El retraso de la Argentina en fertilización de soja

El retraso de la Argentina en fertilización de soja

Buenos Aires, lunes 9 diciembre (PR/24) — La Argentina está retrasada en fertilización de soja, en comparación con la evolución del cultivo.

No se reconoce que la oferta de nutrientes, principalmente fósforo, es un factor que limita la expresión del cultivo y que su limitación cada día es más frecuente.

Así opinó el ingeniero agrónomo Martín Díaz Zorita, premio Fertilizar 2024,  en diálogo con Primicias Rurales  al señalar que “incorporamos mejoras para producir más, pero no siempre estamos acompañando esa mejora con los recursos para que se pueda expresar en forma normal, significativa. Así ocurre por ejemplo con relación al fósforo”.

“Después, en el lado de la nutrición con nitrógeno, Argentina tiene, a diferencia de otras partes del mundo, un reconocimiento muy importante del valor de inocular, es decir, de incorporar microorganismos rizobios que ayudan al aprovechamiento del nitrógeno del aire y acompañamiento del crecimiento”, añadió.

Esa práctica hoy es muy difundida, casi el 80% o un poco más de los lotes de producción de soja son inoculados con una observación y es que para que ese proceso sea eficiente debe ser siempre es acompañado con la nutrición de otros elementos, cosa que ocurre poco.

“O sea, la fijación biológica funciona si el cultivo crece, si el cultivo crece poco, funciona poco” indicó el investigador del Conicet .

Díaz Zorita es titular en el área de Coordinación Académica de Producción Vegetal con orientación en la asignatura Cereales y Oleaginosas de la carrera de Ingeniería Agronómica de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa.

El también premio 2024 Bolsa de Cereales de Buenos Aires considera que “cuando hablamos de soja, es de un cultivo que está adaptado a crecer en condiciones de fertilidad natural limitada”.

“Es decir que tiene una gran adaptación a crecer en ambientes con complejidades en lo que hace a la oferta de nutrientes. En su forma natural, en su centro de origen, en el sudeste asiático”, indicó.

Explicó que la soja desarrolló algunos atributos, entre esos la capacidad de generar una simbiosis es decir, un vínculo con la microbiología, con microorganismos que le confieren la posibilidad de fijar nitrógeno del aire y autoabastecerse mientras crece.

Eso da la versatilidad de poder encontrar soja en grandes partes del país, en la medida que la oferta hídrica lo permita  y que las condiciones de temperatura también le permitan crecer.

Pero yendo en particular a la nutrición, para que el cultivo crezca, necesita abastecerse de algunos elementos.

“Uno de los elementos más importantes es el fósforo que  tiene como rol central generar condiciones de transporte de energía y es lo que hace que un cultivo pueda crecer en sus raíces y en sus estructuras reproductivas”, expresó.

En el caso de soja y de todas las leguminosas con el fósforo pueden crecer en las estructuras que hacen a la fijación de nitrógeno: la formación de nódulos y su funcionamiento.

Consultado sobre ¿dónde está Argentina en cuanto a la oferta de fósforo?, Díaz Zorita explicó que los relevamientos de los análisis de suelo a través de las redes de mapas de suelo, mapas de fertilidad, coordinados por el INTA con la participación de Fertilizar y otras instituciones, muestran que paulatinamente la cantidad de lotes donde se cultiva, donde se hace agricultura en la Argentina, empieza a tener niveles de fósforo limitantes en forma creciente.

“Es más frecuente encontrar lotes  a los que le falta fósforo para producir en forma adecuada cualquier cultivo, siendo soja el más eficiente, pero ya más del 70% de los lotes donde se siembra soja, son los que necesitan contemplar la fertilización con fósforo para que el crecimiento de la planta no se vea limitado”, apreció.

Según su análisis,  en otras regiones, más puntuales, se suman las limitaciones de dos elementos muy importantes  azufre y boro.

“En todo lo que sea la zona núcleo, todo lo que es el cinturón de cultivos de verano, que está haciendo epicentro en el eje Pergamino-Rosario, desde ahí se amplía norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe, los niveles de azufre son limitantes”, aclaró.

Entonces además de tener problemas de fósforo que limitan el crecimiento de la soja, se suma la insuficiencia de azufre para que el cultivo se desarrolle en forma eficiente y por lo tanto se transforme en biomasa es decir en rendimiento.

Y especificó que “en los ambientes más hacia el oeste que son los más arenosos, profundos, drenados, ( es decir que tienen capacidad de movimiento del agua en vertical muy rápido),  encontramos que ante condiciones de estrés hídrico, situación frecuente en todos los veranos, en forma moderada o más intensa, la oferta de un micro elemento que se llama boro tiene el mismo comportamiento, es decir es insuficiente para que el cultivo pueda fijar el número de granos y dar origen a la formación del rendimiento”.

“¿Esto es nuevo ahora?”, se preguntó: “No, eso es natural, lo que tenemos es una adaptación por mejoramiento genético de materiales que tienen mayor potencial de crecimiento, por lo tanto las deficiencias son más evidentes. Necesitan un abastecimiento continuo”, evaluó.

Para el profesional: La nutrición no es sólo cantidad, sino  que es más una  oportunidad.

“Los cultivos necesitan elementos que hacen la formación de la estructura de la planta, son los ladrillos para que las células construyan la estructura que va a dar origen a lo que queremos cosechar, que es el grano, y cuando las posibilidades de crecer, es decir, tolerar el estrés hídrico, diferencias de golpe de calor, de temperatura, muestran adaptación a las distintas regiones, la nutrición empieza a ser cada vez más relevante”, consignó.

El porqué de este comportamiento es porque el cultivo se adapta a factores de estrés del ambiente y por lo cual pequeñas diferencias o deficiencias en la oferta temporal oportuna de los nutrientes empiezan a tener un peso relativo y más importante que lo que pasaba en el pasado, cuando ese crecimiento no era tan continuo.

La agricultura se adapta a las condiciones ambientales,  esa adaptación no es acompañada con las condiciones naturales de los suelos, por lo cual la tasa, la velocidad, la oportunidad de necesidades de nutrientes, comienza a ser creciente.

“En soja en particular, fósforo es clave, lamentablemente sabemos que más del 70% de los lotes que se siembran de soja necesitan fertilización con fósforo, pero ese nivel de fertilización es inferior ¿Cuán inferior? En algunas regiones es entre un 10 y un 15%, y en otras es más del 50”, consideró Díaz Zorita, quien también es productor agropecuario.

En regiones de los bordes de la región pampeana, todo lo que  constituye la zona semiárea subhúmeda, el uso de fertilizantes fosfatados no alcanza a cubrir más del 50% de los lotes que necesitarían ser corregidos.

“Hay una costumbre que es no reconocer la importancia de la nutrición como un pilar a la construcción del rendimiento y sólo verlo como una cuestión financiera de oportunidad”, estimó.

El costo de aprovechamiento del agua es muy sensible.

“En regiones semiáridas o regiones subhúmedas, la variabilidad de rendimientos asociados a la variabilidad de lluvias genera incertidumbre y  la reducción de costos es una práctica frecuente y lo más sencillo de recortar o de obviar en un cultivo es la nutrición”, sostuvo.

El investigador considera que si no hay una concepción integral, de nutrición balanceada no puede haber prácticas efectivas del mejoramiento del cultivo.

Según su análisis, hoy el manejo de la fertilización, parte de un pilar que es el análisis de suelo que permite reconocer el problema de un lote.

“Muy poca proporción de los lotes de soja tienen esa evaluación, algo que nosotros insistimos, que pedimos, que pregonamos. Las redes de ensayos de fertilización que tenemos de estrategia nos muestran que aquéllos que diagnostican el análisis de suelo en condición limitante, y corrigen en consecuencia esa limitación, están aumentando su nivel de entre un 15 y un 20% por sobre lo que hacen naturalmente que es no fertilizar o hacerlo en dosis subóptimas”, manifestó.

Considera que esa mejora, prácticamente en forma independiente del nivel de productividad alcanzado, está dentro de una relación insumo-producto favorable.

“Ese es el punto de partida, reconocer que la nutrición desde el inicio es importante”, precisó.

En diciembre se siembra soja de segunda implantación generalmente sobre su antecesor trigo y según el especialista es necesario incorporar un fertilizante con fósforo porque si no va a transitar su crecimiento en una condición de limitación.

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La fertilización foliar como herramienta para mitigar el estrés de las plantas

La fertilización foliar como herramienta para mitigar el estrés de las plantas

El tratamiento de esta condición aporta beneficios clave en cultivos de verano, ayudando a potenciar los rindes frente a condiciones climáticas extremas.

Buenos Aires, jueves 5 diciembre (PR/24) — En cultivos como soja y maíz, el estrés provocado por golpes de calor, heladas, sequía, fitotoxicidad e incluso granizo, es un desafío constante para los productores. Según Adrián Balsa, líder de bioestimulantes de Yara Latinoamérica: “El estrés es inevitable, pero contamos con herramientas que permiten abordarlo desde la prevención y la recuperación para minimizar su impacto en el rendimiento”.

Los bioestimulantes, en combinación con nutrientes, han demostrado ser una estrategia efectiva para mitigar el impacto del estrés abiótico, al reducir la caída en la tasa de crecimiento y mejorar los rendimientos. Ensayos a campo han evidenciado que la aplicación de YaraAmplix BIOTRAC en soja genera, en promedio, un incremento de 250 kg/ha en comparación con cultivos no tratados. Al respecto, Balsa señala: “El tratamiento preventivo al estrés muestra mejores resultados, ya que el cultivo recibe señales adecuadas para estar preparado ante condiciones adversas”.

Cuando el cultivo ya está afectado, las aplicaciones de rescate cumplen un rol fundamental para fomentar su recuperación. En estos casos, se recomienda el uso de YaraVita CROPLIFT BIO, un multinutriente con bioactivadores diseñado para acelerar la regeneración del cultivo tras eventos como granizo, heladas o daños por herbicidas. Según Balsa“Esta solución asegura una recuperación eficiente del cultivo, impulsando su capacidad para compensar pérdidas y maximizar el rendimiento”.

Finalmente, Balsa subraya la importancia de un enfoque integral: “La clave para enfrentar el estrés abiótico está en una combinación de tecnologías que integren bioactivos, nutrientes y un manejo oportuno. Sólo así se logra sostener el potencial de rendimiento, logrando cultivos más resilientes ante condiciones adversas”.

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Fuente: Yara Latinoamérica
La mejor estrategia para aumentar la productividad del cultivo de maíz

La mejor estrategia para aumentar la productividad del cultivo de maíz

Por Esteban Ciarlo, Cátedra de Edafología, Facultad de Agronomía de la UBA y María Fernanda González Sanjuan, Fertilizar Asociación Civil 

Buenos Aires, lunes 2 diciembre (PR/24) — La agricultura enfrenta en la actualidad desafíos significativos en la búsqueda de prácticas sostenibles que optimicen la producción de cultivos mientras preservan la salud del suelo y el cuidado del ambiente. Entre estos cultivos, el maíz (Zea mays) ocupa un lugar preeminente debido a su importancia económica y alimentaria a nivel global.

La importancia del maíz como cultivo en la Argentina está fuera de discusión. Su productividad ha sido potenciada por los constantes avances en la genética y en la mejora en aspectos de manejo como la densidad y fecha de siembra, lo que determina una gran competitividad de los productores locales de maíz a escala global.

Sin embargo, esta tendencia creciente de aumentos en los rendimientos deriva en una mayor necesidad de nutrientes, que son los ladrillos con los cuales se construye biomasa primero y grano después. Hoy en día las brechas de producción entre lo alcanzable y lo obtenido son cercanas al 40%, y gran parte de esa brecha se puede explicar por una cantidad insuficiente de nutrientes disponibles, generando con mucha frecuencia condiciones de lucro cesante por cultivos que rinden por debajo de su potencial. Estas brechas de rendimiento podrían aumentarse de continuarse con una reposición de nutrientes que dista de ser ambientalmente sostenible, lo que provoca adicionalmente efectos colaterales como la disminución de la materia orgánica de los suelos.

“Los ensayos cuentan en todos los sitios con al menos 4 tratamientos que corresponden a diferentes estrategias de fertilización según criterios de aplicación de NPS y micronutrientes”

Un aspecto crucial en la producción de maíz es, por lo tanto, la práctica de fertilización, que ha demostrado tener un impacto significativo en sus rendimientos. Numerosos estudios han demostrado que la aplicación de nutrientes esenciales, como nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S) y zinc (Zn), aumentan notablemente el rendimiento de maíz. Estos nutrientes son fundamentales no sólo para el crecimiento de la planta, sino también para el desarrollo del grano. Por ejemplo, el nitrógeno es conocido por su papel en la síntesis de proteínas, mientras que el fósforo es esencial para el desarrollo adecuado de raíces y el aprovechamiento de la energía que se genera a partir del proceso de fotosíntesis. Por lo tanto, la práctica de fertilización es clave para lograr transformar ese potencial en kilos de grano, que serán luego transformados en una variedad muy grande de destinos posibles, desde forraje hasta la fabricación de biopolímeros o biocombustibles.

Existe por otro lado cierto consenso técnico y base teórica disponible que respalda la idea de que cuando se diseñan estrategias de fertilización de largo plazo, que contemplen mínimamente la reposición de los nutrientes extraídos durante varias campañas de producción, las respuestas a la fertilización son más consistentes y estables que cuando la fertilización se da en pulsos aislados, sólo para algunos cultivos y con dosis que no cubren la reposición de los nutrientes extraídos.

Este trabajo pretende explorar y dar ejemplos concretos de la respuesta del rendimiento de maíz a la práctica de fertilización a largo plazo, especialmente cuando esta es balanceada en nutrientes, considerando los beneficios de esta práctica agronómica.

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En principio, la fertilización a largo plazo se refiere a la aplicación periódica y sistemática de nutrientes al suelo, con el objetivo de mantener o mejorar la productividad de los cultivos. Diversas investigaciones han indicado que la aplicación adecuada y equilibrada de fertilizantes a lo largo del tiempo puede resultar en incrementos sostenidos en el rendimiento de maíz. Sin embargo, estos incrementos no son solo el resultado de la aplicación de nutrientes, sino también de la mejora en la calidad del suelo, ya que la fertilización adecuada puede fomentar la actividad microbiana, aumentar la materia orgánica y mejorar la porosidad del suelo y de esa manera regular la retención de agua en el suelo.

Con dos ejemplos puntuales se intentará demostrar el efecto positivo acumulado de la fertilización de maíz con estrategias de fertilización balanceada: i) Ensayos de la Red CREA Sur de Santa Fe – IPNI y ii) la red de Estrategias de Nutrición de Largo Plazo de FERTILIZAR AC.

Los datos aquí presentados corresponden al informe de maíz que hizo el grupo CREA sur de Santa Fé, con la colaboración de IPNI Cono Sur y el auspicio de Agroservicios Pampeanos (ASP), pertenecientes a la Red de Ensayos de Nutrición de Cultivos (Boxler y Col., 2015). Uno de los objetivos generales de la Red era determinar respuestas (directas y residuales) de los cultivos dentro de la rotación a la aplicación de nitrógeno (N), fósforo (P), azufre (S) y otros nutrientes en diferentes ambientes de la región.

“Las disparidades en los niveles de PBray-1 entre tratamientos se pueden atribuir tanto a los efectos residuales de las aplicaciones de fósforo como a las diferentes tasas de extracción del nutriente por parte de los cultivos”

Los dos ensayos que se reportan en este informe se establecieron en lotes bajo siembra directa de varios años ubicados en establecimientos de grupos CREA de la región Sur de Santa Fe, en la provincia de Santa Fe, en la campaña 2000/01. Desde 2000/01, la rotación establecida en los dos sitios es maíz – soja de primera – trigo/soja de segunda (M-T/Sj). Los seis tratamientos establecidos son similares en ambos sitios. Los mismos se repitieron anualmente siempre sobre las mismas parcelas. La cantidad de nutrientes y los fertilizantes aplicados a la siembra del maíz en la campaña 2014/15 se indican en la Tabla 1.

Tabla 1. Tratamientos de fertilización establecidos en los sitios bajo rotación M-T/Sj. Región CREA Sur de Santa Fe. Maíz. Campaña 2014/15.

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Con respecto al efecto de los tratamientos sobre los suelos, se observaron efectos residuales sobre el suelo pre-siembra de fertilizaciones fosfatadas anteriores en los tres sitios sobre el nivel de fósforo extractable por extractante Bray & Kurtz 1 (PBray-1), principalmente en el estrato superficial (0-20 cm; Fig. 1). También se registraron efectos residuales de la fertilización con S sobre los niveles de S-sulfato en todo el perfil analizado en ambos sitios. Asimismo, se observó residualidad de fertilización nitrogenada sobre los niveles de N-nitrato en San Alfredo.

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Fig. 1. Distribución de la concentración de PBray-1, S-SO4-2, N-NO3, hasta 100 cm de profundidad en presiembra para tratamientos selectos en los sitios bajo rotación M-T/Sj. Campaña 2014/15.

En los sitios de Balducchi y San Alfredo, se observó una significativa acumulación de fósforo debido a la aplicación de este elemento, principalmente en la capa superficial del suelo (0-20 cm), con incrementos entre los tratamientos NPS y NS del 604% y 463%, respectivamente para ambas localidades. El análisis de la dinámica del fósforo reveló que en el tratamiento NPS, los niveles de PBray-1 en la capa superficial aumentaron consistentemente a lo largo de 15 campañas agrícolas (Fig. 2).

Las disparidades en los niveles de PBray-1 entre tratamientos se pueden atribuir tanto a los efectos residuales de las aplicaciones de fósforo como a las diferentes tasas de extracción del nutriente por parte de los cultivos. Esta residualidad representa un aspecto positivo para la mejora de la fertilidad del suelo, evidenciando la viabilidad de estrategias de fertilización que permitan incrementar y mantener los niveles de fósforo disponible.

Adicionalmente, es relevante señalar que el efecto residual del fósforo se extiende más allá de la capa superficial, probablemente como resultado de la movilización del nutriente por el sistema radicular de las plantas durante el período experimental.

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Fig. 2. Evolución de P Bray (0-20 cm), desde el establecimiento de los ensayos bajo rotación M-T/S, en los tratamientos sin fósforo (NS) y con fósforo (NPS).

Con respecto a los rendimientos, las diferencias de los tratamientos fertilizados con respecto al testigo fueron consistentes y se mantienen en el tiempo. En términos relativos, las diferencias entre los tratamientos de fertilización parecen irse incrementando respecto a años anteriores, especialmente en el sitio de Balducchi (Fig. 3), un sitio con una larguísima historia agrícola y de menor potencial ambiental que el sitio San Alfredo. Este incremento demuestra la caída en los rendimientos del tratamiento Testigo por la pérdida de fertilidad.

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Fig. 3. Evolución de los rendimientos promedio de maíz para los seis tratamientos en los sitios bajo rotación M-T/Sj.

Se establecieron en este caso módulos de evaluación de larga duración en condiciones de producción representativas de sistemas agrícolas pampeanos y del NOA y NEA en 18 sitios en total desde el año 2016. Los ensayos cuentan en todos los sitios con al menos 4 tratamientos que corresponden a diferentes estrategias de fertilización según criterios de aplicación de NPS y micronutrientes (Tabla 2)

Tabla 2. Definición y criterios usados para los tratamientos de Estrategias de fertilización.

    Criterios de fertilización
Trt. Descripción P N S Micronut.
1 Testigo No No No No
2 Frecuente Media regional (encuestas) Media regional (encuestas) No No
3 Mejorado Demanda para rto. medio Demanda para rto. medio Demanda para rto. medio No
4 Completo Demanda para rto. potencial Demanda para rto. potencial Demanda para rto. potencial Si

Según los cultivos y regiones, Fertilizar AC definió las dosis precisas de recomendación de fertilización para cada uno de los tratamientos (Tabla 3), que fue discutida con cada uno de los referentes técnicos de cada localidad.

Tabla 3. Rango de dosis de nutrientes (N, P, S y Zn) aplicados en las diferentes estrategias de fertilización, expresadas en kilogramos de nutriente por hectárea.

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En promedio para todos las campañas y sitios evaluados, la respuesta del cultivo de maíz, considerando a los maíces tempranos y tardíos en forma conjunta, osciló entre un 20 y un 43% de aumento (Fig. 4).

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Fig. 4. Rendimiento relativo de maíz temprano y tardío de 27 sitios en 8 campañas en respuesta a diferentes estrategias de fertilización.

No obstante, la respuesta no es igual en cualquier momento desde que se inicia la aplicación de determinada estrategia; con los mismos datos de esta red pudo determinarse que la brecha de rendimientos se incrementa a medida que avanzamos en la secuencia (Fig. 5),

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Fig. 5. Evolución del rendimiento relativo (RR) del cultivo de maíz en diferentes momentos de la secuencia desde que se inician las aplicaciones correspondientes a las diferentes estrategias. Solamente se muestran las respuestas a partir del año 3.

Estas tendencias en el tiempo pueden interpretarse de dos maneras: i) los suelos fertilizados van ganando calidad ambiental y se van tornando más, lo cual se relaciona probablemente con mayores niveles de nutrientes y materia orgánica de los suelos, o ii) los suelos no fertilizados se degradan y el requerimiento de nutrientes para cumplir las demandas nutricionales de los cultivos es mayor. Esta última perspectiva es confirmada cuando se observan como se modifican los mapas de nutrientes y MO luego del uso agrícola con los niveles de fertilización actuales que tienen los suelos productivos (Sainz Rozas y col., 2019, 2023, Fig. 6). El mantenimiento de la MO y de los nutrientes de los suelos es clave para que el mismo puede seguir contribuyendo con los servicios ecosistémicos que la sociedad requiere.

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Figura 6. Mapa de materia orgánica (MO %) en suelos del NOA y NOA en condiciones prístinas (izquierda) y luego del uso agrícola (derecha). Tomado de Sainz Rozas y Col., 2024.

A pesar de los claros beneficios productivos, es claro que la fertilización a largo plazo debe responder a un plan de manejo profesional que contemple, más allá de las cuestiones económicas, la relación existente entre la oferta y la demanda de los nutrientes. En ese sentido, el análisis de suelos es la herramienta básica que permite diagnosticar con precisión las necesidades reales de nutrientes que son probables que el cultivo requiera.

Cabe destacar que el análisis de suelos es una herramienta de muy bajo costo, que además de informar sobre la disponibilidad de nutrientes, provee información clave en referencia a la salud del suelo, como pueden ser los valores de pH, conductividad eléctrica (indicadora de salinidad) y los niveles de materia orgánica. También existen otras tecnologías para ir monitoreando el estado nutricional del cultivo durante su crecimiento, como por ejemplo, sistemas basados en sensores remotos o medidores de verdor que permiten monitorear con precisión el estado nutricional del cultivo durante su crecimiento e implementar estrategias caso-específicas para ajustar las dosis casi en tiempo real.

Conclusión

Estrategias de fertilización balanceada que consideren los efectos de largo plazo conducen a mejoras continuas en los sistemas productivos estabilizando los rindes en pisos más altos de productividad.

La combinación de mayor estabilidad con mayor productividad puede conducir a modelos de negocios más virtuosos, que tienen como resultado adicional, una mayor reposición de nutrientes y una mayor conservación del recurso suelo, respondiendo al desafío de producir más manteniendo o mejorando la salud de los recursos naturales.

Bibliografía

Boxler Miguel, Fernando O. García, Adrián A. Correndo, Santiago Gallo, Ricardo Pozzi, Matías Salinas, Nahuel Reussi Calvo y Angel Berardo. 2015. Red de Ensayos en Nutrición de Cultivos Región CREA Sur de Santa Fe. Resultados de la Campaña 2014/15: Maíz. Disponible online en:

https://research.ipni.net/research/lacs.nsf/0/1E3D6180D400CCA203257F180057595D/$FILE/Info%20MAIZ%202014-15%20-%20Final.pdf

Sainz Rozas Hernán, Mercedes Eyherabide, Gastón Larrea, Nicolás Martínez Cuesta, Hernán An­gelini, Nahuel Reussi Calvo y Nicolás Wyngaard. 2019. Relevamiento y determinación de propiedades químicas en suelos de aptitud agrícola de la región pampeana. En Actas del Simposio Fertilidad 2019. Rosario, mayo de 2019.

Sainz Rozas, Hernán y col. 2024. Impacto de la agricultura sobre la fertilidad de los suelos del NOA y NEA Argentino. En Actas del XXIX Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. Catamarca, mayo de 2024.

Primicias Rurales

Fuente: Revista Horizonte A

Con fertilizadoras incorporadas, reducen pérdidas hasta en un 60 %

Con fertilizadoras incorporadas, reducen pérdidas hasta en un 60 %

Un reciente estudio del INTA confirmó que estas máquinas son capaces de dosificar e incorporar de manera eficiente fertilizantes en el suelo, lo que evita la volatilización del nitrógeno entre un 40 y un 60 % y mejora la absorción de nutrientes por parte de las plantas. Se trata de una tecnología clave para incrementar la eficiencia en el uso de los fertilizantes.

 

Buenos Aires, jueves 28 noviembre (PR/24) — La volatilización del nitrógeno, la lixiviación de nutrientes y el escurrimiento superficial son factores clave a la hora de incrementar la eficiencia en el uso de los recursos para reducir las pérdidas en fertilizantes. Según un reciente estudio del INTA, las fertilizadoras incorporadas son una herramienta clave para resolver esta dificultad.

Para Hernán Ferrari -coordinador del grupo Mecanización Agrícola del INTA-, “las fertilizadoras incorporadas son una tecnología fundamental en la gestión eficiente de nutrientes”. Es que, según detalló, “estas máquinas son capaces de dosificar e incorporar de manera eficiente fertilizantes en el suelo, lo que evita la volatilización del nitrógeno entre un 40 y un 60 % y mejora la absorción de nutrientes por parte de las plantas”.

Entre las numerosas ventajas, además, Ferrari señaló que “hasta un 50 por ciento del nitrógeno aplicado puede perderse por volatilización, lixiviación o escurrimiento, lo que representa un desperdicio de los fertilizantes, con el consecuente impacto económico”.

“Las fertilizadoras incorporadas ayudan a mitigar estos problemas al enterrar los nutrientes inmediatamente después de su aplicación”, explicó el especialista del INTA, quien confirmó que “esto asegura que los fertilizantes permanezcan en el suelo, más cerca de las raíces, mejorando su absorción y reduciendo las pérdidas”.

Según estudios recientes, las fertilizadoras incorporadas pueden reducir la volatilización del nitrógeno entre un 40 y un 60 % en comparación con la fertilización superficial. “Si consideramos que, en promedio, se aplican 120 kilogramos por hectárea de nitrógeno en cultivos de granos como maíz o trigo, y que el precio del fertilizante nitrogenado ronda los 0,80 a 1 dólar por kilogramos, las pérdidas por volatilización en sistemas convencionales pueden costar entre 48 y 72 dólares por hectárea. Al reducir estas pérdidas, el ahorro potencial en insumos puede variar entre 19 y 43 dólares por hectárea”, subrayó Ferrari.

Otra causa importante de pérdidas es la lixiviación de nutrientes, particularmente en suelos ligeros o con bajo contenido de materia orgánica. “Con las fertilizantes incorporadas, la eficiencia en el uso de los nutrientes mejora considerablemente”, reiteró el investigador.

Según la FAO, la eficiencia de uso del nitrógeno (EUN) global promedio es solo del 50 %, lo que significa que la mitad del fertilizante aplicado se pierde. Sin embargo, con el uso de fertilizadoras incorporadas, la EUN puede aumentar hasta un 80 %, especialmente en suelos con alta lixiviación.

A su vez, se deben considerar las pérdidas por escurrimiento superficial durante eventos de lluvia que pueden alcanzar entre un 10 y un 15 % de los fertilizantes aplicados en campos sin incorporación. “Al usar fertilizadoras incorporadas, estas pérdidas se reducen casi por completo, contribuyendo a un manejo más eficiente y sustentable de los nutrientes”, reconoció Ferrari.

Una tecnología, numerosas ventajas

Además de incrementar la eficiencia en el uso de los recursos y disminuir las pérdidas en la aplicación de fertilizantes, la fertilizadora incorporada optimiza el proceso de fertilización y libera a la sembradora de esta tarea, incrementando la eficiencia general del sistema de siembra. “Tradicionalmente, la sembradora debe detenerse no solo para recargar semillas, sino también para recargar fertilizantes”, explicó Ferrari.

En la mayoría de los casos, el fertilizante es el insumo que se termina primero, lo que obliga a la máquina a detenerse incluso cuando aún dispone de semillas. Con la fertilizadora incorporada, se estima que se puede reducir el tiempo de detención de la sembradora entre un 15 y un 20 %, dado que no es necesario parar para recargar fertilizantes.

“Cada parada de una sembradora para recargar fertilizante puede llevarse entre 30 y 40 minutos, lo que genera un impacto considerable en la eficiencia operativa”, calculó el investigador del INTA. Si una sembradora realiza varias paradas por día, la suma de estos tiempos muertos puede superar fácilmente las 2 o 3 horas diarias, dependiendo de las hectáreas trabajadas y la capacidad de la sembradora.

Con una fertilizadora incorporada que trabaja de forma independiente, estas paradas se eliminan, lo que se traduce en una mejora directa en la productividad de la sembradora.

Primicias Rurales

Fuente: INTA Informa

Nutrir las pasturas para mejorar la productividad ganadera y la calidad de la carne

Nutrir las pasturas para mejorar la productividad ganadera y la calidad de la carne

Buenos Aires, lunes 18 noviembre (PR/24) — Con el objetivo de destacar la importancia de la fertilización de pasturas para mejorar la productividad ganadera, FERTILIZAR AC está llevando a cabo ensayos de nutrición en la provincia de Buenos Aires junto con la Unidad Integrada Balcarce.

En empresas como Ojo de Agua y El Pinar Chico la correcta reposición de nutrientes ha demostrado aumentar significativamente los rendimientos y la calidad del forraje.

FERTILIZAR AC presentó recientemente el programa SUMA P (P símbolo del fósforo) con el objetivo de promover el uso del nutriente en cultivos y corregir su déficit, que se observa en casi todas las regiones agrícolas. También se hace extensivo a la promoción de la fertilización de pasturas y pastizales como una estrategia para aumentar la productividad de los sistemas ganaderos en el país.

El coordinador técnico de FERTILIZAR AC, Esteban Ciarlo, resaltó que el fósforo juega un papel fundamental en la definición del rendimiento y la productividad, pero que actualmente la aplicación no cubre en muchos casos el requerimiento de los cultivos y está lejos de cubrir las extracciones que se genera con las cosechas ya sean granos o forraje. “Las plantas leguminosas, como la alfalfa o la soja, necesitan mucho fósforo para fijar el nitrógeno atmosférico y así autoabastecerse de otro nutriente esencial “, advirtió.

Por su parte, la ingeniera agrónoma Alejandra Marino, de la Unidad Integrada Balcarce, destacó la importancia de la fertilizar las pasturas como una herramienta para asegurar la sostenibilidad de los sistemas ganaderos.

Ciarlo y Marino lideraron una recorrida por sendos campos del sudeste bonaerense, en los cuales FERTILIZAR compartió el rol clave que tiene la corrección de las deficiencias nutricionales en la producción de forraje, cuando el objetivo es lograr alta producción de pasto de calidad para la alimentación del ganado.

El programa SUMA P surge como una respuesta técnica respaldada por investigaciones sobre la dinámica del fósforo en el suelo y el impacto de su deficiencia en los cultivos. Se generó un compendio técnico que abarca 6 ejes temáticos, entre los que se destacan la importancia del fósforo para las plantas, animales y humanos, el diagnóstico de suelos, y las mejores prácticas de fertilización.

En el caso de la producción ganadera, la Ing. Agr. Marino destacó que el manejo adecuado de los nutrientes en suelos destinados a la producción de pasto es fundamental para mejorar la calidad del forraje y maximizar la producción de carne.

“Lo primero que debemos tener en cuenta es que las pasturas, como cualquier cultivo, necesitan nutrientes para crecer y aprovechar eficientemente los recursos que le ofrece el ambiente”, explicó la especialista. En este orden, apuntó que la disponibilidad de fósforo es un problema común en muchos campos ganaderos. “Los mapas de suelos muestran una clara deficiencia”.

“En promedio, los sistemas ganaderos de la región producen 3.000 a 6.000 kg MS/ha/año. Una pastura bien manejada puede aportar 200 a 300 kg carne/ha/año. Sin embargo, si se realiza una correcta fertilización, especialmente con fósforo en pasturas base leguminosas, estos números pueden aumentar significativamente”, aseguró Marino. Agregó que, en campos con un manejo adecuado de nutrientes, la producción de carne por hectárea puede superar los 500 kilos por año, lo que representa un incremento de más de 50% en productividad.

Marino remarcó así que la fertilización de las pasturas “es una inversión” que tiene impacto directo no sólo en la rentabilidad sino también en la sustentabilidad de los sistemas ganaderos. “Se pueden lograr sistemas más productivos y sostenibles “.

El programa SUMA P busca poner en práctica las cuatro R de la fertilización: dosis correcta, lugar correcto, momento correcto y fuente correcta (“Correcto”, Right en inglés). Ciarlo recordó que, bajo la dirección de Alejandra Marino, FERTILIZAR AC trabaja en una red de estrategias de nutrición en pasturas desde 2022.

Con datos de la OMS y de la FAO, la entidad viene remarcando la importancia de tener en cuenta la nutrición de cultivos apuntando a mejorar la calidad de los alimentos, y recordó que la carne contiene hierro, magnesio, calcio y vitaminas B, C y D.

En este orden, apuntó que el pasto producido tanto por los pastizales naturales como las pasturas puras o consociadas pueden proporcionar los nutrientes que necesitan los animales en pastoreo. También tienen una gran importancia ecológica, ya que contribuyen a la regulación del clima, la polinización, la purificación y recarga de acuíferos y la captura de carbono.

Para resumir, ambos especialistas coinciden que: “más nutrientes, más pasto, más carne, más leche y más sustentabilidad … y todo en la misma superficie”.

Dos casos productivos
En el marco de SUMA P, FERTILIZAR mostró dos campos ganaderos en el sudeste bonaerense, uno de aptitud agrícola y otro ubicado en la Cuenca del Salado o Pampa Deprimida, principal región para la ganadería de cría vacuna de Argentina, que ilustraron sobre buenas prácticas de manejo de pasturas, con diferentes niveles de fertilización.

En cuanto a la estrategia de nutrición, se fertilizó en franjas anchas de la maquinaria por 50 ó 100 metros de largo, son 4 ó 5 franjas en cada módulo, y los tratamientos fueron idealmente los mismos en ambos establecimientos, con aplicación de nitrógeno, fósforo, azufre, zinc y micronutrientes.

Ojo de Agua, es un establecimiento de 2.000 hectáreas ubicado en el partido de General Pueyrredón, un campo que aptitud agrícola que destina 40% a un planteo de invernada “totalmente pastoril con suplementaciones estratégicas adaptadas a la oferta de pasto y las condiciones climáticas. Todo el alimento se produce aquí”, dijo el encargado Ing. Agr. José Gugliamelli.

El objetivo de Ojo de Agua es producir novillos de exportación, alcanzando un peso de 520 kilos en un ciclo de 16 meses, utilizando un rodeo propio de cría de Hereford, desarrollada en un campo de la zona de Bahía Blanca, que se destina a exportación para Europa. “Trabajamos con un equipo altamente comprometido, que realiza recorridas diarias, monitorea el peso de la hacienda y realiza ajustes constantes en la estrategia de manejo”.

La rotación de pasturas y el manejo del rodeo de animales se hace mediante un sistema de pastoreo rotativo que garantiza el descanso adecuado de las parcelas y la regeneración del pasto.

El campo trabaja con pasturas polifíticas (más de una especie), utilizando festuca, pasto ovillo, cebadilla y alfalfa, que se combinan para optimizar el uso del suelo durante los 4 años de vida útil de cada pastura. Además, se realiza una rotación agrícola en algunas parcelas, lo que permite controlar malezas y mejorar la calidad del suelo. “Nuestro objetivo es lograr la mayor eficiencia en la producción y la cosecha del pasto”.

Por su parte, el establecimiento El Pinar Agropecuaria se encuentra en el partido de General Guido, en la región conocida como “depresión” del río Salado, zona principal de la ganadería de cría en Argentina, siendo campos con muchas limitantes. El Ing. Agr. Federico Allende, gerente, y Federico García Balcarce encargado, comentaron que El Pinar se extiende por 3.700 hectáreas distribuidas en tres campos, de las cuales 900 hectáreas están dedicadas a la agricultura (girasol y maíz); en cuanto a la ganadería, maneja 2.200 hectáreas en un sistema de ciclo completo, con 1.500 vientres y 95 % de preñez.

El establecimiento cuenta, en general, con una base forrajera compuesta por raigrás y sus promociones, 80 has de alfalfa y festuca, y 400 ha de agropiro, junto con otras especies leguminosas como trébol. El Pinar es una empresa ganadera innovadora y en pleno crecimiento. A modo de ejemplo, lleva adelante una parcela de evaluación de festuca y agropiro que incluye el uso de fertilizantes y herbicidas específicos, lo que permite ajustar las mejores prácticas de manejo tanto para la agricultura como para la ganadería, garantizando la sostenibilidad y rentabilidad del establecimiento a largo plazo.

Marino señaló que los suelos de El Pinar “son complicados, con limitaciones físicas y químicas donde domina el agropiro, una especie tolerante a condiciones adversas (anegamiento, déficit hírico, etc.) y produce pasto en ambientes no aptos para otras especies forrajeras”. Ciarlo aportó que “existe el prejuicio de que, como son campos bajos afectados por sales o por sodio, no necesitan nutrientes porque la limitante está en otro lado. En ese caso estamos encontrando respuestas positivas al agregado de nutrientes, también en estos ambientes”.

Para acceder a toda la información de SUMA P con más datos sobres las características y beneficios del fósforo para los cultivos, ingresar a: https://fertilizar.org.ar/suma-fosforo-hace-la-diferencia/

 

Primicias Rurales

Fuente: Fertilizar

Con enorme éxito se cierra el primer Programa de Formación Profesional para Lecherías de Alto Rendimiento

Con enorme éxito se cierra el primer Programa de Formación Profesional para Lecherías de Alto Rendimiento

Se trata de un curso de especialización creado por la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la Universidad Nacional de Rosario y la empresa Nutrinac. Será en el marco de una Jornada de Innovación en Ganadería

En el Anfiteatro de la Facultad de Ciencias Veterinarias y organizada por la Escuela de Graduados de la FCV, el Programa de Formación Profesional para Lecherías de Alto Rendimiento y la Cátedra de Obstetricia, con el apoyo de: Afimilk, Biogénesis Bagó, Kardex y Nutrinac, tendrá lugar una Jornada de Innovación en Ganadería

Los disertantes serán:

MV Guillermo Mattioli (Biogénesis Bagó)
Vitaminas y minerales como limitantes de la fertilidad en bovinos.

MV Ariel Capitaine Funes (Nutrinac)
Estrategias para lograr alto rendimiento con buena salud y fertilidad: ¿Es posible? ¿Cómo lograrlo?

MV Alexis Sepúlveda (Afimilk)
Lechería de precisión: Identificación y gestión de vacas de alto rendimiento, implementación de tecnologías. Requisitos mínimos y primeros pasos.

MV Germán Domínguez (Cátedra de Obstetricia y Fisiopatología de la Reproducción)
Estrategias de manejo reproductivo combinando herramientas disponibles, protocolos de alta fertilidad.

La jornada está destinada a estudiantes y profesionales de las ciencias veterinarias y se trata de una actividad no arancelada con cupos limitados.

El link de inscripción es: https://forms.gle/M5bAq3TpbDPBTcJ97

Hay mucha satisfacción entre los organizadores del Programa de Formación Profesional para Lecherías de Alto Rendimiento, cuyo objetivo es que los profesionales adquieran los conocimientos técnicos necesarios para lograr y mantener el alto rendimiento de un rodeo lechero y posiblemente se repita en 2025.

Uno de los expertos que “craneó” esta iniciativa fue Ariel Capitaine Funes (foto de portada), médico veterinario y gerente de Nutrinac SRL, quien fue entrevista por TodoLecheria.com.ar