recibir la visita del Papa León XIV durante su primer viaje al extranjero.
La Santa Sede reveló el 27 de octubre el programa del viaje de León XIV a Turquía y Líbano, del 27 de noviembre al 2 de diciembre de 2025. En el país del cedro, León XIV visitará la mañana del 1 de diciembre la tumba de san Charbel, en el monasterio de San Marón, en Annaya.
Un gesto significativo que no sólo refleja el apego del Papa al monje libanés, sino que también simboliza el vínculo que la Santa Sede mantiene con la comunidad maronita, la más importante comunidad cristiana del Líbano.
Si bien sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI visitaron el Líbano en 1997 y 2012, no visitaron el monasterio de san Marón. Allí es donde san Charbel pasó la mayor parte de su vida: 16 años de vida comunitaria entre los monjes de Annaya y 23 años de vida solitaria en la ermita de San Pedro y San Pablo, hasta su muerte a los 70 años.
El santo de los 30 000 milagros
Al día siguiente de su muerte, la noche de Navidad de 1898, el rumor de la santidad del monje libanés se extendió por los alrededores del monasterio de Annaya y multitudes de peregrinos acudieron a su tumba.
Tras varias exhumaciones, la constatación de fenómenos sobrenaturales en torno a su cuerpo y el reconocimiento de milagros, san Charbel fue beatificado en 1965 y canonizado en 1977 por el papa Pablo VI.
Desde entonces, el monasterio de San Marón de Annaya se ha convertido en un importante lugar de peregrinación nacional e internacional.
La tumba de San Charbel atrae cada año a miles de peregrinos, deseosos de dar gracias por un favor recibido, de confiar sus intenciones o, simplemente, de recogerse ante la tumba del ermitaño libanés, al que el monasterio atribuye nada menos que 29 600 milagros.
Desde su muerte, se han enviado al monasterio miles de cartas procedentes de 133 países diferentes, solicitando la intercesión del santo taumaturgo o dando gracias por un milagro.
Según los monjes locales, san Charbel nunca fue fotografiado en vida, pero por un milagro apareció en una fotografía tomada junto a su tumba

San Charbel vivió en el siglo XIX, en el Líbano. Se sintió atraído por la vida eremítica del desierto y acabó ingresando en el monasterio de san Marón, en Annaya.
Después de muchos años, Charbel sintió que Dios le llamaba de nuevo a convertirse en ermitaño y se le concedió permiso para vivir el resto de su vida en una ermita situada en una colina cercana al monasterio.
Murió en 1898 y, al parecer, nunca fue fotografiado en vida. Incluso si fue fotografiado, no existe ninguna fotografía de la época. Sin embargo, existe una misteriosa fotografía suya que se utilizó posteriormente para la mayoría de sus retratos oficiales.
La historia detrás de la fotografía
El P. George Webby, sacerdote maronita de Pensilvania, fue en peregrinación a la tumba de san Charbel el 8 de mayo de 1950, día de su cumpleaños, con un grupo de monjes maronitas.
Hicieron una foto fuera de los muros del monasterio y, después de revelarla, se dieron cuenta de que había una figura desconocida delante de todos.
La figura de la foto no formaba parte de su grupo, así que preguntaron a los monjes del monasterio si sabían quién era.
Algunos de los monjes más ancianos supieron de inmediato de quién se trataba: san Charbel.

Estos monjes habían conocido a san Charbel en vida y podían reconocerlo.
Lo fascinante es que la mayoría de los retratos modernos de san Charbel se basan en esta imagen milagrosa.
Hay otro caso de foto misteriosa: una fotografía tomada en 2016 que supuestamente muestra a san Charbel bendiciendo a una mujer enferma de cáncer.
Había acudido a su tumba para rezar por su curación, pero el monasterio estaba cerrado. Así que le pidió a un monje anciano que la bendijera y más tarde descubrió que ningún monje vivía en el monasterio con esa descripción.
Lo tomó como una señal de que el propio san Charbel la había bendecido. Cuando regresó, descubrió que el cáncer había desaparecido.
Es un recordatorio de que san Charbel sigue siendo un poderoso intercesor celestial y de que los milagros continúan produciéndose muchos años después de su muerte.
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Fuente: ACI Prensa














