Buenos Aires, 7 septiembre (PR/19) — El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) impulsa la cría de los insectos benéficos conocidos popularmente como “vaquitas de San Antonio” a fin de incorporarlas a producciones hortícolas, como herramienta de control biológico de plagas.
Los Coccinellidae, más identificadas con el nombre de “mariquita” o “vaquita de San Antonio”, son una familia de insectos coleópteros de gran acción predadora significativa sobre insectos de cuerpo blando y con destacados beneficios como herramienta de control biológico de plagas.
Desde el INTA fomentan la cría casera de las vaquitas de San Antonio a fin de incorporarlas a producciones hortícolas, como parte de un grupo de prácticas agroecológicas a implementar.
“Las vaquitas de San Antonio son una alternativa para el control biológico de algunas de las principales plagas que afectan a las producciones hortícolas agroecológicas de la zona”, sostuvo Carla Chiandussi, técnica especialista en cría de enemigos naturales del INTA La Consulta, de Mendoza.
Manifestó que “llegan a consumir hasta 800 insectos plagas a lo largo de su ciclo” y destacó que entre las plagas que consume están los trips, pulgones y arañuela.
Para iniciar con la cría de las “vaquitas”, la especialista recomendó “realizar un recorrido del entorno” y “con respecto a los momentos oportunos para la recolección”, la técnica del INTA aseguró que “las condiciones ambientales como temperatura y humedad afectan la presencia de controladores biológicos y también de las plagas”. 
Una vez analizados todos estos puntos, se podrá recolectar del campo ejemplares adultos, estadíos larvales o huevos de aquellas especies que se han adaptado a las condiciones del agroecosistema del que se forma parte.
Esta cría casera además busca que los productores aprendan a reconocer todos los estadios de la vaquita de San Antonio, desde larva hasta adulto, ya que “el estadio larval es el que más come pulgones y muchas veces son confundidos como plagas y exterminados”, aseguró Chiandussi.
Para tener éxito en la cría artificial, consignó la necesidad de contar con una rutina en cuanto a la alimentación (plantas con pulgones), limpieza y manipulación.
Cada estadio del ciclo de vida debe ubicarse por separado y cuando se atienden los adultos, se cosecha la oviposición y se la deposita en otro contenedor.
En el caso de los estadios larvales, es importante no mezclar larvas muy pequeñas con grandes, ya que son caníbales.

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