“Maestro ¿cuándo va a ser eso?”

“Maestro ¿cuándo va a ser eso?”

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21,5-11

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedra de calidad y exvotos, Jesús les dijo:
«Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida».

Ellos le preguntaron:
«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?».

Él dijo:
«Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida».

Entonces les decía:
«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo».

Palabra del Señor

Fuente: Dominicos.org

“Maestro ¿cuándo va a ser eso?”

“En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos”

Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 1-4

 

En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos, vio a unos ricos que echaban donativos en el tesoro del templo; vio también una viuda pobre que echaba dos monedillas, y dijo:

«En verdad os digo que esa viuda pobre ha echado más que todos, porque todos esos han contribuido a los donativos con lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».

Palabra del Señor

“Nos ha trasladado al Reino de su Hijo”

“Nos ha trasladado al Reino de su Hijo”

Lectura del santo evangelio según san Lucas 23,35-43

 

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:
«A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido».

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:
«Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo».

Había también por encima de él un letrero:
«Este es el rey de los judíos».

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:
«¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros».

Pero el otro, respondiéndole e increpándolo, le decía:
«¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo».

Y decía:
«Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino».

Jesús le dijo:
«En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

 

Palabra del Señor

Reflexión: ¿Quieres ser parte de una historia llena de esperanza? Está terminando el año litúrgico. Revisa tu vida, y prepárate para que el Adviento, que está llamando a las puertas, no te sorprenda desprevenido. Puedes ser amigo de un Rey que no inspira miedo, sino dulzura; que no busca castigarte, sino hacerte feliz; que no limita tu libertad, sino que la desarrolla hasta el máximo… Un Rey distinto, que te invita a ser de los suyos. Él te espera.

Fuente: Dominicos.org

“Dios es Dios de vivos”

“Dios es Dios de vivos”

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Macabeos 6,1-13

 

En aquellos días, el rey Antíoco recorría las provincias del norte cuando se enteró de que había en Persia una ciudad llamada Elimaida, famosa por su riqueza en plata y oro, con un templo lleno de tesoros: escudos dorados, lorigas y armas depositadas allí por Alejandro el de Filipo, rey de Macedonia, primer rey de los griegos.

Antíoco fue allá e intentó apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo, porque los de la ciudad, dándose cuenta de lo que pretendía, salieron a atacarlo.

Antíoco tuvo que huir y emprendió apesadumbrado el viaje de vuelta a Babilonia.

Cuando él se encontraba todavía en Persia, llegó un mensajero con la noticia de que la expedición militar contra Judea había fracasado y que Lisias, que en un primer momento se había presentado como caudillo de un poderoso ejército, había huido ante los judíos; estos, sintiéndose fuertes con las armas, pertrechos y el enorme botín de los campamentos saqueados, habían derribado la abominación de la desolación construida sobre el altar de Jerusalén, habían levantado en torno al santuario una muralla alta como la de antes y habían hecho lo mismo en Bet Sur, ciudad que pertenecía al rey.

Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó de tal forma que cayó en cama y enfermó de tristeza, porque no le habían salido las cosas como quería.

Allí pasó muchos días, cada vez más triste. Pensó que se moría, llamó a todos sus Amigos y les dijo:
«El sueño ha huido de mis ojos y estoy abrumado por las preocupaciones, y me digo: “A qué tribulación he llegado, en qué violento oleaje estoy metido, yo, que era feliz y querido cuando era poderoso! Pero ahora me viene a la memoria el daño que hice en Jerusalén, robando todo el ajuar de plata y oro que había allí, y enviando gente que exterminase sin motivo a los habitantes de Judea. Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de tristeza en tierra extranjera”».

 

Salmo de hoy

Salmo 9,2-3.4.6.16.19 R/. Gozaré, Señor, de tu salvación

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo,
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo. R/.

Porque mis enemigos retrocedieron,
cayeron y perecieron ante tu rostro.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido. R/.

Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.
Él no olvida jamás al pobre,
ni la esperanza del humilde perecerá. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 20,27-40

En aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:

«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».

Jesús les dijo:

«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre ¡os muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.

Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».

Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.

 

Palabra del Señor

 

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

“Muero en tierra extraña, lleno de tristeza”

Esta lectura nos relata la derrota y muerte del rey Antíoco, conocido por los muchos saqueos que llevo a cabo para enriquecerse y hacerse poderoso. El final de su vida, totalmente arruinado y sumido en la tristeza, nos hace pensar el la palabras de Jesús en el evangelio: ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si al final pierde su alma?

Cuando hablamos de ganar el mundo entero, no sólo nos referimos al dinero y las cosas materiales. Hay “otras riquezas” que son igual o más letales para el alma: el prestigio, el poder, la fama, el placer… Y no por que sean malas en sí mismas, sino porque si para conseguirlas pasamos por encima de todos, olvidando el doble precepto del amor a Dios y al prójimo y buscamos sólo nuestro beneficio e interés, no seremos verdaderamente felices en vida y la muerte nos encontrara en la amargura del sinsentido.

Pidamos al Señor la gracia de no dejarnos seducir por las riquezas y que podamos descubrir que la verdadera riqueza, la que llena de sentido nuestra existencia, la que no pasa y que nadie nos puede arrebatar, es nuestra relación con Dios, la experiencia de su Amor en nuestra vida. Eso es lo que debemos cuidar, si queremos tener una vida feliz aquí en la tierra y gozar de la bienaventuranza en el Cielo.

“Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos’’

Varias veces en los relatos evangélicos vemos cómo Jesús es puesto a prueba con preguntas capciosas, quieren poner una trampa pero lo que desconocen sus interlocutores, es la audacia de Jesús para darle la vuelta a la pregunta, salir airoso y dejarlos si palabras.

Esta vez se trata de los saduceos, que niegan la resurrección, y le proponen un caso totalmente surrealista. Pero Jesús sortea la cuestión, les contesta y con su respuesta intenta llevarlos un poco más allá de sus cortas miras, les explica que la resurrección es una vida nueva, plena, que no está sujeta a lo que conocemos. Aquí radica la dificultad para comprenderla, es un misterio inabarcable, o te lo crees o quedas fuera. Como le pasa a los saduceos.

Dios es un Dios de vivos y quiere que todos vivan, y vivan en plenitud. La Resurrección nos libra de la muerte, por eso creemos que nuestra muerte corporal es el paso a una vida nueva. Pero también en este mundo podemos vivir como personas resucitadas, gozando de la misma vida de Dios, viviendo de su Amor.

La fe en Dios hace vivir con un talante diferente, no como autómatas que cumplen unas leyes y normas, sino siendo consciente de que hay una promesa de vida eterna que heredarán los que sean fieles a Cristo y a sus enseñanzas.

Hoy celebramos la fiesta de Santa Cecilia, una virgen mártir que murió por Cristo. Los mártires libremente entregaron su vida por causa de su fe, no rehusaron la muerte física precisamente porque creían en la Resurrección, porque tenían firme esperanza de que les aguardaba una vida mejor. De todos se nos cuenta que iban sin miedo, a pesar de los tormentos que sabían que iban a sufrir.

Que su ejemplo anime nuestra débil fe y aliente nuestra esperanza para que podamos dar testimonio de la primacía de Cristo y no sucumbamos ante las persecuciones. Que no perdamos nuestra alma por salvar nuestro cuerpo.

 

 MM. Dominicas

MM. Dominicas
Monasterio de Santa Ana (Murcia)

Evangelio de hoy en vídeo

“Nos ha trasladado al Reino de su Hijo”

“Mi casa será casa de oración”

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,45-48

 

En aquel tiempo, Jesús entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles:
«Escrito está: “Mi casa será casa de oración”; pero vosotros la habéis hecho una “cueva de bandidos”».
Todos los días enseñaba en el templo.
Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.
Palabra del Señor
“¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!”

“¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!”

Primera lectura

Lectura del primer libro de los Macabeos 2, 15-29

 

En aquellos días, los funcionarios reales, encargados de imponer la apostasía, llegaron a Modín para que la gente ofreciese sacrificios, y muchos israelitas acudieron a ellos.

Matatías y sus hijos se reunieron aparte. Los funcionarios del rey tomaron la palabra y dijeron a Matatías:
«Tú eres una persona ilustre, un hombre importante en esta ciudad, y estás respaldado por tus hijos y parientes. Adelántate el primero, haz lo que manda el rey, como lo han hecho todas las naciones; y los mismos judíos, y los que han quedado en Jerusalén. Tú y tus hijos recibiréis el título de Amigos del rey; os premiarán con oro y plata y muchos regalos».

Pero Matatías respondió en voz alta:
«Aunque todos los súbditos del rey le obedezcan apostatando de la religión de sus padres y aunque prefieran cumplir sus órdenes, yo, mis hijos y mis parientes viviremos según la Alianza de nuestros padres. ¡Dios me libre de abandonar la ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión ni a derecha ni a izquierda».

Nada más decirlo, un judío se adelantó a la vista de todos, dispuesto a sacrificar sobre el ara de Modín, como lo mandaba el rey.

Al verlo, Matatías se indignó, tembló de cólera y, en un arrebato de ira santa, corrió a degollar a aquel hombre sobre el ara. Y, acto seguido, mató al funcionario real que obligaba a sacrificar y derribó el ara. Lleno de celo por la ley, hizo lo que Pinjás a Zimrí, hijo de Salu.

Luego empezó a decir a voz en grito por la ciudad:
«Todo el que sienta celo por la ley y quiera mantener la Alianza, que me siga!».

Y se echó al monte, con sus hijos, dejando en la ciudad todo cuanto tenía.

Por entonces, muchos decidieron bajar al desierto para instalarse allí, porque deseaban vivir santamente de acuerdo con el derecho y la justicia.

 

Salmo de hoy

Salmo 49,1-2.5-6.14-15 R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios

 

El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
Desde Sion, la hermosa,
Dios resplandece. R/.

«Congregadme a mis fieles,
que sellaron mi pacto con un sacrificio».
Proclame el cielo su justicia;
Dios en persona va a juzgar. R/.

«Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple tus votos al Altísimo
e invócame el día del peligro:
yo te libraré, y tú me darás gloria». R/.

 

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 41-44

 

En aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.

Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

Jesús mira a Jerusalén

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Viviremos según la alianza de nuestros padres

En la lectura de hoy, Matatías es la figura que impacta por su valentía a la hora de defender su fe, de mantenerse fiel a la Alianza.

Oriundo de Jerusalén, se establece en Modín donde conoce y llora, él y sus hijos, las tropelías que las tropas del rey Antíoco IV han cometido en el templo y cómo han presionado cruelmente a los judíos para que apostaten de su fe.

Una vez que los funcionarios reales, los encargados de hacer apostatar por la fuerza, llegaron a Modín y emplazaron a los judíos a ofrecer sacrificios a sus dioses, surgió con fuerza el celo de Matatías hasta el punto de matar al judío que se disponía a apostatar del Dios de la Alianza. Bien pudiera exclamar con el salmista “el celo de tu casa me consume” (Salmo 69:9).

Estamos en el siglo II a.C.  y, aunque la forma de resolver conflictos es la propia del contexto histórico en el que vivió, hoy Matatías supone un ejemplo para nosotros, no en el método de oposición aquí empleado, fruto de otra época, pero si en su valentía y fidelidad al Dios de la Alianza.

Hoy en día, ídolos que reclaman nuestra atención hay por doquier, “funcionarios” encargados de hacernos creer que las cuestiones religiosas, la fe, la comunidad cristiana, Dios…son cuestiones de épocas pasadas.

Muchas veces los “funcionarios reales” conviven con nosotros. Y hoy también podemos escuchar como Matatías “si haces esto, si reniegas de tu fe, de tus valores, tendrás nuestra recompensa”

A veces en nuestra sociedad, en nuestros entornos se pueden hacer difícil mantener la valentía de Matatías, aunque las circunstancias no sean tan duras, mantenernos en unos principios, en unos valores, seguir la propuesta de Jesús a veces resulta difícil ¿Me callo por cobardía? ¿Expreso con sencillez lo que pienso respecto al tema religioso?

Una aspecto  muy importante es que Matatías no estuvo sólo, sus hijos, sus parientes… Sí, ¡cuánto puede ayudarnos tener una comunidad cristiana en la que apoyarnos!, en la que poner en común fortalezas y debilidades de nuestro diario vivir, la que nos ayuda a mantener nuestra fe viva y activa.

¡Señor, ven en ayuda de nuestra debilidad!

¡Si conocieras tu también en este día lo que conduce a la paz!

No es la primera vez ni el único evangelista que recoge la recriminación o lamento de Jesús por la actitud de Jerusalén, por su respuesta falta de respuesta ante su solicitud amorosa. ¿Cuántas veces he querido reunir a tus hijos… (M,37 o Lc 13,34)

Lucas sitúa el texto de hoy dentro del capítulo 19, iniciando el camino desde Galilea hacia Jerusalén donde se desarrollarán los últimos acontecimientos de su vida, donde vivirá el misterio Pascual.

Al llanto de Jesús, le precede la aclamación jubilosa de la gente que le acompañaba admirada por todos los milagros que habían visto y por todo lo que se decía de El. “Bendito el que viene como rey” (Sal 118,26)

Al ir descendiendo del Monte de los Olivos y ver la ciudad en todo su esplendor, la alegría se transforma rápidamente en turbación y llanto. Jesús se detiene al ver la ciudad que ama y llora, llora sobre Jerusalén. Y expresa un deseo ardiente que tiene en su corazón ¡Ojalá en este día conocieras también tu el mensaje de paz! Pero está oculto a tus ojos y no puedes verlo.

Jerusalén no ha reconocido la oportunidad que Dios le daba. En la cabeza de Jesús y en su corazón seguro están todos los momentos de rechazo ante su persona, toda la historia de rechazo a los mensajes de Dios. Ve el futuro de destrucción que le espera a la ciudad. Todo rechazo al proyecto que Dios tiene sobre las personas supone un rechazo a la paz, a la armonía, a la relación pacífica con las personas y los pueblos.

El llanto de Jesús, las palabras de Jesús, “Si conocieras tú, yo, las personas que nos disponemos a tomar en serio sus palabras, los caminos que conducen a la Paz. Si conocieras el don de Dios, le dice a la samaritana (Jn 4,10). Qué interés el de Jesús para que acojamos su Gracia, su Amor.

¿Cuál es el mensaje de paz al que me llama Jesús en este día concreto, en estas circunstancias concretas, circunstancias personales, familiares y sociales?

Vivir según el proyecto de Dios, trabajar por hacer mío el mensaje del Reino, construir puentes de diálogo, de amistad entre las personas, familia, pueblos. Vivir en la verdad y honestidad de unas relaciones justas… Aparcar la envidia, la rivalidad, el ansia de poder que destruye toda relación …

¿Cuál es el mensaje de Paz que trae Jesús para mi hoy?

Mientras termino este texto escucho como música de fondo la canción “Solo le pido a Dios” de Mercedes Sosa “Que el dolor no me sea indiferente, que la guerra no me sea indiferente, que lo injusto no me sea indiferente y brota un lamento Jerusalén, Jerusalén, y una súplica esperanzada: un deseo para las naciones en conflicto. ¡PAZ! ¡PAZ! Para las naciones en guerra, para los pueblos en conflictos fratricidas. PAZ, Señor.

Hna. Mariví Sánchez Urrutia

Hna. Mariví Sánchez Urrutia
Dominica de la Anunciata

Soy una religiosa Dominica de la Anunciata nacida en Bilbao hace bastantes años y fui alumna de las Dominicas y catequista en mi parroquia. Ingresé en la congregación siendo bastante joven. Como Licenciada en Ciencias Químicas me he dedicado a la educación con vocación y pasión.

Evangelio de hoy en vídeo

Fuente: Dominicos.Org