Beirut, Líbano, lunes 1 diciembre (PR/25) — Antes de su enfermedad, Annie, armenia-católica, se dirigía muy regularmente a la tumba de San Charbel en el monasterio de Annaya.

Rezaba ante el ermitaño maronita.

El deterioro de su estado de salud como diabética le impidió continuar su peregrinación durante varios años.

El año pasado, sin haber recibido insulina durante tres días, se preocupó.

Un análisis de sangre reveló valores alarmantes. Un médico del hospital le pidió que se hiciera diálisis de urgencia. Pero fue imposible encontrar un lugar de inmediato. El sistema sanitario público está saturado.

 

 

Mientras esperaba que le dieran una cita, su sobrina la visitó y le ofreció una imagen del santo maronita; ella se puso tensa y se molestó un poco: «Me dirigí a San Charbel mirando la foto. Le dije: “¿por qué no me has ayudado? Te he rogado tanto y no has hecho nada por mí. Ahora tienes que curarme”».

Pasaron quince días, y Annie se hizo otro análisis de sangre. No entendió los resultados y dejó que el médico del hospital se ocupara de interpretarlos por ella. «Annie, ¿qué has hecho? Tus valores son normales, ya no necesitas diálisis», le dijo.

Annie, que reza al santo todos los días desde el anuncio de su médico, atribuye su «curación milagrosa» al santo patrón del Líbano.

Ella entregó toda la documentación médica al sacerdote encargado de analizar las curaciones en el monasterio, segura de ser la 14ª persona salvada por San Charbel Makhlouf en 2024.

Al igual que Annie y su hermana Seta, una gran mayoría de libaneses vive por debajo del umbral de la pobreza, en un país que una vez fue calificado como la «Suiza de Oriente». Las dos hermanas están lejos de ser un caso aislado.

San Charbel

 

San Charbel (nacido Joseph Antoun Makhlouf en 1828) fue un monje libanés maronita y ermitaño conocido por su vida de oración y penitencia. Después de su muerte en 1898, su cuerpo permaneció incorrupto y se le han atribuido innumerables milagros, lo que lo ha convertido en uno de los santos más venerados en el Líbano y a nivel mundial. Fue canonizado por el Papa Pablo VI en 1977. 
Vida temprana y vocación
Nació en 1828 en el Líbano, y desde niño mostró una profunda inclinación por la vida religiosa.
    • Quedó huérfano a los tres años y fue criado en un hogar piadoso, donde su padrastro era sacerdote.
    • A los 23 años, ingresó al Monasterio de Nuestra Señora de Mayfouq, adoptando el nombre de Charbel en honor a un mártir del siglo II.
  • Se ordenó sacerdote en 1859 y se destacó por su profunda fe en la Eucaristía. 
Vida como ermitaño
En 1875, obtuvo permiso para vivir como ermitaño en una pequeña celda en el Monasterio de Anaya, donde pasó sus últimos 23 años.
  • Su vida se caracterizó por el silencio, el ayuno, la oración intensa, el trabajo en la tierra y el estudio de las escrituras.
  • Murió el 24 de diciembre de 1898, después de sufrir un derrame cerebral mientras celebraba misa. 

 

Milagros y canonización
  • Tras su muerte, su cuerpo permaneció incorrupto, flexible y emanaba un líquido aceitoso de sus poros.
  • Miles de personas han atribuido milagros a su intercesión, incluyendo curaciones inexplicables.
  • Fue canonizado por el Papa Pablo VI el 9 de octubre de 1977, convirtiéndose en el primer santo del Líbano.
  • Es venerado tanto por cristianos como por musulmanes, quienes lo consideran un símbolo de esperanza y fe. 

Fuente: Vatican News/IA

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