Hoy, estudios recientes encendieron una señal de alerta: la baja disponibilidad de zinc podría estar limitando la producción de trigo y cebada en el sur bonaerense.
Según el análisis, un 33% de los lotes estudiados presenta concentraciones inferiores a 0,80 partes por millón (ppm), un umbral considerado crítico para el normal desarrollo de los cultivos.

Un micronutriente clave que quedó fuera del radar
“Hoy el zinc comienza a mostrar señales de deficiencia en suelos donde históricamente no representaba una limitante. Este escenario obliga a repensar las estrategias de diagnóstico y manejo para evitar pérdidas económicas y nutricionales en los cultivos”, explicó Hernán Sainz Rozas, especialista en fertilidad de suelos del INTA Balcarce.
Las consecuencias del déficit ya se hacen notar: los ensayos muestran que cuando los niveles de zinc son bajos, el trigo y la cebada pueden sufrir pérdidas de rendimiento de entre 5% y 15% si no se aplican correctivos. “Un suelo con 0,75 ppm de Zn y un objetivo de 7000 kilos por hectárea puede perder hasta 840 kilos por hectárea. Ese valor excede ampliamente el costo de la fertilización, que ronda entre US$18 y US$20 por hectárea”, detalló Sainz Rozas.
Frente a este escenario, desde el INTA recomendaron realizar análisis preventivos para anticipar deficiencias y planificar estrategias de reposición. “El método más confiable es la determinación de zinc extractable en muestras tomadas a 20 centímetros de profundidad, preferentemente en presiembra”, señaló Pablo Barbieri, también técnico del INTA Balcarce, quien advirtió que la alta variabilidad espacial del micronutriente exige entre 25 y 35 submuestras por lote.
La fertilización puede realizarse de distintas formas: con mezclas sólidas, líquidos, tratamiento de semillas o aplicaciones foliares. Una práctica que gana espacio es combinar zinc con fósforo en fertilizantes compuestos o recubrir el fosfatado con formulaciones líquidas que contengan zinc. “Esto mejora la distribución del micronutriente y permite una absorción más eficiente”, añadió Barbieri.
El laboratorio de suelos del INTA Balcarce advirtió que cerca del 66% de los suelos pampeanos ya exhiben niveles medios a bajos de zinc, un fenómeno que antes era típico del norte pero que ahora se observa también en el sur bonaerense. Para los especialistas, invertir en diagnóstico y reposición permitirá frenar esta tendencia y proteger una región clave para el trigo y la cebada del país.
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Fuente: TN Campo