Imagen referencial. | Crédito: PixabayEn las investigaciones posteriores al crimen, imágenes de cámaras de seguridad ubicaron a Herrera en el lugar de los hechos, y en su domicilio se encontraron prendas con manchas de sangre. Una pericia determinó que el ADN pertenecía a la víctima.
Las hipótesis indican que el móvil del acusado, hijo de la secretaria parroquial, fue robar una suma de dinero en dólares que poseía el P. Juárez, y que el día anterior el sacerdote había entregado a sus hermanos para su custodia.
Luego de haber sido condenado a prisión perpetua, en dos oportunidades la defensa del acusado presentó recursos para apelar el fallo, pero fueron rechazados por la Corte Suprema, confirmándose así su condena por el delito de homicidio agravado.
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Fuente: ACI Prensa















