Por Matilde Fierro

Buenos Aires, 25 noviembre (PR/18) — Los estudios han detectado que los millennials, segmento que va de los 18 a 35 años, suelen tener una menor frecuencia de compra de carne vacuna comparado con las generaciones anteriores.
Esto lo consignó Adrián Bifaretti, jefe del Departamento de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), a NA al explicar que sobre el consumidor argentino, están “estudiando mucho al segmento de los millennials y encontramos algunas diferencias respecto a las generaciones anteriores”.
Detectaron, por ejemplo, que emplean menor tiempo en la cocina, eso obliga a trabajar en la difusión y promoción a todo lo que es la carne como un elemento fácil de preparar, de versatilidad, de poder hacer distintas recetas.
“Los millennials valoran mucho la conveniencia, llevan más al freezer la carne que las generaciones anteriores”, sostuvo el especialista.
Expresó: “Es otra característica que hemos encontrado con lo cual la carne vacuna adentro del freezer tiene muchas posibilidades de seguir manteniendo un espacio de consumo”.
En tanto a la gente joven le interesa mucho cómo se produce la carne, cómo son los sistemas de alimentación, si el producto está libre de hormonas y de antibióticos.
“Entonces desde la comunicación uno va a tener que comenzar a informar más cuál es el sistema de producción, cómo es el sistema de alimentación de los animales y en definitiva estar más en sintonía con lo que este consumidor pide”, agregó el técnico del IPCVA.
Beef Checkoff es un instituto en Estados Unidos dedicado a la promoción del consumo dentro de ese país y también afuera y allí concluyen que al consumidor actual hay que mostrarle que se produce con mucha tecnología.
“Eso garantiza control de calidad de los productos tanto en lo que es a nivel de rancho en Estados Unidos y establecimiento agropecuario en la Argentina y también en el frigorífico. El consumidor joven quiere tener certeza que la carne que consume reúne ciertos parámetros de inocuidad y de calidad”, dijo Bifaretti a Noticias Argentinas.
Tal es el interés por estos consumidores que el IPCVA está haciendo un estudio sobre los millennials en Salta para ver un poco las diferencias con el consumidor de la Capital Federal y enseguida estudiarán el fenómeno en Corrientes tratando de detectar el consumo del NOA y del NEA porque algunas cuestiones son distintas.
“Entonces si uno quiere hacer campañas dirigidas al mercado interno debe tener muy en claro cómo son estos segmentos y cómo funcionan”, señaló.
En el mercado interno interesa promocionar el consumo del novillo haciendo PNT, “publicidades no tradicionales”, en televisión y en la época veraniega van a trabajar con la promoción en puntos turísticos con algunas acciones en la vía pública.
Esa es un poco la campaña de la difusión de la carne de novillo que se ha venido trabajando en redes sociales, en Internet, “porque otra características que tienen los millennials es que hay que llegarle a través de estos canales”.
“Viven muchas veces adentro de un celular, pendientes de Internet, de lo que es el mundo virtual y el correlato es que van cada vez menos a los puntos de venta, entonces si uno quiere enviar algún mensaje a los millennials tiene que hacerlo a través de Internet y mediante las redes sociales como un objetivo fuerte de llegar a este segmento de edad”, dijo.
En siete años, representarán el 75 % de la fuerza laboral en el mundo, por lo tanto es necesario interpretar los nuevos requerimientos de calidad de carne en el marketing destinado a estos nuevos habitantes.
Con relación al novillo, el 48% de los millennials cree que esta carne es especial para hacer un asado por su sabor contra el 67% de las generaciones anteriores. La diferencia también se palpa en que el 34% considera que es más rica mientras que sus antecesores eran el 16% mientras que coinciden en la preferencia por el gusto.
La conclusión para el IPCVA es que no necesariamente los mensajes de promoción deberán ser iguales para los millennials que los de la generación anterior.
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Consumo interno
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Otro de los datos que aportó el diálogo con Bifaretti es que el 89% de los argentinos consume algún tipo de carne. La media de dinero gastado en carne vacuna es de 480 pesos por semana.
En caso de no estar dispuesto en gastar más en carne vacuna, el 40% consumiría pollo y el 17% variaría a cerdo; el 8% se reparte entre pastas y verdura y el sólo el 6% rotaría al pescado.
Esto es según una muestra del IPCVA con 1300 casos.
El desconocimiento del tipo de carne consumida aumenta en los más jóvenes, los millennials.
“Respecto del mercado interno, nosotros estamos viendo que en los primeros 10 meses del año hay un consumo bastante parecido al del año pasado alrededor de los 57 kilos por habitante anual, aumentó un 0,7 por ciento respecto a los 10 primeros meses del año pasado con lo cual es una buena noticia en el marco de lo que está viviendo la Argentina y de la caída general del consumo de todos los bienes y servicios”, manifestó.
El consumo de carne se mantiene porque la evolución de los precios ha ido siempre por debajo de los índices de inflación. En el último año el precio de la carne vacuna creció entre un 39 y 40 por ciento versus un 57 % del pollo, el cerdo alrededor del 40 muy cercano al nivel inflacionario.
Pero el hecho de que la carne vacuna hay ido por debajo de la inflación hizo que en Argentina se mantenga el consumo en 57 por ciento por habitante al año.
En el marco de un incremento de las exportaciones de carne: del 2017 al 2018 hubo un salto de venta al exterior en volumen alrededor de un 70 por ciento, entonces se exportó más y se logró mantener un nivel de consumo de habitante por año. .

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