Como ciudad moderna y pujante, la capital de Santa Catarina, Brasil, propone tours para conocer su historia a través de murales o visitar los morros en la opción de Afroturismo con las mejores vistas de la costa.

Arrancamos por el centro, conociendo el Mercado Público Municipal (foto arriba) ubicado en R. Jerônimo Coelho, 60. En el interior de este tradicional edificio colonial amarillo hay muchos restaurantes especializados en comidas típicas, ubicados alrededor de un acogedor patio.
Uno de ellos es Box 32, fundado en los ’80 por Beto Barreiros. Es el sitio ideal para comer pescados y mariscos con precios normales. Tienen una bandeja surtida llamada Sinfonía de Mar que es un sueño. Entre sus visitantes ilustres estuvieron Astor Piazzolla, Mercedes Sosa y Lula da Silva.

Y ya que estamos en la zona, podemos ir el Museo Histórico de Santa Catarina (SESC, foto abajo) que abrió apenas hace cuatro años en un edificio del siglo XVIII que fue prisión y cuartel militar. Allí, frente a la plaza 15 de Noviembre, se expone la historia de la región fundada por colonos portugueses de las Azores e incluye las frases del manezés, el dialecto local, estampadas en las paredes. La visita permite tener una amplia visión de los principales hechos históricos de la zona. Es una linda para ir con los chicos. El precio de la entrada es de 10 reales.

Habrá que pasar cerca del puente Hercilio Luz, de 1923, que une a la isla con el continente. Desde una antigua fábrica de clavos convertida en espacio para restaurantes, hay un mirador al que se accede por un ascensor oculto. Allí es desde donde se tiene la mejor vista del puente. Está en Cristóvão Nunes Píres, 84. El acceso es gratuito.

Con el Guía Manezinho
En un perfecto castellano, Rodrigo Sttûtch organiza tours diferentes por Floripa. Pide que lo llamen Guía Manezinho, un término popular para los nativos de Florianópolis que se utiliza para nombrarlos. El propone inmersiones en la cultura local con su mirada de nativo. Entre los 20 recorridos que ofrece está el de Arte Urbano, una interesante caminata por la ciudad para descubrir, a través de murales gigantes y grafitis, la lucha por la igualdad de derechos o el recuerdo de personalidades ilustres de una manera original.

Pero quizás lo más nuevo y diferente sea adentrarse en el Afroturismo en la autodenominada “comunidad más negra de Floripa”. Nació con la intención de hacer visible lo invisible en el Morro Monte Serrat, una periferia marcada por momentos de resiliencia, alegría, unidad, fe y cultura que fueron esenciales para superar la adversidad.

Su historia comenzó en el siglo XIX y tiene una fuerte conexión con los esclavos que vieron a la región como una ruta de escape hacia el mar e iniciaron los primeros asentamientos. A partir del siglo XX, cuando Florianópolis experimentó un proceso de saneamiento de las zonas centrales de la ciudad, parte de la población se trasladó a las afueras y grupos enteros se fueron a vivir a estas colinas.
Esta movida culminó con la creación de la escuela Lúcia Mayvorne, la scola do samba Embaixada Copa Lord y la Fundación del Consejo Comunitario de Monte Serrat. Respetando la idiosincrasia de los moradores de los morros que dominan la ciudad, se armaron tres excursiones que permiten conocer su herencia africana, su historia y su modo de vida actual.
Y lo mejor es que todo está contado por los propios vecinos. Los recorridos parten de la iglesia Nuestra Señora de la Serra, que inspiró el nombre de la movida: Viva Monte Serrat.
El orgullo de ser negros
Sandra Nascimento vive en Monte Serrat y lleva la batuta en los recorridos. Asegura que la gente allí “es maravillosa, muy amorosa”. Es guía de turismo desde hace 40 años y quiso mostrar también su lugar de residencia.
Empezó con otras cuatro personas y ahora son unos 15 los que ofrecen el servicio en base comunitaria. Todos usan remeras naranja bien llamativas. Con estas actividades, los que viven en el barrio también ganan: desde quien ofrece alimentos, hace artesanías o cede el patio para convertirlo en un mirador espectacular.

“Aquí la gente está muy unida, son personas trabajadoras, y para mí era un sueño hacerles conocer nuestra comunidad a los visitantes. En las caminatas se puede sentir el clima en el que vivimos”, completa Sandra mientras nos hace subir escalón por escalón hacia la cima.
Simone es otra de las anfitrionas que convierten en interesantes las excursiones porque cuentan historias, esas “que no están los libros, porque la comunidad de nuestro Morro da Caja es una de las más negras de Florianópolis –asegura–. No hacemos favela tour como en Rio de Janeiro. Allí ven las casas desde un camión como si fuera un paseo por el zoológico. Nosotros no vivimos en la favela, esto es una comunidad. Ahí está toda la diferencia. Soy de aquí, nací aquí y no quiero salir. Es el mejor lugar del mundo, un morro con 100 años de ocupación”, se enorgullece.
El precio de cada excursión es de 95 reales por persona si son dos, y va bajando el monto individual a medida que se suman más al grupo. Se dividen en:

- El Camino de las Lavanderas: marca la importancia del agua para la zona, que recién llegó en 1983. Antes las negras lavaban ropa en el río Da Bulha (o da Fonte Grande) para las familias de blancos, cada una en su piedra, hasta que fueron expulsadas con la canalización de ese cauce para convertirlo en la avenida Hercilio Luz.
- También está el tour de la Naturaleza, una caminata de cuatro horas que parte desde la zona baja y termina en un parque aledaño, permitiendo apreciar las vistas panorámicas de las bahías norte y sur de Florianópolis.
- Y el de la Negritud, que se adentra en las empinadas escaleras que unen las casas de los morros y asciende hasta la cima. En paralelo se van relatando las luchas y conquistas sociales del pueblo que allí habita.
Primicias Rurales
Fuente: Perfil Turismo















