Por María Fernanda González Sanjuan* .
Buenos Aires, 26 julio (Especial para NA) — La fertilización es una herramienta fundamental para mejorar la rentabilidad de nuestras cosechas.
Capitalizar como sector y como sociedad lo aprendido, desde el punto técnico, en los últimos años es fundamental para encarar las próximas campañas.
La campaña de trigo 2020 presentó buenas relaciones insumo producto, similares a las que marcaron el crecimiento de la última década, en la que el uso de fertilizantes aumentó un 50%.
Un crecimiento caracterizado por saltos que se dieron en etapas en las que el contexto de rentabilidad del productor agropecuario fue favorable.
Una de esas etapas fue el período 2016/2019, momento en que la fertilización fue una estrategia clave en los distintos planteos productivos para lograr altos rendimientos e intensificar la producción.
El motor de crecimiento fue la rentabilidad que otorgan el potencial de respuesta y la relación insumo producto.
La experiencia de los últimos años demuestra que la fertilización es una herramienta fundamental para lograr rendimiento, calidad, rentabilidad.
En el caso del trigo, se duplicó la cosecha y se multiplicó la exportación gracias al uso de las dosis correctas de fertilizante que solucionaron los problemas de calidad.
Mientras que en el maíz se corrigió la fertilización de las siembras tardías y su manejo fue clave para lograr cosechas récord.
Hoy, cuando ya está cosechado más del 85% del maíz de la campaña 2019/2020, registramos rendimientos promedio país superiores a los 8.300 kg por hectárea, lo que demuestra que a través de la tecnología de la fertilización hemos logrado, además de generar rendimiento, mejorar la eficiencia del uso del agua que es el insumo fundamental.
La soja aún es el desafío pendiente: al no haber solucionado la fertilización del cultivo de mayor superficie, no podemos revertir todavía el balance negativo de nutrientes, especialmente de fósforo y azufre.
Desde el punto de vista agronómico, numerosos estudios muestran que en condiciones de nutrición no limitantes los rendimientos de casi todos los cultivos de la región pampeana son superiores a los que se alcanzan con el manejo más frecuente de fertilización.
La implementación de estrategias de nutrición balanceada, contemplando N (nitrógeno), P (fósforo), S (azufre) y Zn (zinc) mejoran los rendimientos ante prácticas actuales de fertilización que realizan en promedio los productores agropecuarios.
Las brechas de producción entre el manejo actual y las estrategias de nutrición de alta producción, en la región pampeana, son del 20% para el trigo, 22% para el maíz y 16 % para la soja.
Además, es necesario conocer cuál es la mejor estrategia desde el punto de vista económico. Este análisis se debe realizar teniendo en cuenta el precio relativo de los fertilizantes con el de los granos, y el ingreso extra que se obtendrá por la mejora en la nutrición del cultivo.
Tenemos la información a nuestro alcance. Capitalizar como sector y como sociedad lo aprendido en las últimas campañas es fundamental para encarar las próximas campañas.
* Gerente Ejecutiva de Fertilizar.
@mfgs2009.